Bright y Chimon, llegaron al recibidor del octavo piso y ahí, frente al elevador, estaba un escritorio lleno de papeles y una cabellera lacia, larga y castaña asomaba por sobre las montañas de papel.
Saludaron del mismo modo que en la entrada y fueron recibidos por una chica que al ponerse de pie, dejaba ver un pequeño vientre de unos cuatro meses entre las ropas que llevaba puesta.
—¡Buenas tardes! Estamos aquí para la entrevista. Mi nombre es Chimon Wachirawit. ¿Estamos en el lugar correcto?
—Oh, sí. —respondió Namtan— Tomen asiento y cuando sea su turno serán llamados.
—Él solo está aquí para acompañarme. —Chimon apuntó hacia Bright.
—Está bien. De igual forma por favor esperen y en el momento indicado se te llamará a ti para la entrevista.
Se giraron hacia el área de espera de ese piso y se encontraron con que había tres chicas y un chico esperando turno para ser entrevistados. Cada uno mejor vestido que el otro y muy bonitos, para desventaja de Chimon. Estuvo a punto de dar la vuelta e irse. No sé consideraba bueno para el trabajo y la competencia era a simple vista, mejor que él, pero Bright lo detuvo y lo sentó en una silla, dándole una advertencia silenciosa. Diciéndole con la mirada que ni se le ocurriera salir de ahí.
Casi cuarenta minutos habían pasado y al fin era el turno de Chimon.
La secretaria Namtan lo anunció a través de una gran puerta negra y luego le indicó que pasara, mientras mantenía la puerta abierta para él.Entró, viendo a ambos lados. La oficina era inmensa y en el fondo había dos grandes escritorios. Uno frente al otro, junto a un ventanal de cristal que daba vista a un extremo de la ciudad y los edificios cercanos.
Dos figuras elegantes e imponentes se encontraban en un sillón de piel, color marrón, ubicado en una esquina de la oficina, así que se acercó para poder verlos mejor. Suponía que ellos serían los dueños de la compañía y quienes le harían la entrevista.
Cuando estuvo a solo unos pasos de los dos hombres ahí sentados, algo se removió en su interior. No sabía qué, solo que su lobo se sentía inquieto ante la presencia de los hombres frente a él. Pero no podría decir cuál de los dos era quien provocaba esa inquietud. Su lobo daba vueltas en círculos y le instaba a ofrecer sumisión a quien sea que estuviera poniéndolo en tal estado.
Además, dos aromas diferentes llegaban hasta él y le provocaban una euforia indescriptible. Pero ¿Cómo saber si eran una mezcla perteneciente a alguno de esos alfas o eran los aromas de ambos mezclados? Pero ese olor a cítricos y madera lo estaba volviendo loco. Tenía que mantener la postura, no estaba ahí para perder la cabeza por un alfa, sino para conseguir trabajo.
Pero, ¿Cómo se suponía que haría eso? Si ambos hombres lo veían de una manera tan intensa que abrumaba. No quitaban su mirada de encima de él y se notaban alterados por algo. Quizás estarían ya aburridos de entrevistar a tantos candidatos.
La tensión era demasiada y palpable en ese gran espacio, hasta que uno de ellos la rompió. Un hombre alto, con porte como de príncipe, con una expresión en la mirada que parecía que brillaba como el sol, de cabello castaño con destellos dorados se puso de pie y lo invitó a sentarse frente a ellos.
—Toma asiento, por favor. Vamos a empezar. —El hombre de cabellos brillantes era aún más hermoso, estando tan cerca y pudo distinguir que él era quien olía a madera. Eso significaba que el aroma a cítricos pertenecía al otro hombre. Igual de hermoso, con el mismo porte imponente, de ojos felinos y gesto desinteresado y su cabello... esos mechones grises le quedaban tan bien a ese hombre.
Y fue ese hombre de cabello gris y ojos como los de un gato el que lo sacó del letargo en el que se había sumergido.
—¿Cómo te llamas? ¿Qué edad tienes? ¿Por qué estás aquí solicitando el trabajo de asistente?
—Soy Chimon Wachirawit. Tengo veintidós años. Y estoy aquí solicitando el trabajo porque necesito dinero con urgencia —dijo sin verle a los ojos. No podía mantener la mirada de ninguno de ellos por más de un segundo.
— Bien. Yo soy Ohm Pawat y él es mi socio Nanon Korapat. Eres un omega ¿cierto?
—Lo soy señor —Chimon pensó que eso jugaría en su contra.
—Y no tomaste el inhibidor que se te ofreció en la recepción. —No era pregunta, sino afirmación y el hombre se veía irritado. En cambio, el otro se notaba tenso de pies a cabeza. Pero él si había tomado la pastilla.
—Sí lo hice señor. Y esperé hasta que hiciera efecto para subir al elevador. El guardia en la entrada lo comprobó antes de dejarme pasar.
—Cálmate Ohm. Tal vez el inhibidor no hace el mismo efecto en él que en los demás —dijo Nanon—. No te preocupes Chimon. Es posible que el fármaco haya fallado, pues pudimos distinguir tu aroma desde que estabas en la puerta. Hueles a flores.
—Lo siento. No sé qué habrá pasado. La señorita Jennie dijo que ya no se sentía aroma alguno y podía pasar, igual que el guardia en la entrada.
—Bien. Continuemos con la entrevista. —volvió a hablar Ohm.
—¿Tienes algún tipo de experiencia previa? ¿Alguna profesión? ¿Ahora mismo te dedicas a algo? ¿Sabes algo de música? ¿Tienes pareja? —La última pregunta no sabe bien por qué la hizo.
—No tengo experiencia señor Pawat. Actualmente estudio el último año de la universidad para especializarme en canto, danza y producción musical. Y eso creo que responde a la siguiente pregunta. Y no, no tengo pareja señor.
Y esa respuesta le gustó mucho a ambos alfas. Pero era extraño.
Ahora fue el turno de Nanon para preguntar:
—¿Por qué necesitas dinero? ¿Tú familia no te ayuda?
—Tengo una beca universitaria por mi buen desempeño académico. Esa es mi única fuente de ingreso, pero mis gastos se han incrementado. Es por eso que necesito el trabajo y el dinero. Y no tengo familia, señor. La perdí en un evento desafortunado hace cuatro años y desde entonces soy solo yo. —contó Chimon— Sé que no tengo experiencia como asistente, pero aprendo rápido y mis estudios no serán un problema. Puedo llevar las clases teóricas por suficiencia y cambiar mis prácticas al horario nocturno —Chimon se apresuró a decir. Realmente necesitaba el trabajo y algo dentro de él pedía que hiciera lo posible para mantenerse cerca de esos hombres.
—Muy bien. Si te quedas con el trabajo, tendrás que aprender a manejar la documentación de esta oficina en específico. Ordenar, atender los pendientes, manejar nuestra agenda de modo que nuestros tiempos coincidan y que no se acumule el trabajo. No sólo somos los dueños y hacemos el trabajo de oficina, sino que también trabajamos directamente con las producciones de los artistas que tienen contratos bajo nuestro nombre. —explicaba Ohm de manera desinteresada.
Así se dio por terminada la entrevista. Con la expectativa de una llamada para confirmar si Chimon obtenía el trabajo o no, luego de proporcionar su información de contacto a la secretaria y salir del edificio junto a su amigo. Dejando a dos alfas dentro, muy confundidos y ansiosos.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
ESTÁS LEYENDO
Destino inesperado (#1) - H.A #27
FanfictionSerie Destino libro #1 Ohm Pawat es un alfa de veintisiete años y dueño de su propia compañía disquera, en sociedad con Nanon Korapat, otro alfa de la misma edad. Hombres liberales y poco creyentes en esa mierda de los destinados, un alfa para un om...