ː͡➘₊̣̇ 15 | ☪

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  —¿¡Ves que es el mismo!? ¿¡Lo ves, Yuna!? ¡Es el mismo arete! ¿¡Lo ves!?

  Yuna estaba limpiando los muebles del pasillo cuando llegó Minho tan atolondrado a contarle sobre lo que su padre le dio noches atrás. Yuna lo confirmó, era el mismo pendiente que colgaba de la oreja izquierda de Han Jiseon.

  —¿De cuántas generaciones pasadas hablamos? —preguntó Yuna.

  —Según mi padre, ni él mismo está seguro, pero que cada progenitor conocía su valor —dijo Minho mientras sostenía el pendiente en sus manos—. Tampoco sabe desde cuándo se perdió el otro y eso es lo que lo vuelve más simbólico.

  —Es como la leyenda del hilo rojo personificada —murmuró.

  —Y lo he encontrado —los ojos de Minho brillaban, hasta sus mejillas tomaron un color radiante gracias al sonrojo que las acompañaba—. Sabía que no podía ser solo un presentimiento. Mi unión con Jiseon es más que una simple casualidad.

  De la nada una idea llegó en la mente de Yuna que no le gustó para nada. Dejó el trapo de limpieza a un lado y cruzó los brazos sin mostrarse dominante.

  —Joven amo, a todo esto... —titubeó al inicio. No quería sonar escéptica—. ¿Sabe usted dónde consiguió Jiseon el arete?

  —Me dijo que se lo dio alguien que ella quería mucho y que se había ido de este mundo —pareció pensarlo—. Dijo también que sería un milagro pillar la otra mitad que él se llevó.

  —¿No le suena extraño? —su tono denotaba seriedad. Minho ladeó la cabeza—. El arete que usted tiene lleva años en su familia y Jiseon..., no tiene más de veintitrés años. No suena..., creíble.

  —¿Qué quieres decir?

  —¿No cree que ella pudo...? —suspiró antes de continuar—. ¿No cree que ese arete pudo... haberlo robado?

  Minho frunció el ceño.

  —Eso es también imposible. Hace años el arete izquierdo lleva perdido.

  —Sí, pero quizá "la persona que se lo entregó" se lo robó o se lo dieron robado, qué sé yo. ¿De dónde venía Jiseon?

  —Nunca me lo ha dicho bien —intentó hacer memoria—. Siempre dice que era un lugar al que muchos consideran el paraíso, pero que ella se sentía sin libertad.

  —Joven amo, no quiero cuestionarlo, pero creo que tuvo razón en lo que me dijo la otra noche. Debe conocerla a fondo para tener sus sentimientos claros —Yuna se lo decía de buena forma. Si bien a Minho le costaba acceder, comprendía su postura—. El tema del arete sí es algo de ensueño, pero todo sueño viene con una cruel realidad. Debe tener cuidado.

  —Sí —se apenó. Sabía que Yuna le decía lo correcto, pero Minho no podía imaginarse un escenario en el que Jiseon no fuera la persona que él deseaba—. Necesito verla pronto para quitarme estas esperanzas.

  —¿No ha tenido tiempo para ir al jardín?

  —Se supone que ahora voy al baño, el trabajo me acumula cada día que pasa —cubrió su rostro ya abatido—. ¿Existirá alguien que haga estos trabajos de economía con diversión? Es tan aburrido que pierdo mi creatividad. No me veía así a mis veintidós años.

  —Creo que escuché de su padre decir que el domingo tiene día libre —le consoló y Minho al instante recuperó el brillo de sus ojos.

  —¿¡En serio!?

  —No conozco bien los motivos, solo sé que tiene que tomar un viaje y no podrá supervisarte, así que quiere darte el día libre.

  —¡Podría aprovechar de ir al pueblo! —daba pequeños saltos en su ubicación—. Hace tiempo no veo a la señora Baker ni a los niños. ¡Necesito mi dosis de manzanas!

🌾 ⁚ My Fallen Angel 𖧹 Minsung ⭑⤶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora