"Así que toma esta oportunidad, no retrocedas"
"Here I am" Asking Alexandria
Un cálido rayo de sol se filtró por la ventana, y le dio de lleno en el rostro ocasionando que despertara. La claridad hacia parecer todo irreal.
Parpadeó un par de veces y recordó en donde estaba. También los recuerdos de lo ocurrido la noche anterior invadieron su mente. Buscó alrededor en busca de Neir para confirmar que había estado ahí. No vio nada, ninguna señal. Era como si no hubiere estado allí, o como si se hubiera desvanecido.
«Solo un sueño», pensó. Sin embargo, había sido tan real.
Se removió entre las sabanas y su mano rozó con algo. Era un trozo de papel con una caligrafía no tan impecable en la cual se podía leer: tuve que irme.
Parpadeó un par de veces, después de todo, si había sido real.
Decidió que tomaría una ducha, por lo que se dirigió a la bañera. Estuvo un buen rato ahí, hasta que pronto regresó a su memoria que no tenía ropa para ponerse. Tomó la toalla y la envolvió alrededor de su cintura, se dirigió hacia su habitación y revisó su ropa esperando que no estuviera muy sucia.
Soltó un suspiro, por ahora pasaba. Se metió en los pantalones y llamaron a la puerta. Dudó un momento antes de abrir, no obstante, se dirigió hasta ella de todas maneras. En cuanto la abrió se encontró con una sonrisa radiante. La portadora era Abril, enfundada en un vestido azul claro que le llegaba hasta la rodilla. Sus ojos se veían amables.
—Ya es hora. Lamento la tardanza, te traje esto por lo mientras —dijo tendiéndole un par de prendas dobladas—, le dije que lo trajera él mismo... en fin.
Las contempló por un segundo antes de tomarlos. Era ropa básica, pantalón y camisa. Le dio una última mirada como si fuera a transformarse ante su vista.
—Póntelo, ya regreso.
Asintió, y cuando Abril volvió unos segundos más tarde, estaba oficialmente confundido.
—¿Para qué es todo esto? —preguntó mirando la capa negra sobre su cama con un emblema dorado bordado a un lado del pecho.
—Sh, pronto —respondió con una tenue sonrisa, que no hizo más que dejarlo desconcertado.
«Y se está poniendo mejor», pensó mientras le daba un ultimo vistazo a la ropa.
Lo arrastró fuera de la habitación por el estrecho pasillo. «Al menos se ve mejor en el día, un poco menos escalofriante», pensó en su interior.
Bajaron las escaleras, ya se estaba haciendo a la idea de que no podía ser tan malo. Al llegar a la planta baja, Neir junto con otros a quienes no conocía ya estaban esperando.
—Al fin llegan —dijo Neir recargado en la escalera con los brazos cruzados sobre el pecho, su rubio cabello estaba atado en una media coleta y el resto caía sobre su espalda, mientras el brillo de sus ojos era acompañado por una sonrisa ladeada.
—Novato —le contestó una chica, que a la vez soltó un bufido.
Era un poco más bajita que Neir y su cabello era negro, pero su cuerpo era un poco más robusto. En medio de ellos se encontraba otro chico, más alto, ojos castaños, su complexión era ligeramente ruda, también sonreía divertido, mientras apoyaba un brazo sobre el hombro de Neir.
—Se quejan de todo —respondió Abril, sin perder su jovialidad—. Vamos, cálmense chicos no es el fin del mundo... o de nuestras vidas —bromeó.
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El resurgir de un corazón
ParanormalCuando la muerte es el inicio... Solo queda una opción.... Adaptarse. O al menos eso es lo que todos creen. Pero para él no lo es, nunca lo aceptará y no se rendirá. Peleará por ello, a pesar de que le cueste la vida (aunque es probable que ya es...