Spider Hearts ||Peter Parker||

004

❝Homecoming❞

Habían pasado ya algunas semanas desde que llegué a Queens y a Midtown, me iba acoplando bastante, aunque la parte de ser más sociable estaba resultando un tanto complicada, no había mayor problema.

Bueno sí había.

Mis habilidades sociales no eran las únicas estancadas, también lo estaba mi misión.

Pues en dos semanas no había tenido ninguna prueba ni indicio de estos vendedores de armas.

—Hola Jade —Ned me saludó.

—Hola Ned —saludé de vuelta.

—Te tocó hacer el trabajo con Peter, ¿no es así? —me preguntó.

Asentí. —Sí, sí así es... Pero no logro ponerme de acuerdo con él para trabajar en eso —mencioné.

Ned hizo una mueca. —Su pasantía en Stark le roba mucho tiempo —se quejó.

Peter... ¿Qué podía decir de Peter?

No sé qué sucede con su vida, a veces llega tarde, o cansado, y lo malo de estar de encubierta en una escuela, es que debo hacer tareas para que no me expulsen.

—Espero que podamos hacerlo pronto, también tengo cosas que hacer —me limité a decirle.

Un punto importante es que me había dado a la tarea de investigar a mis compañeros de clase, para detectar posibles amenazas o conexiones peligrosas, pero al parecer todos tenían una vida bastante normal.

—Ven, vamos al salón y a ver si nos encontramos a Peter —Ned sugirió.

—Claro —respondí.

Sí... Con quienes más hablaba era con Peter y Ned, le hablaba solo un poco a Michelle y a Flash, pero hasta ahí.

Mientras nos acercamos a un pasillo repleto de gente, ví de reojo que Ned buscaba algo en los bolsillos de su chaqueta.

—Mira, ahí está —señaló con la mirada hacia el pasillo.

Y entonces vi a Peter abriendo su casillero, vistiendo lo que parecía ser una camisa a cuadros y encima un suéter azul celeste, acompañado de unos jeans azules y tennis.

Ned y yo nos acercamos a paso veloz pero siendo cuidadosos y al estar cerca, Ned puso una figurita de juguete en el hombro de Peter.

—Únete a mí y juntos construiremos mi nueva Estrella de la Muerte de LEGO.

Peter de inmediato giró para ver a Ned y pude ver la emoción en su rostro. —¿Qué, es en serio? —Ned asintió—. ¿Cuántas piezas?

—Tres mil ochocientas tres piezas.

¿Piezas? ¿De qué hablaban?, Los tres comenzamos a caminar por el pasillo.

—Qué loco —murmuró Peter—. Hola Jade —me saludó mostrando una pequeña sonrisa.

—Hola, Peter —hablé.

—Entonces, ¿quieres armarla hoy? —preguntó Ned.

—Ned... Esta tarde no puedo porque tengo la pasantía y... —Ned interrumpió a su amigo.

—Sí, la pasantía, pero ya no tienes tiempo para nada —se quejó Ned.

Yo permanecía callada, escuchando la conversación de ambos chicos. —Bueno, tal vez Jade quiera ayudarme a construir la Estrella de la Muerte —volteé a verlo.

—¿Qué es una Estrella de la Muerte? —pregunté.

Ambos chicos frenaron de repente. —¿¡No sabes qué es la Estrella de la Muerte!? —me preguntaron.