Capítulo 15

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Louis pidió pizza, porque no había nada comestible en la cocina. Apenas había estado allí desde la desaparición de Harry, prefiriendo pedir comida para llevar y comer en la sala de estar. Ver su cocina vacía, ver todos los pequeños artilugios innecesarios que Harry había insistido en comprar, lo había enfurecido terriblemente. Así que había evitado la cocina como una plaga.

Pero ahora Harry estaba de vuelta.

Harry estaba de vuelta.

Louis apenas podía apartar sus ojos de él mientras comían sus pizzas. Tenía que recordarse a sí mismo que Harry no era tan inocente y genuino como parecía, que no debía perdonarlo tan fácilmente. Pero no podía dejar de mirar fijamente, hambriento por verlo.

Sus ojos se encontraron a través de la mesa, y Harry le sonrió, sus pómulos se volvieron un poco rosados. Louis quería besarlos, luego lamer hasta esa boca rosada hasta que Harry estuviera temblando de nuevo y haciendo esos pequeños ruidos suyos.

—Mmm, esto es lo mejor que he comido aquí! ¿Cómo es que no me has hablado de la pizza? —Dijo Edward antes de tomar otro bocado de pizza y gemir con aprecio.

Harry arrugó la nariz.

—Porque he visto a gente en la televisión decir que no es saludable comerla.

Louis los miró con desconcierto. Había pensado que el extraño olvido de Harry sobre tantas cosas obvias era solo una peculiaridad de él, pero su amigo parecía compartirlo. Edward era tan raro como Harry. Y al igual que Harry, parecía un personaje que se había escapado de un cuento de hadas de Disney. Era etéreamente hermoso con una piel extrañamente blanca, un largo cabello plateado y profundos ojos verdes. Parecía un maldito príncipe.

También había algo... fuera de su aspecto. No era el color del cabello; Edward no fue el primer tipo que Louis había visto que se teñía el pelo con colores extraños. No, era otra cosa. Alguna cualidad que Harry tenía también.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar aquí? —Dijo Louis, mirando a Edward.

Edward se detuvo a medio masticar. Él intercambió una larga mirada con Harry. Casi parecía como si estuvieran comunicándose sin hablar. Deben haber sido muy cercanos.

—Espero que esté bien que me quede con ustedes hasta que encuentre un trabajo —dijo Edward y tomó un sorbo de té.

Louis reprimió un resoplido. Le sería imposible responder negativamente sin verse como un imbécil. Este tipo no era tan despistado socialmente como Harry tendía a serlo.

—Tendrás que compartir con Harry —dijo Louis—. No hay habitación libre. A menos que quieras dormir en el sofá.

—Él puede tomar mi habitación —dijo Harry, mirando a Louis por debajo de sus pestañas—. Puedo compartir contigo.

Louis se humedeció los labios y asintió.

Harry bajó la mirada de nuevo.

Mientras tanto, Edward se atragantó con su té y comenzó a toser, con los ojos como platos.

—¿Vas a compartir una cama con Louis? —Dijo, mirando a Harry como si le hubiera crecido una segunda cabeza. Harry miró su pizza como si fuera la cosa más interesante del mundo.

—Prefiero compartir una cama con Louis que contigo. Ni siquiera sabes cómo abrazar.

Edward lo miró con una mirada vagamente escandalizada. Louis se habría reído si no estuviera ocupado tratando de no mostrar cuánto le afectó la mera idea de que Harry durmiera en su cama. Dormir. Cierto.

—Está bien —dijo Edward, dándole a Harry la mirada de "hablaremos más tarde".

—¿Cuánto tiempo hace que se conocen? —Dijo Louis, compadeciéndose de Harry, que parecía que estaba a punto de estallar en llamas. No debería haber sido tan entrañable. Cristo, era jodidamente imposible permanecer enojado con esa cara.

𝑰'𝒅 𝒘𝒂𝒍𝒌 𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉 𝒇𝒊𝒓𝒆 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖 》𝒍.𝒔.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora