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CAPÍTULO DIECIOCHO
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A veces me arrepentía de ser una figura pública, sobre todo cuando una simple imagen se viralizaba hasta el punto de tener mi teléfono saturado por mensajes de fans, familiares, y periodistas intentando obtener información de la fuente principal.
Me coloqué los lentes de sol y puse el celular en silencio para después guardarlo dentro de mi bolso playero. Simplemente le había respondido a mi mamá para hacerle saber que todo estaba bien, que las vacaciones habían salido mejor de lo que esperaba y que le contaría todo cuando volviera a Buenos Aires.
Con los demás no me molesté ni siquiera en abrir el chat. Tenía la confirmación de lectura desactivada, pero, aun así, tener tantos mensajes sin leer me abrumaba. Estaba pensando en cambiar el número otra vez, aunque ya lo había hecho hacía unos cuantos meses atrás cuando surgió el rumor de que tenía un affaire con Fernández, el doral 24 de la selección argentina.
— ¿Otra vez? —Cami me miró preocupada—. No sé por qué pensaron que publicar esa historia los dos era una buena idea.
—No pensé que mi gato les iba a llamar tanto la atención —Refunfuñé—. Hay miles de gatos negros en el mundo.
—Sí, pero no todos están en la misma habitación con uno de los jugadores de fútbol más famosos y una modelo que cada vez se vuelve más reconocida —Una sonrisa pequeña iluminó su rostro, dejándome saber que todavía esperaba que le contara lo que había sucedido con Junior—. No creas que me olvidé, solo te estoy dando tu espacio.
— ¿Te acordas de Guilherme y Clara? —Pregunté. Llevé mi vista hacia al frente, observando como los futbolistas jugaban al tejo con los hijos de mi amiga—. Fueron ellos, todo este tiempo pensé que habíamos sido nosotros, pero en realidad estaba todo armado.
— ¿Guilherme el amigo de Neymar? —Su sonrisa desapareció, dándole paso una expresión de confusión—. ¿Y tu amiga Clara? ¿La misma Clara que te presentó al negro?
—Sí, esa misma —Tomé una respiración profunda antes de comenzar a explicarle todo a Cami. Yo todavía no terminaba de entender cómo habíamos sido tan tontos, aunque el hecho de que fueran nuestros mejores amigos quienes nos habían separado, hacía todo un poco más claro. Entendía que Junior nunca iba a desconfiar de Guilherme, y yo nunca iba a desconfiar de Clara, hasta ahora claro—. Junior me dijo que el día en que yo me fui iba a pedirme que fuera su novia oficialmente, ese mismo día me llegó la foto esa...
