Hojarasca

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ONRYŌ

Autora: Clusmykitty

Fandom: Kimetsu No Yaiba/Omegaverse

Pareja: Uzuren.

Derechos: a que el senpai se dé cuenta de mí.

Advertencias: esto es un AU de mafia, por lo que habrá cosillas desagradables, algo grotescas, incómodas porque estos mundillos no son jardines de rosas perfumadas. Y como es un Omegaverse las cosas se ponen de color hormiga. Que no les digan que no les cuenten porque les mienten. Una historia de encargo.

Gracias por leerme.


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Hojarasca.


What a wicked game you play, to make me feel this way
What a wicked thing to do, to let me dream of you
What a wicked thing to say, you never felt this way
What a wicked thing to do, to make me dream of you

And I don't wanna fall in love (this world is only gonna break your heart)
No, I don't wanna fall in love (this world is only gonna break your heart)
With you

Wicked Game, Chris Isaak.


Teatro Carnelian

Zona neutral.


Exceptuando a Mitsuri, Kyojuro nunca había visitado a otro Hashira en su vida. No por falta de interés, simplemente los demás líderes no estaban muy interesados en establecer esa clase de relaciones con él, menos cuando hizo esos cambios que bien le ganaron burlas de uno que otro. Que Tengen Uzui, uno de los más fuertes Alfas que conociera le pidiera hablar a solas en un punto neutro le sorprendió mucho, no tanto si pensaba que tenía que ver con su hermanito, lo cual también podía volverse algo sorprendente ya que no terminaba de comprender las razones para que alguien tan extravagante con tres esposas tuviera el tiempo para cuidar de un cachorro tan inquieto como Senjuro.

Como fuese, se sintió en la necesidad de ir presentable, el punto de encuentro era en el Teatro Carnelian, llamado así por la Compañía Carnelian que presentó sus obras durante décadas hasta que desaparecieron cuando las nuevas tecnologías sedujeron a su público y abandonaron sus butacas. Era un edificio curioso, puesto que había sido pensado como una imitación de un castillo shogun, con amplios jardines ahora marchitos y habitaciones pensadas para que los asistentes pudieran charlar entre sí en un bar, visitar un pequeño museo con las fotografías de las mejores puestas de escenario del teatro o disfrutar de las delicias de su restaurante hoy abandonado.

—Los chicos estamos preparados —informó Tanjiro cuando lo dejó en la entrada que subía hacia el teatro— Si nos necesita, ahí estaremos.

—No hará falta —sonrió Kyojuro, bajando del auto.

Acomodando ese abrigo tipo capa sobre sus hombros, revisó su traje de tres piezas en color negó con el chaleco rojo, su espada en un costado de su cadera y su reloj en su muñeca, ajustando bien sus guantes de piel negra, pasando discretamente una mano en su oreja que llevaba el aparato de audio. Todo estaba en orden, así que echó a andar con una postura firme sin encontrar a nadie que lo revisara o alguno de los guardaespaldas de Uzui, una muestra generosa de su confianza, razón por la que él había ordenado a sus muchachos abstenerse de intervenir. Kyojuro subió por el camino empedrado, tocando las escaleras anchas flanqueadas por dragones mirándolo subir hasta la entrada principal de puertas bien abiertas que dejaban pasar una luz del recibidor.

OnryōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora