Después de ese extraño intercambio íntimo, Chimon se sentía aún más confundido.
Los días seguían pasando como si nada después de eso. En el trabajo todo continuaba igual. Programar y cumplir los horarios y la agenda de los jefes, recibir los recados telefónicos, acompañarlos a las juntas y tomar notas.
Los alfas no habían mencionado nada acerca del extraño beso días atrás, ni nada relacionado. Llegaban a la casa y cada quien se encerraba en su respectiva habitación, con la pequeña variante de que a veces Chimon salía en medio de la noche hacia la cocina y cuando pasaba por el pasillo de las habitaciones, podía escuchar a los alfas teniendo sexo salvaje y caliente.
La primera vez se había asustado, pero después se había vuelto su fetiche secreto, disfrutar y excitarse con los sonidos provenientes de la habitación de sus jefes. Definitivamente su mente le estaba jugando sucio por todas las cosas que se imaginaba que estarían pasando detrás de esa puerta y lo peor era que se imaginaba a él mismo ahí.
Tenía que salir de esa casa pronto o terminaría perdiendo la razón.
—Señor Korapat, ¿podría salir temprano del trabajo hoy?
—¿Tienes clases por la tarde?
—No señor. Es solo que quisiera salir a buscar un departamento para mudarme. Ya he causado demasiadas molestias, en su casa.
Nanon frunció el ceño en confusión y enojo contenido.
—Acaso ¿te sientes incómodo quedándote con nosotros?
—¡Claro que no! Pero no quiero abusar de su hospitalidad y la del señor Pawat. Ustedes necesitan recuperar su privacidad y yo ya llevo demasiado tiempo invadiendo su espacio.
—No tienes que irte. No nos molesta, de verdad... ¿O es tal vez, por el beso que te dimos aquella vez? Si es eso, te prometo que no volverá a suceder.
Chimon parecía una cereza por el sonrojo en su cara. El recuerdo de ese beso seguía fresco en su mente.
—La verdad, es que no me molestó el beso señor y precisamente por eso es que preferiría irme. No es correcto y me da mucha vergüenza.
—No tienes por qué avergonzarte. No fuiste tú quien lo inicio.
—Pero lo permití.
—Y los tres estuvimos bien con eso, ¿no? Pero si realmente te sientes así no voy a obligarte a quedarte. Solo te digo que Ohm no estará muy contento.
Después de eso Chimon salió del edificio, luego de pedir un taxi. Nanon lo dejó salir con la condición de que uno lo estuviera esperando en la entrada para evitar cualquier incidente como el de semanas atrás.
» Ohm había salido a cerrar algunos tratos con compañías publicitarias y de entretenimiento que estaban interesadas en el nuevo cantante Gun Atthaphan que recientemente había debutado, y ya era toda una sensación. Al volver se encontró solo a Nanon en la oficina.
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Destino inesperado (#1) - H.A #27
FanfictionSerie Destino libro #1 Ohm Pawat es un alfa de veintisiete años y dueño de su propia compañía disquera, en sociedad con Nanon Korapat, otro alfa de la misma edad. Hombres liberales y poco creyentes en esa mierda de los destinados, un alfa para un om...