𝒫𝖾𝗍𝖺𝗅 ( 𝟕 )

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Beomgyu fué sacudido fuertemente. Tenía sus piernas apretadas en su pecho, con ambas manos separando sus nalgas, siendo embestido violentamente por Choi Yeonjun mientras que Choi Soobin le comía la boca al más bajito.

Sí, estaba siendo follado por los criminales más buscados por su padre un oficial y gran parte de la policía del país.

Beomgyu sabía perfectamente que estaba mal, muy mal mentir a su padre, cuando este mismo se la pasaba día y noche buscándolos hasta por debajo de las piedras. Pero oh... Choi menor adoraba sentir como el falo de ambos acariciaban sus húmedas paredes anales. Amaba la manera en la que lo besaban. Amaba la adrenalina de ser descubiertos en cualquier momento. Amaba despertar en medio de ambos, sentir sus brazos estar sobre su fina cintura, para luego ser jodido duramente sobre la cocina, sala, muebles o ducha.

Soobin y Yeonjun eran dos locos o malditos como lo llamaban su padre. Ambos habían estado tras el hechos más salvajes ocurridos en el país y claro, el robo más grande del banco Central de la ciudad. Ambos Choi eran una mente maestra, enfermos mentales que amaban a aquel hijo de él policía que los perseguía siempre. Amaban con locura a Beomgyu, y nunca les temblaría la mano de asesinar a aquel que tenga el atrevimiento de tocar o hacer llorar a su príncipe. Matarían y morirían por el bajito.

Beomgyu adoraba acariciar los fuertes brazos de Yeonjun, admirando sus tatuajes y besar su labio que tenía un piercing atravesado. Tambien era devoto fiel de lamer la marca en el abdomen de Soobin, marca de la vez en la que lo acuchillaron y sobrevivió.

Beomgyu se encontraba desaparecido, y todos sabían que eran Yeonjun y Soobin que lo habían secuestrado, pero nunca imaginarian que el bajito fué quien se entregó a ambos criminales.

- Tan dulce, Gyu. - Susurró sonriendo mientras acariciaba la cintura de Beomgyu, que cabalgaba su pene como un profesional y de deshacía en gemidos de placer puro.

Soobin le apuntó a la cabeza con su arma a Beomgyu, sonriendo al ver lo precioso que se veía moviendo sus caderas, perdido entre tanta locura y pasión. Beomgyu le devolvió la mirada, al ver que le apuntaba, sonrió como un maldito desquiciado.

Los tres eran la locura pura.

Cuando Yeonjun se corrió en su interior, lo jaló a un beso, dejando que su hombría saliera del agujero de Gyu. Soobin se paseo por aquel lugar, admirando tan deliciosa vista del ano de Beomgyu dilatado, observando como el semen de Choi mayor salía, escuchando de fondo como estos se comían la boca.

- Que delicia... - Dijo, empezando a acariciar una de las nalgas del bajito. - Trae ese culo aquí, dulzura.

Beomgyu amaba a ambos, los adoraba hasta los huesos. Estaba enamorado de los criminales más despiadados de su país, y no, no se arrepentía. Sabía que no amaría tan fervientemente a alguien más que no sean ese par. Sabía que tarde o temprano los tres morirían, pero también sabía que se encontrarían en el infierno.

Beomgyu era Dios para Soobin y Yeonjun, era su rey, el ser divino a sus ojos. Beomgyu sabía de eso y lo usaba a su favor. Sabía perfectamente que si el le pidiera a ellos el mundo entero, serían capaz de dárselo para complacer a ese precioso ser humano. Al ángel corrompido.

Ambos Choi tenían por debilidad a Gyu, serían su punto bajo, sabían que sin Beomgyu no serian nada más que mierda pura, que sin él ya no hay un punto de partida ni final. Beomgyu era su enfermedad, su cáncer. Era su locura. Ambos estaban desquiciados, pero Beomgyu, era el único que sacaba su lucidez en ambos, el único ser humano que les hizo soltar sus armas y no jalar el gatillo. El único ser humano al que le dieron su vida, alma y dinero. El único ser humano al que se arrodillarian, porque eso era Beomgyu para ambos; Su dios.

ೀ  ׅ ۫ . ꒰  𝒯𝗁𝖾 𝐷𝗋𝖾𝖺𝗆𝗂𝗇 ﹙ℴ𝒻 ﹚𝒴𝗈𝗎  ᱙sooyeongyu ! 𔘓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora