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RUBIO PECOSO

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Hwang Hyunjin

10:34 am

Odio levantarme a esta hora, no es muy temprano, pero ayer me desvele por pensar en cierto chico de pecas y no pude dormir bien.
Aunque si no me levantaba de inmediato iba a llegar tarde a la universidad.

La había pasado bien ayer, nunca pensé que tomar café con alguien que no conocía se me iba hacer cómodo y lindo a la vez.

Pero lo fue.

Fue un muy lindo momento, lastima que no pude saber el nombre de ese rubio pecoso, aunque el tampoco supo el mío debido a que quise hacerme el "intrigante e interesante".

No tengo la más remota idea de por qué.

Sentí como la cama se hundia y cuando volteé a ver note que se trataba de Kkami, me veía con sus tiernos ojitos color azabache.

—¿Estaré perdiendo la cabeza Kkami?— pero solo se limito a rascarse la cabeza con su patita— Voy a tomar eso como un tal vez.

Finalmente me pare de la cama y fui a buscar algo para ponerme.
Me decidí por unos skeanie jeans azul claro y una remera blanca ancha con un sueter de lana color cremita, después me pondría una campera más abrigada para no tener frío.  Y como accesorios me puse algunos anillos.
Al salir de mi habitación me encontré con mi mamá que estaba preparando café; una de las pocas cosas que tenemos en común es que a ambos nos encanta el café.

—Hola mamá.

—Buen día hijo— al voltearse pude ver como tenia los ojos super rojos y ojeras muy notables— ¿A donde te fuiste anoche?

—De seguro se fue a vaguear por ahí sin que le importe nada ni nadie— respondió mi papá asomándose a la cocina.

—Fui a caminar, necesitaba aire.

—Claro porque nosotros siempre te lo quitamos ¿no?— dijo mi papá.

—No empiecen, es muy temprano para que estén peleando— dijo mi mamá con voz casi de súplica. Mi papá y yo solo nos limitamos a darnos una mirada de odio.

No me apetece desayunar en el mismo lugar que el y para poder llegar temprano a la universidad puse mi café en un vaso térmico.

—Ya me voy— mi mamá ladeo la cabeza.

—¿Tan pronto?

—Si, prefiero llegar más temprano y no andar a las corridas, aparte, voy a poder charlar un rato con Minho antes de que nuestras clases empiecen.

—¿Te seguis juntando con ese raro?—dijo mi papá, se pone muy irritante a esta hora.

—Sea raro o no es mi mejor amigo, y le tengo mucho afecto, así que te agradecería que no lo insultes o lo que sea que estés haciendo— dije agarrando mi mochila y mi café listo para irme.

—Avisa cuando llegues— me dijo mi mamá de manera neutra, yo no hice más que asentir.

Se que suena raro, pero cada vez que salgo de mi casa, el aire y ambiente se sienten diferentes, se sienten tranquilos. Y eso me agrada.

Al llegar a la parada, unos diez minutos después me subí al autobús y me dirigí hacia la universidad.
Cuando finalmente me puse a ver mi celular, note que Minho me había mandado un mensaje.

Noche de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora