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Missions

Era un día, como cualquier otro en la escuela, saqué de uno de los bolsillos de mi chaqueta el comunicador que estaba conectado al que le había dado a Peter, bueno, a Spider-Man.

Lo miré unos segundos y vi que un puntito palpitaba, quería decir que tenía un mensaje, fui al baño, al encerrarme en un cubículo me coloqué el comunicador, lo reproduje.

—Hola, aquí tu buen compañero Spider-Man —rio un poco—. Descubrí dónde estarán los de las armas, a las once, en el ferry de Staten Island, así que... Si quisieras venir y ayudarme... —hizo una pausa—. Te veo aquí.

Saqué mi celular y vi la hora. Diez y media.

—Carajo —susurré.

Era presentar el examen de literatura, o seguir con la misión.

Tenía la libertad de elegir. Seguir trabajando para una inexistente Habitación Roja o ser una chica normal.

Ayudar a Peter o vivir mi vida.

Dejar a esos criminales seguir con su negocio... O proteger a la gente de esta ciudad.

Fue entonces cuando supe cuál sería mi decisión.

Wow... No sabía que podía ser tan empática.

Salí del baño y me fui de la escuela, llegué a mi casa, y entré por la ventana a mi habitación para colocarme el traje y la máscara de Widow.

Antes de volver a salir, escuché pasos que se acercaban a mí habitación, por lo que me salí por la ventana, pero decidí esperar y escuchar.

—Sí, todo está bajo control —escuché la voz de Olena y fruncí el ceño—. Ya sé lo de los reportes... No, aún no sé si Belova pudo liberarla —solté un jadeo, ella ya lo sospechaba.

—Me está tomando más tiempo encontrar los archivos y eliminar su información —escuché que removió algunas cosas en mi escritorio.

Me asomé un poco a la ventana y vi que en sus manos tenía ese diario con pasta morada.

—Lo de Anya fue fácil, la Habitación Roja la tomó cuando era una bebé, lo difícil está siendo Irina, tenía tres años, y por suerte no recuerda nada, aparentemente.

¿Con quién rayos se estaba comunicando?

—Hay otro problema... Conoce a alguien con quien estuvo relacionada antes de la Habitación Roja.

—¿Qué? —hablé.

—Espera —dijo Olena, escuché que desenfundó su arma y dio pasos hacia la ventana.

Por instinto comencé a descender por las escaleras de emergencia, miré hacia arriba para asegurarme de que no me viera, y una vez con esa certeza, decidí dirigirme al ferry.

¿Pero cómo? ¿Que conocía a alguien de mi pasado? ¿Sabía que Yelena y Ana estaban buscándome? ¿Con quién estaba hablando?

Bueno, eso se resolvía fácil, aún había una gran red de Black Widows alrededor del mundo.

Pero aún así, ¿cuál era su misión en verdad?

Corrí lo más rápido que pude hacia el muelle, y al ver el ferry anaranjado, me trepe por uno de los lados usando el lazo de mi cinturón.

—Dime que ya llegaste, por favor —escuché que me hablaron por el comunicador.

—¿Qué tú no? —cuestioné en voz baja.

—¿Dónde estás? —me preguntó.

—Punta sur del ferry, tengo en la mira al objetivo, está con otros dos sujetos —dije.

Spider Hearts ||Peter Parker||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora