Especial

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Los días pasaban y el trabajo era igual que siempre

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Los días pasaban y el trabajo era igual que siempre. Un constante ir y venir con todo lo que había que hacer en la compañía.

Chimon había terminado sus clases teóricas más rápido, pues cada noche cuando no tenía práctica estudiaba y adelantaba los exámenes de suficiencia. Sólo le quedaban las clases de danza y canto dos veces por semana y para culminar su carrera tenía que hacer una última presentación.

Una canción original y una coreografía bien elaborada. La música debía tener una excelente producción, interpretación y coordinarse perfectamente con el baile. Tenía dos meses para hacerlo y podía tener toda la ayuda que quisiera siempre que él participara directamente en el proceso.

Aún le quedaba tiempo, solo que todavía no sabía cómo hacerlo.

¿Debería pedir ayuda al señor Pawat y el señor Korapat?

Una tarde en la oficina Chimon se encontraba redactando unos contratos, muy concentrado en su computador

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Una tarde en la oficina Chimon se encontraba redactando unos contratos, muy concentrado en su computador.

Ohm y Nanon trabajaban igual en sus cosas.

El móvil de Nanon sonó con un mensaje.

Era de Ohm.

Ohmie:
😘💋😋💦

Extrañado por el mensaje Nanon levantó la mirada hacia Ohm y este sólo le sonrió ladino.

Nanny:
¿Otra vez de calentón?😏

Ohm se levantó de su escritorio y se acercó al de Nanon, lo tomó por la corbata y lo puso de pie para besarlo.

Tener a un omega en sus vidas no hacía a un lado el amor y el deseo que se tenían y sabían que a Chimon no le molestaba en absoluto.

Sé besaron ardientemente, Nanon se deshizo de su corbata y la de Ohm, empezando a desabotonar su camisa y sentándolo sobre el escritorio. Su excitación creciendo rápidamente. Pero no solo ellos estaban excitados. Chimon elevó la mirada hacia ellos cuando sintió sus fuertes feromonas en el aire y se quedó quieto al verlos casi follándose sobre la madera oscura del escritorio.

Casi gimió por el deseo creciente en él, por la vista, pero se quedó en silencio viendo. Ya los había escuchado por las noches antes en la casa y en los últimos días, él había compartido sus momentos de intimidad.

Los alfas ya habían notado la atención del omega y siguieron en lo suyo por un tiempo más.

Nanon frotaba con su mano el bulto que sobresalía de los pantalones de Ohm y este lamía y chupaba los pezones de Nanon que ya se encontraban descubiertos. En un instante Ohm se encontraba con el pecho sobre el escritorio y los pantalones en los tobillos y los dedos de Nanon en su interior.

Chimon se estaba ahogando en deseo y a la vez confundido por lo que estaba presenciando. Le estaban dando un espectáculo y él no sabía qué hacer. Hasta que escuchó la voz de Ohm que lo llamaba.

—Ven acá Chimon.

Chimon se acercó tembloroso y se sentó en la silla de Nanon.

—Baja tus pantalones y tócate para nosotros pequeño. Disfruta de la vista mientras te complaces a ti mismo.

—¡Señor Pawat!

—Has lo que dice Ohm, Chimon. Con nosotros aprenderás a disfrutar del placer del sexo, sin inhibiciones, como participante y espectador.

Y Chimon ya estaba queriendo aprender más de lo que ya había aprendido en los días que llevaba siendo tomado por esos dos hombres. Se abandonó al placer de ver y sentir, mientras se tocaba a sí mismo sentado en la gran silla.

Nanon se enterraba con fuerza en Ohm, viendo desde su posición como su gran pene entraba y salía de ese suculento culo, mientras Ohm se retorcía del placer por las embestidas y a la vez la estimulante vista de Chimon a piernas abiertas tocándose con sus pequeñas manos y gimiendo bajo por lo bien que se sentía. Los aromas eran una mezcla fuerte por la lujuria que emanaban los cuerpos dentro de esa oficina.

Chimon estaba por correrse y el detonante de su orgasmo fue escuchar el fuerte gruñido con el que los alfas llegaron al clímax al mismo tiempo. Estaba todavía abrumado por el placer de lo que acababa de hacer y ver. Sintiéndose relajado y casi quedándose dormido sentado en la silla.

—No te duermas pequeño. No en la silla. Acomoda tu ropa y recuéstate en el sofá.

—Lo siento. Debo volver a trabajar.

Todavía se avergonzaba de las cosas que hacía con ellos y sus mejillas estaban de un tierno rosa que lo hacía lucir aún más adorable.

—No te preocupes. Descansa un poco y luego vuelves a trabajar.

Recibió un beso de cada uno de ellos y se recostó en el sillón.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Destino inesperado (#1) - H.A #27Donde viven las historias. Descúbrelo ahora