ː͡➘₊̣̇ 16 | ☪

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  Los días siguientes Minho no pudo ver a Jiseon. No solo dejó de verla desde su ventana en el jardín. En la entrega de sus prendas de ropa tampoco pudo encontrarla.

  —La regañaría por incumplimiento si no supiera el contexto —dijo Yuna volviéndole a traer la ropa a Minho. La cara de decepción del joven no era para nada disimulada—. ¿Qué pasó exactamente ese día?

  —¿Ella no te ha dicho?

  —Me dice excusas vacías como que aún le falta arreglar el jardín o que está enferma. No le creo, pero la comprendo —se sentó en la cama—. ¿No se lo tomó bien?

  —Creo que se impresionó demasiado —Minho estaba en la cabecera. Atrajo sus piernas a su abdomen—. Sé que le pudo afectar..., pero no es motivo para evitarme —refunfuñó.

  —Es comprensible. Usted le mostró algo que abrió una herida en su pasado. Si yo estuviera en su lugar me sentiría igual.

  Minho había procesado mejor el tema de sus sentimientos y la relación del pendiente. Aún no había querido usarlo y su padre le preguntó al respecto. Minho tuvo que decirle que le incomodaba tener algo colgando en su oreja y que le faltaba costumbre.

  Tan solo no quería usarlo hasta que supiera la verdad, hasta que quedara claro el asunto con Jiseon y sus sentimientos. Sabía que era el mismo pendiente, por algo ella quedó estupefacta. Tal vez no era solo el pendiente lo que la preocupaba, tal vez las palabras de Minho pudieron malinterpretarse y aún no le había contado esa parte perjudicial a Yuna.

  «No puedo dejar de pensar en ti. Me haces sentir vivo, libre, acompañado»

  Se dejó llevar por la emoción del momento y Minho no razonó lo peligroso que pudo sonar sus comentarios. Entendía en ese aspecto la lejanía de Jiseon, porque de tomar en cuenta, por ponerle nombre, su declaración, estarían los dos metidos en un embrollo arriesgado.

  Deseó que nadie los haya visto conversar en el jardín.

  —Yuna —murmuró Minho de manera confidente—. Dijiste que, en el caso de que mis sentimientos fueran reales, tú me apoyarías, ¿verdad?

  —Le mencioné que me siento cómplice de un crimen del que me costará escapar —recapituló nerviosa—. Pero sé que usted no lo hace con malas intenciones. Usted tiene un buen corazón.

  —Gracias —sonrió melancólico—. Jiseon me dijo lo mismo.

  Y no era exageración lo del peligro. Minho debería estar fomentando la confianza con su actual esposa que andar mirando a otra mujer. Le resultaba hipócrita sentirse mal por Amelia cuando era él quien le hacía daño. ¿Y si Amelia sí lo amaba como esposo? Ahí sí que no iba a poder con la culpa.

  Nunca dejaba de pensar en las varias oportunidades que tanto él como Amelia perdieron de conocer a alguien a quien amar debido a su compromiso arreglado. El cómo ahora, pese a estar casados, seguían separados sin atreverse a avanzar un nuevo paso.

  Su padre ya le había preguntado sobre su intimidad con Amelia, a lo que Minho respondió que el poco tiempo libre lo ocupaba para descansar que para esas cosas. De solo pensarlo a Minho se le hacía extraño. La única "intimidad" que tuvieron fue el beso en su día de bodas que Minho lo detestó.

  Para colmo, la vez que se juntaron en el jardín, Amelia le dijo que sería paciente en todos los pasos que Minho tomara, ya que ella tampoco quería hacer las cosas apresuradas. Era tan comprensiva que dolía.

  De todas formas, ¿cuánto tiempo Amelia lo esperaría? Llegará el momento en el que ambos tendrán que traer niños al mundo; formar una familia, para hacerlo había un extenso proceso detrás y Minho no estaba preparado. No, para nada quería vivir eso con Amelia. ¿Por qué no pensó esas consecuencias antes de ceder tan fácil al matrimonio?

🌾 ⁚ My Fallen Angel 𖧹 Minsung ⭑⤶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora