28. Gemelos fraternos

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A una semana de la presentación de Chimon, este se encontraba con su alfa, Ohm, en su estudio privado en la compañía

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A una semana de la presentación de Chimon, este se encontraba con su alfa, Ohm, en su estudio privado en la compañía. Escuchando y practicando por milésima vez la canción que habían preparado para la ocasión.

—Tu voz es hermosa ¿sabías?

—Lo sé alfa. Me lo dices todo el tiempo.

—Vas a ser el mejor en la presentación.

—Gracias por ayudarme.

—Ven acá Chimon. Siéntate aquí.

Chimon se sentó en el regazo de su alfa. Esos momentos le encantaban. Ohm lo sentaba sobre sus piernas y le daba muchos mimos.

—Te amo Chimon. Y a los bebés también.

Le decía, mientras repartía caricias sobre su vientre. Ese alfa adoraba acariciar ese tramo piel que, aunque seguía plano se sentía algo duro y sabía que ahí se encontraban sus cachorros. El omega casi ronroneaba cada vez que hacía eso, del puro placer de sentir a su alfa darle amor y atenciones a él y a sus hijos.

—Amor. —llamó Ohm— Después de tener a los cachorros, podrías intentar debutar como cantante. Eres excelente y seguro serás igual de famoso que Gun o más.

—¿Lo crees Ohm?

—Lo sé amor. Tienes mucho talento.

—Entonces lo intentaré. —dijo Chimon— Tal vez cuando los cachorros tengan unos meses.

—Mhmm.

—Ohm ¿Qué te gustaría que fueran los bebés?

—No lo sé. Solo quiero que sean niños sanos y que se parezcan mucho a ti. Por cierto, mañana debemos ir con el doctor. Es tu cita para la ecografía.

—Bien. Iremos, pero ahora sigamos practicando.

—Mejor sigo dándote mimos.

Ohm abrazó otra vez a Chimon y repartió besos por toda su cara y su cuello. Dejó suaves roces con la punta de la nariz en el extremo de su cuello donde reposaba su marca. Su aroma se mezclaba deliciosamente con el de Nanon y Chimon en ese punto y le encantaba. Besó como si de una flor se tratara, con mucha delicadeza cada parpado, las mejillas, el mentón y los labios de su omega. Dejaba besos tiernos sobre su boca, que se hicieron más apasionados y deseosos. Deseaba tanto al omega, del mismo modo que deseaba al otro alfa.

—Eres un calentón, como dice Nanny.

—Lo soy y no me arrepiento. Ahora voy a hacerte el amor, aquí mismo y no te atrevas a decir nada, porque sé que lo hiciste con Nanon en las duchas de la sala de prácticas ayer.

Al día siguiente en la clínica, Chimon se preparaba para su ecografía. Esta vez debía usar una bata para más comodidad.

Mientras se cambiaba, el doctor hablaba en voz alta para que los tres pudieran escuchar.

Destino inesperado (#1) - H.A #27Donde viven las historias. Descúbrelo ahora