–Tu madre era una luz que iluminaba todo, Lena, exactamente como lo haces tú. Elizabeth fue tanto mi primer amor verdadero como mi mejor amiga.
–¿Fuiste pareja de mi madre?
–No, cariño, ella fue el amor de mi vida en ese momento; pero jamás fuimos pareja. Intentamos llevar nuestra amistad un poco más lejos, cruzar esa línea que separaba la amistad que teníamos con una relación "común" de pareja, y aunque logramos hacerlo, no lo repetimos nunca más, pues realmente nos amábamos de una manera baste platónica y cero sexual.
–Me gustaría saber más sobre su relación, si no te molesta contármelo, por supuesto. –Lillian sonrió y tomó con cariño la mano de Lena.
–Nunca me molestaría hablarte sobre tu madre, Lena, nunca.
Irlanda años atrás
Lillian estaba en casa de Elizabeth preparando té mientras Elizabeth jugaba con Lex quien tenía cerca de cuatro años de edad.
–Lex, es hora de ir a dormir, pequeño genio.
–No –hizo un puchero–, un ratito más, por favorcito.
–Alexander –la voz de Lillian hizo que el pequeño bajara la mirada y levantara sus brazos para que Elizabeth lo cargara.
–¿Canción para dormir, tía?
–¿En tu feo inglés o en mi hermoso irlandés?
–Irlandés.
Lillian se quedó terminando de ordenar todo en la cocina y esperando a que su té estuviese a una temperatura apta, aunque el de Elizabeth seguía en la tetera, pues si su té no estaba hirviendo decía que estaba frío, algo que Lillian no entendía ni quería entender.
–Tú hijo puede renegar mucho para ir a la cama, pero apenas le comienzo a cantar cae como una roca, me recuerda alguien.
–Yo no reniego a la hora de dormir, Elizabeth.
–Sí lo haces, Lillian. –Tomó a la Lillian por la cadera y la hizo queda frente a ella, Lillian en respuesta puso los suyo alrededor del cuello de la más baja.
–Cualquier persona que nos vea así –Elizabeth las señaló a ambas de manera graciosa– pesaría que somos pareja, Lillian.
–Una pareja que nunca tiene, ni tendrá nuevamente, sexo.
–Pero pareja al fin. Aunque nunca podrás negarme que fui tu mejor experiencia sexual, cariño, aunque nunca más lo repitamos.
–Bueno, teniendo en cuenta que mi experiencia sexual es casi nula, no creo que ese título tenga mucho peso, Eli.
–Deja de hacerle daño a mi ego, Luthor.
Ambas sonrieron y salieron al patio a observar las estrellas mientras tomaban su té, una pequeña tradición que tenían desde que Lillian y Lex comenzaron a quedarse con Elizabeth, siendo primero para controlar un poco el síndrome del viajero de Lillian; pero luego convirtiéndose en su lugar de paz y tranquilidad.
–¿Piensas mucho en el futuro, Lillian?
–No tanto como debería, Eli; pero si pienso en lo que puedo hacer para mejorar el mundo, cambiar el mundo.
–Estoy segura que lo harás, y si no eres tú, será algún Luthor de buen corazón, así como le tuyo, quien hará de este mundo un mundo mejor, un mundo que espero ver materializarse.
–Estás siendo algo dramática, Eli, por supuesto que un Luthor cambiará el mundo para bien y lo hará porque obviamente me tendrá como madre y a ti como su tía loca que le enseña insultos en irlandés.
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Sin motivo ni razón
Fanfiction-Vamos, te prometo que nadie lo sabrás, ni lo notará-. La sonrisa que le dio derrumbó todas y cada una de sus barreras. -¿Regresaré al amanecer? -su interlocutora negó sonriendo-, ¿Cuándo regresaré?-. Aquello le causaba una genuina preocupación. ...