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Narra Elizabeth
Steve había dicho solo iba y venía pero han pasado ya dos horas y no regresa, he comenzado a ver por la ventana sin alarmar a Sara. Pero me inquieta que se esté haciendo más tarde y él no vuelve.
Comencé a preparar el pastel para llevar con Roberta en lo que Steve volvía.
La ventaja que tenía con Sara era que dejando que hiciera sus dibujos podía hacer otras cosas.
Amaba cada parte de nuestra familia, Steve siempre dedicado a nosotras, siendo un padre algo sobreprotector que aún así me parece tierno.
—Mami mira mi dibujo —replicó Sara mostrándome su dibujo, en el estamos los tres sin olvidar a Fred junto a ella—. Solo la familia perfecta ¿Verdad?
—Lo somos —dije mirando por un segundo a la tv que parecía tener fallas.
—He vuelto —la voz de Steve nos hizo voltear a la entrada.
—¡Papá! —grito Sara emocionada corriendo hacia él—. Mira mi dibujo.
—Es presioso. Vamos a ponerlo en tu mural.
Ambos sonreímos y nos adentramos a la recamara de Sara para ayudarla a pegar su dibujo en la pared de su habitación, está, se encontraba llena de tantos dibujos que mi hija hacia a diario.
Ver la sonrisa de las personas que amo es mi mayor regalo, no puedo pedirle más al universo, ellos son mi todo, mi razón de ser.
Regrese a la cocina para terminar de hacer el pastel y ya era casi hora de irnos con Roberta.
—La camioneta está fallando de nuevo —murmuró Steve.
—Por eso tardaste en llegar.
—Si lo siento, lamento no llegar a tiempo para ayudarte.
—Está bien, tranquilo.
Una vez que los tres estuvimos listos para ir con Roberta, Steve tomo la mano de Sara para llevarla por delante.
Ver a Steve con Sara era mi momento favorito, las dos personas que más amo en el mundo estaban juntas,
por fin lo estaban
Steve y Sara se ofrecieron a terminar de colocar la mesa en el jardín de Roberta.
El señor Jonas quien es nuestro vecino de enfrente llegó con una ensalada que realmente se miraba muy deliciosa, aquel hombre mayor vivía solo, pues su esposa había muerto hace ya unos años y desde entonces Roberta se encargaba de invitarlo a comer para que no se sintiera solo.
