No te dejare, no lo haré.

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Como sabría lo que vendría, y déjenme decir que no era muy bueno, mejor me quede callada y no hablé.

—Quiero que mientras estes escuchando esto no te pongas de mal humor ni me contestes jovencita. ¿Está claro? —Dice mi papá.

Yo solo asiento con la cabeza.

Sospecharía que hablaríamos temas empresariales, pero solo estaba yo en la oficina, no Lorenzo... ¿acaso mi padre quiere que yo maneje su empresa y no Lorenzo? Eso si que sería una nueva noticia, papá solo confía en los hombres.

—Me contactaron de la academia en Francia, la señorita Rebeca Green me dijo que tiene un espacio libre y que pensó en ti. Sabes que ella es una vieja amiga y que no te tratarán para nada mal ahí. Tendrás oportunidad para por fin aprender a manejar empresas. Hay clases y los espacios allí son más que cómodos.

—Con todos respeto pero mi respuesta sigue siendo no.

—No es algo que tú decidas, con tu madre estamos considerando ma oportunidad y te lo estamos avisando.

—Por qué es tan difícil entenderlo para ti? — a la mierda el respeto del principio.

—Isabella es una oportunidad única.
De cien becas sólo queda una y pensaron en ti, tienes que ser más agradecida.

—¿Por qué solo no se pueden olvidar de esa escuela? Perdería todo tipo de contacto con mi mejor amiga, mis amigos, mi equipo de voleibol... mi hermano...es mi otra mitad no pueden separarme de él.

—Isabella... —Intenta decir mi madre.

—No, nada de Isabella ¡No van a alejarme de mi hermano! ¡Simplemente No lo harán!

—¡Isabella Copper bájale a tu intensidad que soy tu madre!

—Deja de decir eso ¡nunca fuiste ni serás mi madre!

Las lágrimas corrían por mis mejillas cuando salí de la oficina corriendo y choqué con mi hermano. Él estaba en una especie de shock, sé que escucho toda la conversación.

Me pare frente a él pero no estaba segura de si me había visto porque seguía mirando al piso. Cuando iba a decir algo él me abrazo, un abrazo muy fuerte; tanto que... parecía como una despedida.

Pero... no lo era ¿o si?

—No me dejes, por favor. —Suplica él en voz baja.

—No lo haré Lolo, no lo haré.

Odiaba mentirle pero la verdad es que no estoy segura de si mi padre me mandará ahí o no.

Y tampoco podía hacer mucho para impedirlo, cuando a mi padre se le metía algo en la cabeza no había quien lo pare. Y después de todo, él es mi padre y yo soy menor de edad.

—————

Subimos al segundo piso donde se encontraban Jaden, Nancy y Naya, los cuales no se habían enterado de nada. Y tampoco lo harían.

Me senté en el sillón que estaba mi mejor amiga mirando su teléfono y Lorenzo abrió la puerta porque habían llamado.

—¡LLEGÓ LA ALEGRIA DE LA CASA! —Grita Mike entrando.

—¿Quieres callarte? Tu voz aturde. —se queja Nancy aunque a estas alturas ya todos la ignorábamos.

—Isabella ¿por qué no estás con Jayla? Se supone que hoy íbamos a jugar en las canchas de voley. —Pregunta mike

—Oh... —Mierda, lo había olvidado.

—¿¡Lo habías olvidado!? —Pregunta él haciéndose el ofendido.

—¡no! Claro que no solo... estoy esperando a que Jayla llegue. —En ese momento lo miro a Jaden quien se rie pero entiende enseguida que si lo había olvidado y que quiero que le mande un mensaje a su hermana para que venga.

—Jaden, ¿lo que dice ella es cierto? ¿Tu hermana está viniendo? —Pregunta mike.

—Oh si, ella está en camino. —Dice Jaden.

Mike se creyó eso así que le di las gracias en señas a Jaden y esperamos hasta que Jayla llegue.

—————

—Jayla Está fuera Isabella, dice que la seguridad de la entrada quiere que la vayas a buscar para asegurarse de que viene contigo. —Me informa Jaden.

—Dile que me espere, ahí voy. —Digo agarrando las llaves del auto.

Nosotros vivíamos en un barrio privado, y era hermoso pero molesto. Esto ocurría siempre así que ya estaba acostumbrada, pero la mejor parte (mi favorita) son las canchas de voleibol, tenis, básquet y béisbol qué hay.

—Dile a tu guardia que me cae mal. —Doce Jayla subiéndose al auto y yo comienzo a reír.

—Mike está desesperado y emocionado por jugar.

—Pues eso le durará poco, vamos a ganarle.

—Espero que luego no se les ocurra jugar al béisbol porque perderé. —digo yo.

—Si, y yo.

Las dos comenzamos a reírnos.

—————

Apenas entramos a mi casa, Jayla hace una cara de asco y sorpresa al ver a su prima sentada en el sillón. Creo que no le caía para nada bien.

Me mira a mi enseguida y yo no se que hacer, si prima no me caía bien pero no se si quedaría como una ridícula al hacer caras.

—¡¡¡Llegaste!!! Vamos a jugar ya. —Dice mike saliendo de la casa.

Todos lo seguimos hasta las canchas, incluso Nancy.

Hacemos los equipos Jayla, Mike y yo por un lado y Jaden, Nancy y Lorenzo por otro.

Esto sería gracioso.

𝘕𝘶𝘮𝘣𝘦𝘳 𝘧𝘪𝘷𝘦... 𝘊𝘶𝘵𝘦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora