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NOCHE DE INVIERNO

●○●
Hwang Hyunjin

Muchas cosas habían pasado durante estos últimos años. Abrí mi propia galería de arte. Me mude con Felix. Minho adoptó tres gatos de los cual no me acuerdo muy bien el nombre. Cristopher volvió a ser amigo de Felix y entre ellos esta todo bien. Hannah y Olivia se mudaron juntas. Y ahora mismo yo estaba esperando a que mi casi esposo venga al altar conmigo.

Varios amigos y toda la familia del rubio pecoso estaban en el gran salón acompañándonos. La mayoría de ellos estaban llorando. Mi mamá estaba sentada muy cerca de mi, con una sonrisa orgullosa en su rostro, mi papá se había negado a venir o a intentarlo lo cual no fue problema para mi, la invitación se la había dado Lix a mi me daba igual si él estaba o no. Por suerte mi mamá se habia separado de él unos meses después de que me mude. Minho estaba sentado al lado de mi mamá, echándole algunas miraditas a Jisung que había vuelto de un viaje que duró dos años. Por lo que sé, no sé han hablado desde antes de eso.

La música empezó a sonar, y todos miraron hacia atrás para ver como mi bello casi esposo estaba caminando en mi dirección. Llevaba un traje blanco que le quedaba hermoso, tanto que me daban ganas de sacárselo ahí mismo. Aunque saque esos pensamientos y lo emocional apareció, algunas lágrimas salieron de mis ojos y me las seque rápidamente en cuanto Felix estuvo a mi lado. Sonriéndome de la manera en la él solo sabe sonreírme. Se ve como un ángel caído del cielo que juro que si no estuviera toda esta gente lo besaría de la cabeza a los pies. Ambos dijimos nuestros votos y en menos de lo que me di cuenta escuche las palabras.

—Puede besar al novio.— rápidamente agarre su cintura acercándo nuestros rostros para besarlo con fuerza pero con mucho amor. El rubio pecoso pasó sus brazos por detrás de mis hombros, tirando levemente de mi cabello. Lo besé tanto que terminé agachandolo y riendo en medio del beso. Los aplausos de todos nos hicieron salir de nuestra burbuja.

—¿Cómo te sientes querido esposo?— murmure en su oído.

—Bastante bien amor, empecemos la fiesta por favor.— le di una sonrisa ladina y fuimos hacia el salón en donde estaba la comida y la música. Estaban sonando canciones de un grupo llamado Straight Kids o algo asi.
Luego de un par de horas tenía a mi esposo bailando en frente mío y solo para mi. Lamiendo mis labios me le acerqué y plante un beso en su manzana de adán. Sentí como Felix se estremecía en mis brazos y sonreí. Sus ojos estaban más brillantes de lo normal, mirandome con esa pizca de travesía que yo solo podía admirar. Lo besé desesperadamente, introduciendo mi lengua en el acto. Las manos de Lix se arrugaron en mi camisa y solto un jadeo en cuanto mordi su labio inferior.

—¿Qué dices si empezamos nuestra luna de miel acá?— le dije divertido.

—Mhm, tal vez. Pero la fiesta sigue, así que vas a tener que esperar mi amor.— murmuró sobre mis labios y se fue con sus amigos dejándome con ganas de más.

Ya va a ver ese pecoso mimado.

Maso menos eran las seis de la mañana cuando apenas ya la gente se estaba yendo. Felix y yo nos íbamos a nuestra luna de miel en unas horas. Íbamos a viajar a Italia, nos quedaríamos unas dos semanas ahí. Busque a mi esposo en el salón para encontrármelo durmiendo en medio de sillas y con una campera arriba como manta.

—Durmiendo en tu propia fiesta eh. Sos un caso aparte amor.— murmure en voz baja cargandolo de manera nupcial, lo lleve hasta el auto acostandolo en los asientos de atrás. Conduci hasta nuestra casa, al llegar recoste a Lix en nuestra cama y fui a darme una ducha, y me puse ropa más cómoda. Agarre las valijas y bolsos que estaban listos. Cuidadosamente trate de despertar a mi rubio pecoso. Lentamente fue abriendo sus ojitos y frunció el ceño cuando me vio.

—¿Amor? ¿Dónde estamos?

—En casa, tenes que bañarte y cambiarte porque en dos horas sale nuestro vuelo amorcito.— le dije acariciando su rostro.

Él asintió y se levantó para ir al baño y tomarse una ducha. Yo lo espere en la sala y unos quince minutos después apareció mi esposo con un pantalón ancho y uno de mis buzos. Sonreí con ternura al verlo tan adormilado. Fuimos al auto y nos dirigimos al aeropuerto, en cuanto llegamos tomamos un café con unas galletas y una hora después ya estábamos despegando vuelo hacia Italia.

Las horas pasaban y Felix yacía dormido en mi hombro. Yo cerraba de vez en cuando los ojos pero no conseguía el sueño. Para cuando me di cuenta estábamos llegando al aeropuerto de Roma. Eran las ocho de la mañana maso menos. Desperté a mi rubio pecoso con besos en su mejilla y perezosamente fue despertándose. Al bajar del avión nos dirigimos a nuestro hotel. Era bastante lujoso, había sido un regalo de parte de los papás de Lix. En medio de risas, miradas curiosas de las recepcionistas y besos humedos llegamos a la habitación.

—Antes de que empiece nuestra luna de miel al completo vayamos a pasear.— dijo el rubio pecoso levantándose de la cama matrimonial.

—¿Por qué seguis dejándome las ganas eh?— él se rió nervioso y me dio una mano para levantarme aunque yo lo tire a mi lado.

—Solo quiero que sea algo especial. Es nuestra primera vez juntos como esposos. Así que primero quiero que vayamos a dar una vuelta.— resignado fuimos a la entrada del hotel y salimos a pasear.

Las vistas eran hermosas, el Coliseo, la Plaza Navona, el barrio Judío pero sobre todo Felix. Oh mi Felix se veía tan hermoso como siempre, recibía muchas miradas de parte de los demás lo cual me molestaba un poco así que cada que sucedía le plantaba un beso que lo dejaba sin aliento.

Se hicieron las diez de la noche más o menos y ya habíamos cenado. Volvimos al hotel y riéndonos de todo lo sucedido subimos a nuestra habitación compartiendo algunos besos en el camino. Se fue intensificando con el pasar de los segundos y pronto tenía a Felix bajo mio gimiendo en mi oído. Dejé leves caricias en su cintura y besé su pecho, cuello, abdomen. Básicamente le besé todo el cuerpo. Todo en el es perfecto.

Mi esposo es perfecto.

Luego de un rato ambos estábamos dejando caricias en el cuerpo del otro, él estaba agotado y no podía estar más orgulloso de ser el causante de eso. Descansaba sobre mi pecho y me abrazaba por la cintura. Dejé un beso en su frente.

—¿Lo sentiste especial?

—Si, porque me senti amado y sé que vos también.— yo sonreí con ternura.

—¿Qué loco todo no? ¿Te imaginas que no nos hubiéramos conocido?

—Agradezco mucho haberte conocido esa noche de invierno.— lentamente fui cerrando los ojos, sabiendo que todo iba a estar bien porque estaba con Felix.

Y es el único al que necesito y voy a necesitar siempre.

Fin.

○●○

Bueeeno, llegamos al final de esta historia 😭. Espero que les haya gustado. Yo disfrute mucho escribirla y ver el apoyo que recibía de ustedes.

Gracias por quedarse hasta el final, me faltaría nomas un extra y ya terminaría definitivamente.

Bueno, eso es todo. Lxs amoo, nos leemos en otras historias pronto ♡

Noche de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora