"Soy la cura, pero soy la fiebre, estoy perdido con una dirección"
"Who i am" —The Score
Neir no podía creer su maldita suerte.
Después de que Jaden desapareciera, buscó sin parar, sin embargo, no obtuvo los resultados deseados. Vaya forma de protegerlo, definitivamente era el peor guardián que hubiese existido, puesto que lo perdió enfrente de su nariz.
Escuchó una estrepitosa carcajada proveniente de algún lugar cercano, no sabía a ciencia cierta que le desconcertó más si el sonido en sí o que Jaden hubiese desaparecido. Antes de que pudiera considerarlo, apareció su amigo Yelian, con un bulto sobre sus hombros. Sin duda había sido su risa la que escuchó.
El bulto era un niño que su amigo encontró y al parecer había decidido traer con ellos.
—¿Qué diablos? —fue su reacción inicial.
—Él vendrá con nosotros —anunció Yelian mientras lo dejaba caer a sus pies.
—No juegues conmigo.
El chiquillo soltó un leve quejido, parecía incómodo gracias a que estaba amordazado y amarrado de pies y manos.
—¡Oye!, qué te pasa, es solo un niño y está asustado, ¿por qué lo traes así? —cuestionó a Yelian, quien solo sonrió. Enseguida señalo al niño
—Intentó escapar, cuando yo lo único que buscaba era información —suspiró y le dio un puntapié al niño, este se retorció y se quejó—. ¿Ves?, está bien.
—Eso es inhumano, libéralo.
—¿Por qué debería hacerlo? —dijo levantando una de sus oscuras cejas, en un gesto divertido—. No somos humanos, ya no.
—Déjalo tranquilo. —Se acercó al pequeño tratando de ayudarlo—. ¡No lo vas a dejar así!
—Entonces haz lo que quieras con él —replicó Yelian pasando a su lado, como si nada hubiera sucedido—, yo me voy a descansar. Estaré en la tercera choza de la derecha si me necesitas. —Y así, se desentendió del asunto.
Neir desató las manos del niño y le quito la mordaza. Se preguntó qué haría el pequeño solo en un lugar como este, tal vez su amigo también quería saberlo y ayudarlo, o tal vez no. Ya que cuando se acercaba el niño intentaba alejarse.
—¿Qué pasó? —indagó haciendo gala de un poco de compasión por el pequeño.
No respondió, su mirada era la de un cervatillo acorralado, sus ojos estaban acuosos por el miedo. Intento huir, pero aún estaba atado por los tobillos. Dio una breve mirada en dirección a Neir, y al ver que no hacía movimiento alguno intentó desatarse.
—No temas.
El niño continuó con su intento, pero fracasó de manera miserable, sus manos estaban temblorosas, Neir negó y lo ayudo a desatarse.
—Gr-gracias —dijo el niño.
—¿Ahora me contarás? —preguntó con suavidad.
Se notaba que el niño había llorado por el simple hecho de que su rostro estaba sucio, excepto por aquellos lugares por donde corrieron sus lágrimas.
El chiquillo asintió lentamente con su cabeza. Neir estaba feliz de haberle dado un alivio, ese era un avance. No obstante, era la distracción que necesitaba el chiquillo, quien le dio un puntapié en la espinilla y echó a correr de nuevo.
Lo dejo ir, él no lo persiguió. Ya volvería, quizás algún día. Debía reconocer que al menos se preocupaba un poco por sí mismo, huyendo de los extraños. Esperaba que tuviera una pronta reencarnación, suficiente había pasado.
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El resurgir de un corazón
ParanormalCuando la muerte es el inicio... Solo queda una opción.... Adaptarse. O al menos eso es lo que todos creen. Pero para él no lo es, nunca lo aceptará y no se rendirá. Peleará por ello, a pesar de que le cueste la vida (aunque es probable que ya es...