ː͡➘₊̣̇ 10 | ☪

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  —Tú no me ayudarías —murmuró Jisung con malestar. Desvió la mirada para evitar cualquier contacto visual con el demonio—. Ustedes se aprovechan de las personas para hacerles pasar mal y luego se devoran sus almas. ¿Por qué alguien como tú querría ayudarme?

  Hyunjin se quedó callado, no porque no supiera responder a lo que Jisung le decía. Solamente se alejó y, de repente, comenzó a darle un ataque de risa que perturbó al ángel.

  Su risa era escandalosa y, si no fuera que eran seres invisibles para los mortales, de seguro despertaba a alguien de sueño. ¿Por qué se reía tanto? ¿Era gracioso que Jisung dijera la verdad sobre su asquerosa especie?

  Qué aterrador.

  —Ah, qué me caes bien, Ricitos de Oro —dijo Hyunjin aún consumido por la risa. Limpió de sus ojos las lágrimas que cayeron—. Es por eso que quiero ayudarte, porque me caes bien y, de paso, me haces reír —seguía con sus carcajadas, más leves. Jisung miraba a sus alrededores aún si sabía que nadie los escuchaba—. Ya veo por qué es que siempre le causas problemas a Chan y a esos principados.

  —¿Cómo? —Jisung se extrañó. Pocos llamaban a Christopher por su nombre de pila, el cual dejó de usar desde que se convirtió en un arcángel—. ¿Tú...? ¿Qué sabes...?

  —Te he observado todo este tiempo, Ricitos de Oro —calmó sus risas y volvió a acercarse. Jisung se cohibió—. Desde la caída del ángel al cual admirabas te volviste muy torpe, ¿verdad? —tomó con suavidad el mentón de Jisung y percibió su nerviosismo—. Tu torpeza no se debe a lo novato que eres para tus misiones, sino porque te empezaste a cuestionar cuál es tu propósito en la existencia y por qué todo se centra en seguir a una deidad que no te tienen permitido conocer.

  La mirada de Jisung quedó perdida debido a la sumisión que tuvo con sus propios pensamientos. Tras el demonio soltar su barbilla, Jisung se deslizó por aquella pared hasta terminar sentado con sus piernas aún flexionadas, la mitad de sus alas descansando en el suelo. Hyunjin caminó hasta el límite del techo y aprovechó de observar la ciudad. Su soledad producto de la madrugada lo convertía en el escenario perfecto para elaborar su estrategia.

  —¿Sabes por qué los demonios siempre nos salimos con la nuestra al hacer un trato con un humano? —preguntó Hyunjin a un Jisung que seguía pensativo—. Porque los humanos son ingenuos y su deseo de poseer algo es más fuerte que su racionalidad —explicó—. Yo les puedo decir: «Te daré todo el dinero del mundo a cambio de tu alma». El humano acepta y le doy lo que quería, pero, ohhh —exageró el sonido—, muere a los pocos segundos en esa cuna de riqueza. Ese humano dirá «¿Por qué?» al borde de la muerte y yo le responderé: «No especificaste cuándo me iba a llevar tu alma. Solo estoy cumpliendo mi parte del trato»

  —Pero... —Jisung negó—. Eso es inmoral.

  —¿Quién es el que decide lo que está bien o lo que está mal? ¿Tu Dios? ¿La sociedad? ¿La ley universal de la existencia? Aunque quieras responderme, no podrás —retrocedió sus pasos y se agachó frente al ángel. Ladeó la cabeza—. ¿No se supone que ustedes, los ángeles, quieren un mundo justo? Dicen que les otorgan milagros a los humanos sin esperar nada a cambio, pero solo se lo dan a las personas que tienen sus creencias y fe puesta en Dios. ¿No ven que el que termina recibiendo la recompensa es esa deidad y no ustedes que son los que hacen todo el trabajo? ¿Es eso para ustedes algo justo?

  —Pero el mal tampoco es algo justo. Es mucho peor y no es el camino que hay que tomar para ser feliz.

  —El mal es parte del constructivismo que le dieron a las leyes que van en contra de Dios. ¿Qué es exactamente ese mal, Jisung? ¿Qué pasa si un humano de por sí nació con ideales que van en contra de Dios? ¿De por sí eso es un mal? ¿El haber crecido en una familia sin creencias vuelve a ese niño en alguien malo solo por el ambiente que él no decidió? ¿Por eso los ángeles no lo van a ayudar? ¿Porque no reciben su recompensa a cambio?

🌾 ⁚ My Fallen Angel 𖧹 Minsung ⭑⤶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora