Capítulo 2

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"Es como si estuviera sonámbulo, convertido en un hueco más"

"Sleepwalking" —Bring me the Horizon


—¿Estás mejor? —preguntó la voz cerca de él.

Alguien lo sostenía. No había notado a qué hora sucedió, lo que si sabía es que no quería alejarse de esa extraña paz. No tenía idea de cómo o por qué, pero le brindaba una cálida sensación de tranquilidad a toda esta locura.

—Sí, creo que sí —respondió, topándose con los ojos del joven. Esos ojos brillantes y serenos.

Al notarlo, el extraño se separó de manera brusca.

—Entonces, bienvenido a tu nuevo hogar —dijo sacudiendo su ropa. Ya ni cuando había saltado del árbol.

Escuchó sus palabras, sin embargo, no logró conectar con ellas. «Nuevo hogar» estas quemaban en su mente sin que entendiera bien el significado de que le estaba hablando.

—¿Hogar?... —fue lo único que pudo balbucear.

—Ahí —señalo hacia la mansión, volviendo a su actitud indiferente.

Apenas comenzaron a caminar, notaron que alguien se acercaba en su dirección. Era silenciosa en su andar.

—Holaaa —saludó una alegre y cantarina voz.

La voz provenía de una chica con el pelo color caramelo largo hasta la cintura, que se agitaba con sus movimientos. Sus enormes ojos, eran azules como el cielo y desprendían energía positiva. Las delineadas cejas eran perfectas y los labios eran delicados como pétalos de rosas.

—Gusto en conocerte, soy Abril. —Le tendió la mano—. ¿Quién eres tú? —preguntó con curiosidad, sin perder el porte dulce.

No respondió.

Abril bajó la mano, si se había ofendido por no saludarla no sabría decirlo. Ella se llevó un dedo a la barbilla, en actitud pensativa. Ladeó la cabeza como un pájaro y continuó su examinación sin emitir palabra.

—No lo sé —respondió para que parara con el escrutinio—, ya sé que me van a decir que eso no es posible, pero es cierto. —Bajó la cabeza, se sentía incómodo teniendo esta conversión.

—Abril, no lo incomodes, ¿quieres? —dijo el chico de los ojos grises con tono de reproche. Notó la tristeza de él, tan frágil, lo conmovía y le provocaba defenderlo.

Abril asintió y no dijo nada más.

—No te preocupes, ella no quiso incomodarte. Aunque si es raro que no lo recuerdes. Cuando llegan aquí sin recuerdos, por lo menos son conscientes de su nombre.

—Ahora que lo mencionas, tampoco conozco tu nombre —replicó el pelirrojo a la defensiva.

El chico esbozó una lenta sonrisa lobuna.

—Soy Neir —avanzó un paso más, lleno de confianza, en dirección al pelirrojo.

Él se estremeció, y un pequeño destello de diversión brilló en Neir.

—Lamento interrumpir —dijo Abril, quien se puso en medio de ellos—, pero hay que instalarlo. —Cuando no se movió, lo tomó de la mano—. Ven, te mostraré el lugar —prosiguió y lo llevó hacia dentro.

—Sí, pero necesita un nombre en lo que recupera sus recuerdos. No puede ser Chico solamente. Ya después lo llevaremos ante Covenciet... —comentó Neir en un vano intento de conseguir que no se lo llevara tan pronto.

—No, necesita descansar —interrumpió Abril una vez más, disfrutando de la frustración de Neir.

—¿Qué pasa con ustedes hoy?, no me dejan terminar de explicar nada —exclamó Neir, frustrado.

El resurgir de un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora