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ROSAS BLANCAS

○●○
Lee Felix

5 años después.

—Feliz cumpleaños amor.— dije dejando un casto beso sobre los labios de mi novio.

—Gracias rubio pecoso.— respondió agarrando mi cintura y dándome otro beso.

Habíamos decidido festejar el cumpleaños de Hyunjin directamente en nuestra casa. Nos habíamos mudado juntos hace tres años aproximadamente. Yo ya había terminado mi carrera al igual que Hyunjin. Él abrió su propia galería de arte y yo a unas cuadras de ahí conseguí trabajo de chef en un restaurante algo prestigioso. No era algo del otro mundo pero ganamos bien y nos gusta lo que hacemos.

—¿Al final si queres ir a tomar algo con los chicos?— le dije pasando mis brazos alrededor de su cuello. Él agarro con un poco más de fuerza mi cintura.

—Mhm, luego. Tengo en mente otras cosas.— murmuró con una sonrisa ladina. Iba a quejarme pero solte un suspiro cuando dejo algunos besos en mi cuello.

—¿Algo en lo que pueda ayudar?— le dije devolviendo le la sonrisa. Me levanto del suelo haciendo que enrede mis piernas en su cadera.

—Tal vez puedas darme mi regalo de cumpleaños.

—Ya te lo di en la mañana.— me contradije a mi mismo porque intento hacerme el difícil y sigo besandolo. Solté un jadeo cuando caí en el colchón de nuestra cama.

—Merezco otro regalo.— dijo con un aire divertido mientras se ponía encima mío.

—Solo porque es tu cumpleaños.— saque su remera con rapidez a la vez que intentaba sacar mi propia ropa.

—Parece que alguien está tan ansioso como yo.

—Cállate y bésame.— espete, él no se negó y empezó a dejar un rastro de besos por todo mi torso.

—Qué lindo es cumplir años.— murmuró dejando un beso en mi abdomen. Yo me reí.

Estoy muy enamorado de este idiota.

●○●

25/03/29

—Vamos a llegar tarde amor. Apúrate.— grite hacia la habitación, íbamos a cenar y por algún motivo Hyunjin estaba tardando más de lo normal. Mi novio salió vistiendo bastante formal y demasiado bien para mis ojos.

El maldito siempre se ve bien.

—Perdón, no me podía decidir.— dijo acompañándome hacia la puerta, agarro su abrigo y ambos salimos de la casa para ir al auto.

—Ni siquiera sé porque tardas tanto, es una cena.— Hyunjin había reservado una mesa en un restaurante cerca de su trabajo. Ya que era mi día libre íbamos a salir a comer.

Nos subimos al auto y emprendimos camino hacia el restaurante. Unos diez minutos después llegamos y el mesero nos guió hacia nuestra mesa. Pedimos pasta y un filete que estuvo delicioso.

—Creo que me va a explotar la panza.—exagere y Hyunjin se rio.

—Aguanta un poco que tengo que mostrarte algo.—dijo parándose de su asiento. Extendió una mano para que yo también me levante, la agarre algo dudoso y fuimos hacia unas escaleras que estaban al fondo de un pasillo. Al terminar de subir me di cuenta que era una terraza, habían velas por todo el lugar, iluminaban un hermoso camino de rosas blancas.— ¿Hyunjin que es esto?

—Tengo que decirte algo.— dijo con cierto nerviosismo en su voz. Yo me quedé en silencio para que hable.— Durante estos casi seis años en los que hemos estado juntos me he dado cuenta de una cosa. Te amo, y siempre voy a hacerlo.

—Hyunjin...

—No me imagino una vida sin vos. No quiero una vida en la que no estés a mi lado. Desde que te conozco iluminaste mi vida, le diste más sentido. Estoy muy agradecido con vos por eso, el simple hecho de tu existencia me hace feliz.— lentamente se arrodillo y saco de su bolsillo una caja blanca.—  Y es por eso que hoy quiero pedirte que te cases conmigo. Estoy listo, más que nunca.

Me lleve mis manos a mi boca para taparla por la sorpresa. Estaba llorando de la emoción. Vi un anillo blanco y otro café en esa cajita pequeña. Al mirar los ojos oscuros de mi novio pude ver la seguridad en ellos, y sabía que yo también estaba listo. Siempre lo estaría. Con una sonrisa me agache para estar a su altura. Me seque algunas lágrimas para luego hablar.

—También estoy listo. Quiero casarme con vos.— le dije, el solto el aire que estaba conteniendo. Y me beso, me beso de la manera más dulce que alguien podía ser besado. Como si fuera algo frágil que podría romperse fácilmente. Agarre algunos mechones del ahora peliazul de mi prometido y seguí besandolo por unos minutos más.— ¿Vos hiciste todo esto?

—Con un poco de ayuda de Minho y Olivia.— murmuró, yo me reí suavemente.— Aunque antes fui a preguntarle a tus padres que les parecía. Tu papá lloro en cuanto supo que te iba a pedir matrimonio.

—Lo puedo imaginar.— dije entre risas.— Bueno, vayamos a casa. Quiero celebrar.— él arqueo una ceja divertido.

—¿Ah si? Y yo pensé que ibas a organizar y planear todo para nuestra boda.— dijo agarrando mi cintura y besando la comisura de mis labios.

—Luego, ahora quiero celebrar toda la noche.

—Cómo mi rubio pecoso lo pida.— seguimos besándonos por un rato más.

Pagamos la cuenta y fuimos hacia el auto. Terminamos celebrando media hora en el auto y otras horas más en la casa. Hyunjin había agarrado un par de rosas y había tirado los pétalos en la cama. Ahora mismo, ambos desnudos y abrazados descansamos en los brazos del otro. Lentamente fui cerrando los ojos, con el pensamiento de que no estaría más feliz en otro lado que no sea con Hyunjin. Le di un beso en el pecho y lo abrace con más fuerza.

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Noche de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora