23. Represalias y escrutinio

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Dentro de la oficina Ohm y Nanon se reían de la cara con la que dejaron a Tanapon en el pasillo

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Dentro de la oficina Ohm y Nanon se reían de la cara con la que dejaron a Tanapon en el pasillo. Pero un Chimon ceñudo estaba preocupado.

—¿Deberíamos preocuparnos de que el señor Perth sepa de nosotros?

—Ese idiota siempre nos ha criticado. Además, fue muy directo en cuanto a sus intenciones contigo. No íbamos a dejar que se saliera con la suya.

—Pero... ustedes son figuras públicas ¿Qué dirán los medios si saben de nuestra unión? —A Chimon le preocupaba un escándalo público que arruinara el éxito de ONAN ENTERTAINMENT y la imagen pública de sus alfas.

—Poco nos importa eso pequeño. Ya somos tema de cotilleos en la industria y fuera de ella por ser una pareja de alfas y aun así hemos logrado llegar hasta donde estamos. —dijo Nanon— No te preocupes por Tanapon, hace un tiempo que empezó a dar problemas y hemos decidido cancelar su contrato cuando sus actividades y promociones hayan terminado.

Nanon hablaba con mucha tranquilidad, aunque a Chimon no terminara de convencerlo.

—Eso será peor. Tomará represalias o demandará a la compañía.

—No le conviene hacerlo mocoso. Él sabe que ha faltado a las cláusulas del contrato y no tiene posibilidades de ganar una demanda. Tú quédate tranquilo. Todo estará bien y si es por tus marcas, nosotros felices de que las presumas, pero si a ti te avergüenza-

—No, absolutamente no. A mí tampoco me importa lo que diga la gente. Solo que no quiero que ustedes tengan problemas por mi culpa.

Los alfas rodearon al omega en un abrazo tranquilizador. Lo que sea que viniera, lo enfrentarían juntos. Antes eran sólo ellos dos, ahora tenían un compañero que era sólo suyo para cuidar, amar y proteger y lo harían enfrentando lo que fuera y a quien sea.

—Bueno, pero ahora dinos ¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa descansando.

—Les traje el almuerzo. Sé que estos días que no he estado en la oficina se han saltado la comida y no me gusta.

—Pero debiste quedarte. Sabes que no nos gusta que andes solo en las calles —acusó Ohm.

—Un taxi me recogió en casa y yo realmente quería traerles esto. Lo preparé yo mismo, además de que me aburro solo en esa casa tan grande. Quiero volver al trabajo, realmente me encuentro bien.

—Lo que tú digas cariño. El lunes si quieres puedes volver al trabajo de nuevo. Honestamente te extrañamos rondando a nuestro alrededor. No es lo mismo sin ti.

Se sentaron y comieron los tres juntos como acostumbraban, entre mimos y sonrisas cómplices. Chimon no podía ser más feliz y ni hablar de Nanon y Ohm.

Después de todo, habían aceptado que el destino juega a su gusto y estaban satisfechos de la jugada que había hecho con ellos. Tenían un omega precioso y dulce como la miel —o el algodón de azúcar o ambos juntos— que tenía el más delicioso aroma a flores, una belleza inigualable y un corazón tan grande, que no le había importado entregarse a ellos sin ninguna restricción.

Destino inesperado (#1) - H.A #27Donde viven las historias. Descúbrelo ahora