FINAL

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Eliza estaba ya completamente maquillada y no sabía que estaba sucediendo, pues Alex y Kara no le decían nada, solo la veían desde la esquina y sonreían de manera tierna.

—Ahora, la pregunta del millón de dólares —dijo Kara con voz algo misteriosa—, ¿traje o vestido?

—¿Qué? ¿Podrían explicarme que está pasando y porqué debo elegir entre un traje y un vestido?

—Mamá, estás a menos de media hora de unir tu vida a la de Lillian, así que decide.

Fue la única que respuesta que Alex le dio su madre.


—¿Qué quieres decir con unir mi vida a la de Eliza, Kieran? —Preguntó Lillian sin saber a cuál de sus hijos ver.

—Pues lo que escúchate, mamá, ahora dime —dijo Lena levantando las dos opciones que Lillian tenía para vestir—. ¿Traje o vestido?

—¡No me han explicado nada, Lena!

Prácticamente gritó, llevándose un pequeño golpe de parte de la chica que le estaba terminando de arreglar el cabello.


—Creo que Lillian usará el traje, y aunque no me opongo a que mamá también lo use, se verían muy bien si mamá usa vestido.

—Tienes razón, Alex; pero al final mamá debe sentirse cómoda, no importa cómo se vean al final en las fotos, aparte los cuatro cambios están diseñados para coincidir a la perfección no importa la combinación.

—Chicas, ¿me voy a casar?

Preguntó Eliza en un susurro algo acuosos.


—Y pensar que tienes más de cinco doctorados, mamá.

—No insultes mi inteligencia, Lena, y explícame que está pasando.

—Pasa que te casarás con Eliza Danvers en menos de treinta minutos y necesito que elijas que usarás, porque, aunque dudo que a Eliza le molestaría verte con la ropa que traes puesta, creo que sería un poco incómodo para el resto de los invitados.

Lillian estaba terminando de procesar lo que su hija decía, mientras analizaba bien el vestido azul claro y el traje en el mismo tono.

—Traje —dijo casi en susurro.


—Sabía que el vestido sería ideal para ti, mamá. Te veras preciosas, Lillian no podrá sacarte los ojos de encima ni por un segundo.

Kara comentó aquello mientras ayudaba a cerrar la cremallera del vestido de su madre, Alex no era de mucha ayuda pues estaba un poco ida y solo veía a su madre con adoración.


—Te queda perfecto, mamá —comentó Lena ayudando a su madre a quitar las arrugas inexistentes de su espalda.

—¿Crees que le guste a Eliza?

—Estoy un noventa y cinco por ciento seguro de que babeará por ti con ese vestido.

—¿Y el otro cinco por ciento?

Los nervios eran palpables en su voz.

—Es indeterminado, pues las reacciones podrían ser variadas, desde besarte apenas te vea hasta vomitar por los nervios.


—Creo que voy a vomitar —dijo Eliza completamente invadida por los nervios de hacer algo mal.

Sin motivo ni razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora