𝘕𝘶𝘮𝘣𝘦𝘳 𝘧𝘪𝘷𝘦... 𝘊𝘶𝘵𝘦

Esta conmigo ahora

—¡Bella! —Naya me grita desde el patio de afuera.

Separo mis labios de los de Jaden y rodeó los ojos levantándome de mi cama.

—No te vayas. —Me agarra de la mano.

—Acompáñame. —Sonrió.

Bajamos riéndonos por las escalaras hasta llegar al patio donde se encontraban todos nuestros amigos.

Parecíamos antisociales ahí arriba solos.

—¡Bella ven rápido! —Vuelve a insistir Naya.

—¡No la llames! ¡Se va a preocupar! —Escucho decir a Lorenzo antes de entrar por la ventana de vidrio que separada a el patio y la sala de juegos.

—oh por Dios. —Me llevó la mano a la boca.

—Eres un inútil. —Charles que venía con comida en la mano se ríe de mi hermano.

Mi hermano todavía tirado en el piso le saca el dedo del medio a su mejor amigo.

—¿¡Que hiciste!? —Voy rápidamente hacia él.

—Es que quería tirarme a la piscina y se calcule mal.

—¡Te cortaste toda la pierna tarado!

—No exageres, es un corte mínimo.

—Lorenzo, como papá se entere...

—Por eso vos no le vas a decir nada. —Mi hermano sonríe.

Si te ve con una herida en la pierna, no creo que lo ignore. O si, conociéndolo...

—Ya lo veremos después, por ahora solo tengo que ir a comprar gasas.

—¿Me jodes que está tremenda mansión que tienen no hay ni una curita? —Mike se ríe sorprendido.

—Primero, una curita no le tapará esa herida, segundo hay que desinfectarla y para eso tengo que ir a comprar lo necesario, y tercero ¿por qué mierda nadie lo detuvo cuando quiso hacer esa mierda? —Pregunto sería.

—Si tú estabas haciendo no sé qué cosa con Jaden, no es nuestra culpa. No es nuestro hijo. —Mike le robó papas fritas a Charles.

—¿Haciendo que con Jaden? —Pregunta Flor sacándose los lentes de Sol.

Todo lo que no hace contigo, estupida.

—Que te importa. —Sonríe Jad.

—¡eres tan gracioso! —Flor vuelve a ponerse sus lentes y sigue tomando sol.

Gracioso va a ser el día que te vayas por fin.

—Toma, límpiate con esto la sangre mientras yo voy rápidamente a comprar. —Le pasó una toalla a mi hermano.

—¡Vuelve rápido! ¡Que se me cae la pierna! —Se ríe Lorenzo.

—A qué no voy nada y te dejo acá solo. —Amenazo.

—No señora, vaya tranquila. —Lorenzo se lleva una mano al corazón.

Me di la vuelva y comencé a caminar hacia las escaleras, Jaden venía atrás mío, obviamente me acompañaría.

...............

—Tu ve a buscar unas gasas y yo buscaré para desinfectarle. —Le digo a Jad.

—Claro. —sonríe.

Me voy hacia la sección correspondiente y empiezo a buscar todo lo que necesito. Compro algunos más de los necesarios por las dudas de que mi hermanito querido vuelva a intentar morir.