Capítulo 14

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"Las leyendas nunca mueren, se vuelven una parte de ti"

"Legends never die" —Agains the current

Una sonrisa floreció en sus oscuros labios, y pensar que se estaba ablandando. ¿Qué estaba tramando su retorcida mente?

Observó buscando su oportunidad.

Dejó al chico a merced de él, sabía que no lo había abandonado, nunca lo hacía. Solo se desvanecía y se mantenía alejado por muy poco tiempo. Después regresaba a comprobarlo.

Esta vez no había sido la excepción.

***

—Pero cambia esa cara, ni que fuera tan mala tu situación, vamos sonríe —dijo la voz burlona, que de no haber estado en esta situación Jaden lo hubiese encontrado hilarante, después de todo, Jared rara vez mostraba emoción alguna.

Entonces ahí estaba él, acostado sobre el frío suelo a unos cuantos metros de Fragmentis, enojado, inmóvil y, sobre todo, hambriento. ¿Cuándo había sido la última vez que consumió algo? Su estómago dolía.

Jared tenía un complejo de idiota, e insistía en que él mismo se librara de su parálisis, negándole su ayuda, después del «yo te guiaré en tu camino», si claro, que le den.

—¿Por qué será que siempre que vienes a este lugar, estás furioso? —se oyó la voz, una vez más.

Jaden se rehusó a caer en sus provocaciones, intentaba olvidar donde se encontraba. Intentaba bloquear la voz de Jared, que siempre lo estaba acechando.

«Sé que puedes, reclama lo que por derecho te pertenece», le susurró su voz en su mente, y ese era otro hecho que había cambiado, se comunicaba más con él de manera mental, dejando escasos trozos de información.

Su estómago rugió, pero no suplicaría por ser libre o ser alimentado, ya había aprendido que en cuanto comenzara, Jared se iría y lo dejaría solo gritando con desesperación, sin nadie que lo escuchara.

Estaba seguro de que sentía algo por él, y era odio.

Silencioso miró a su alrededor, la oscuridad descendió cubriéndolo con su manto negro cual terciopelo y la luna resplandeciente se reflejaba sobre la laguna que alguna vez significó alegría para él. Su mente estaba despejándose, tratando de entender las palabras de Jared:

—Somos luz y oscuridad. La ley de la naturaleza, estando en constante movimiento.

Ellos eran quienes tenían todo el control de este lugar.

Trece Umbradex conformaban el Covenciet, cierto, pero eso no significaba que no hubiera más de ellos. Había un pequeño establecimiento, un monasterio donde eran entrenados, y los más fuertes eran los miembros del Covenciet.

***

Había perdido la noción del tiempo, ¿cuánto desde que siguió a Jared? ¿Desde cuándo que no comía?, su cuerpo estaba débil, sus pensamientos que deberían ser lucidos no lo eran, furia llegaba a él en distintos momentos del día, después se calmaba y recordaba que tenía que salir de ahí.

Su adolorido estómago gruñó, urgiéndolo a comer algo.

De repente, una suculenta y enorme manzana roja rodó a su lado. Burlándose de su lamentable estado famélico. 

«Es un truco, Jared juega con mi mente, otra vez», se repetía con desesperación, mientras el hambre arañaba las paredes de su estómago. Sus ojos cansados se cerraban, no le quedaban muchas fuerzas, tenía que conseguir algo.

El resurgir de un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora