Chimon recibió la llamada de la compañía justo cuando terminaba su práctica de baile. Estaba cansado y agitado cuando respondió el teléfono, dudoso de quien podría ser, pues era un número desconocido.
... Este es Ohm Pawat...
Chimon se estremeció al escuchar esa voz profunda y seria, y su respiración se hizo más pesada. ¿Acaso era él, específicamente quien lo había descolocado en la tarde? Pero entonces escuchó un carraspeo de garganta y supo que el otro hombre estaba ahí también. Su interior se inquietó aún más y la confusión volvió, así que se limitó a escuchar lo que le decía el señor Pawat al teléfono.
... mañana a primera hora...
Tenía el trabajo. Esa es una excelente noticia y su lobo movía la cola de la emoción.
... esta vez toma el inhibidor...
Otra vez con lo mismo ¿Por qué no le creía que sí lo había tomado? No tuvo tiempo de responder pues la llamada fue cortada en ese momento.
Era extraño que lo hubiesen llamado a él, si en la entrevista, el señor Pawat se notaba molesto al verlo y el señor Korapat incómodo. Además, en la llamada tampoco se escuchaba muy convencido que se diga y se notaba aún más molesto. El señor Korapat no había hablado en absoluto, pero supo que estaba ahí y lo decepcionó no haberlo escuchado hablar.
¿Por qué?
Ya lo descubriría mañana. Ahora se sentía aliviado de tener un trabajo, debía arreglar sus horarios en la universidad y contarle a la señora Namwong que ya iba a poder pagar el excedente del alquiler.
Gracias al cielo le había dado un mes de plazo para hacerlo.
» Al día siguiente iba rumbo a la compañía en un taxi, mientras hablaba por teléfono con su amigo, quien lo felicitaba y deseaba lo mejor en su primer día de trabajo.
Llego al edificio de diez pisos y como el día anterior se dirigió a la recepción. Iba lo mejor vestido posible, con sus pantalones negros de vestir ajustados en la parte de los muslos y una camisa de seda blanca, muy bien planchada.
—Buenos días señorita Jennie. —saludó Chimon con una gran sonrisa que hacía ver más gorditos sus cachetes.
—Buenos días chico rosa. —saludó ella— Veo que tú fuiste el afortunado que consiguió el trabajo. Me alegro mucho por ti y no me llames señorita. Sólo Jennie está bien para mí.
—Así es señ-. Así es Jennie, por eso estoy aquí... y gracias.
—Okey, entonces toma. Tu identificación como empleado está lista. Debes llevarla al cuello todo el tiempo. Esta también tiene un chip magnético que te dará acceso a algunas áreas, siendo que eres el asistente de los jefes y debes ir a donde ellos vayan. No la pierdas por nada, el recorrido te lo dará alguien del octavo piso. Tomate esto, ya sabes qué es. —le dio el inhibidor de aroma y un vaso de papel lleno de agua.
Chimon recordó lo que pasó el día anterior y le pidió a Jennie que le diera doble dosis.
Ella dudó, pero él le explicó que el de ayer no había sido tan efectivo y ella cedió. Tomó ambas pastillas frente a ella y esperó los diez minutos mientras ella le explicaba algunas cosas más sobre el trabajo en la empresa.
Una vez en el octavo piso, Chimon saludó a Namtan con una reverencia.
—Muy buenos días señorita Namtan.
—Llegas muy puntual muchacho, los jefes están por llegar. Aquí tienes. —le entregó una tablet, una agenda y un juego de llaves— En la agenda están todos los números telefónicos que debes manejar siempre a mano. La tablet es para que lleves de forma digital los horarios, la programación de eventos y todo lo necesario, las llaves son de la oficina y el estudio privado de los señores en el sexto piso. La puerta la puedes abrir con tu identificación de empleado, pero de igual manera tiene cerradura. Al señor Pawat le gusta mucho su privacidad.
—Entonces ¿por qué debo tener las llaves? —preguntó curioso Chimon.
—A veces el señor Pawat se queda dormido en el estudio y hay que ir a despertarlo, o no saldrá de ahí, menos cuando el señor Korapat está en el salón de prácticas en el quinto piso. —Namtan daba todos los detalles posibles de las labores que desempeñaría Chimon— Por lo general los señores comen en la empresa y tú tienes que hacerte cargo de traerles lo que quieran comer. Tu horario de descanso para comer, será el mismo que el de ellos. Una vez hayas traído su comida, tú podrás salir, ¿entendido?
—Entendido, señorita Namtan. —Chimon escuchó atentamente todas las indicaciones que se le dieron y preguntó— ¿Usted me dará el recorrido por las instalaciones?
—Oh. No. Los jefes lo harán personalmente, en el momento que así lo decidan. Todavía falta que ellos te den más indicaciones sobre las tareas que debes cumplir y te asignen un lugar, que supongo que será dentro de la oficina, por conveniencia.
Mientras Namtan terminaba su discurso, los dos alfas que serían sus jefes a partir de ese día salían por las puertas del elevador y Chimon sintió como su mundo daba vueltas, sin embargo, se mantuvo tranquilo, aunque internamente estuviera desesperado y su corazón latiera como si estuviera en una carrera.
Miró a ambos acercarse y por instinto dio un paso atrás al ver que los hombres se miraban entre ellos y arrugaban la nariz al estar cada vez más cerca. Él se estaba mareando por los aromas, pero no hizo gesto alguno para demostrarlo. Aunque tratara de contener la respiración, era inútil. Los aromas se filtraban por sus fosas nasales y lo hacían estremecerse.
—Buenos días. —saludaron Chimon y Namtan al mismo tiempo.
—Buenos días. —respondieron al saludo los alfas— ¿Ha instruido ya al chico sobre su trabajo, señorita Namtan? —Preguntó Nanon.
—Así es señor. Ya le he hecho saber qué es lo que tiene que hacer. Solo falta que ustedes le den algunas indicaciones más y le asignen un lugar de trabajo. —la secretaria era muy diligente en su trabajo y sobre todo eficiente.
—¿Y le recordaste que aquí todos los empleados deben tomar el inhibidor de aroma? —fue el turno de Ohm para preguntar, mientras resoplaba con clara irritación en el gesto de su rostro y viéndolo a él directamente a los ojos.
—Ya lo sabe señor. De hecho, lo tomó hace un tiempo ya, pues como podrá notar, no hay aroma alguno proveniente de él.
Ohm iba a refutar eso, pero Nanon lo tomó del brazo para que no dijera nada y le indicó a Chimon que los siguiera a la oficina para darle las últimas instrucciones sobre su trabajo de asistente.
𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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Bueno por hoy aquí, lo dejamos. Volveré con nuevos capítulos el día lunes.
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Destino inesperado (#1) - H.A #27
FanfictionSerie Destino libro #1 Ohm Pawat es un alfa de veintisiete años y dueño de su propia compañía disquera, en sociedad con Nanon Korapat, otro alfa de la misma edad. Hombres liberales y poco creyentes en esa mierda de los destinados, un alfa para un om...