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LO SIENTO, TE AMO

Han Jisung
○●○

Ya habian pasado varios meses, en los que estuve más que nada con Felix pero también con Minho.
Este último se había vuelto una persona muy importante para mí, tanto que me daba miedo. Estaba comenzando a sentir demasiado fuerte por él y eso no era bueno.

¿Por qué? Porque yo se que no podemos estar juntos. Aunque es lo que más quiero, no puedo. Debería importarme una mierda lo que quieran mis papás para mi, pero sigo dejándome utilizar por ellos. Y me lastima ver la cara de desilusión en Minho cada que le digo que no quiero estar con él.

Ya no se si le miento a él o me miento a mi mismo.

Ahora mismo estábamos en mi departamento, acostados, viendo una película a la cual ya no le estaba prestando atención por mis pensamientos, sin darme cuenta lágrimas estaban cayendo por mi rostro.

—¿Ji? ¿Estas bien?— dijo Minho en cuanto me vio.

—Sisi, no pasa nada.— él se sentó para mirarme.

—¿Qué sucede?

—Es solo qué...

—¿Qué lindo? ¿Qué pasa?— es tan dulce que duele.

—Creo que ya no deberíamos vernos.

—¿Cómo? ¿Pero por qué? ¿Hice algo?

—No es eso Min, yo...— mi voz se estaba quebrando.— Lo siento, te amo. Te amo demasiado y eso me asusta.

—No debería asustarte eso, es algo normal, yo también te amo Ji, te amo mucho.

—Lo sé, y no quiero eso. Mereces a alguien que pueda estar con vos. A alguien que sus padres no le prohíban hasta respirar.

—Pero eso a mi no me importa, no me importa nadie más, no quiero a nadie más.

No sigas.

No digas nada más.

Basta, deja de decir eso. Quiero que seas feliz.

—Soy feliz contigo Jisung.

—Quiero que seas feliz con alguien al que puedas llamar novio.— sus ojos estaban lagrimeando.— Y ese alguien no soy yo Min.

—¿Así que eso es todo? ¿Se terminó?— yo baje la mirada.

—Creo que debería irme.— dijo él levantándose del sillón.

Estaba apunto de abrir la puerta para irse, cuando se detuvo para mirarme, lentamente se me acercó, y me beso. Este beso no se sintió bien, no se sintió como los otros.

Se sintió como el último...

Prométeme que en otro momento, o en otra vida vamos a estar juntos.— dijo en cuanto nos separamos.— Promete lo.

—Lo prometo.— dejo una leve caricia en mi mejilla para salir por la puerta.

De pronto el ambiente se sentía frío. Mis sollozos resonaban por las paredes, me hice una bolita en el piso y llore hasta que mis ojos comenzaron arder. Necesitaba cariño. Lo necesitaba a él, pero no lo tenía, ya no.

Noche de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora