Capítulo 13

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"Sé que lo intentaste de verdad, pero me empujaste al borde, me resbalé y después me caí. No sé cuánto tiempo más estaré soportándolo"

"What it cost" —Bad Omens

La terquedad de su amigo por continuar pese a su reciente debilidad era de admirar. No se rendía a pesar de que la búsqueda era inútil e infructuosa, era como si se lo hubiese tragado la tierra. Llevaban horas buscando por la aldea y sus alrededores. Neir no había dormido, estaba desesperado por encontrarlo. Sumado a esto, el dolor se presentaba con más frecuencia invadiendo su mente, haciéndolo estallar en un frenesí de dolor.

Yelian lo ayudaba como podía, sintiendo la tierra a cualquier sitio al que se dirigieran, pero si era como decía su amigo que había desaparecido, no iba a conseguir nada.

No tenía ningún rastro que seguir. Al igual que Abril, se había esfumado.

***

Estaba solo y desesperado, al borde de un abismo interminable que amenazaba con llevarse su cordura consigo. Tenía que salir de ahí antes de que eso pasara, pero no veía la forma de hacerlo y es que la respuesta no le iba a caer del cielo, aunque quisiera y por más que se lo pidiera.

El tiempo pasaba y no sabía si eran horas, minutos o segundos. El cuerpo lo sentía dormido y débil, como si su energía estuviera siendo drenada poco a poco. La impotencia lo embargaba, había demasiado ruido en su cabeza como para poder concentrarse, no podía hacer nada. Sintió el intenso deseo de gritar y de ese modo dejar salir su frustración, sin embargo, se aferró a un resquicio de cordura dentro de él que le decía que se calmase.

Intentó moverse por centésima vez, pensando positivo, volvería a estar de pie y no sería derribado tan fácil, no iba a permitirlo. «Me levantaré de mis cenizas y resurgiré más fuerte». Tenía la esperanza de que fuera cierto y esta vez funcionara. ¿De dónde había salido?, no estaba seguro, era probable que lo hubiese escuchado en algún lugar.

—Eso es, esa es la actitud —escuchó la voz de Jared con un ligero toque de diversión, eso lo molestó de nuevo.

—¿Tú qué te has creído? —gritó Jaden, su cuerpo estaba débil, es cierto, pero eso no evitaba que dijese lo que sentía—. ¿Qué no vas a responder? —dijo ante el silencio en el que se encontraba—. No tienes ningún derecho sobre mí, y sé que sabes más de lo que aparentas, así que ven aquí y deja de atormentarme.

Eso pareció dar resultados, la oscura presencia se materializó. La túnica escarlata ondeando a su alrededor, el rostro sonriente se había esfumado, estaba encolerizado y Jaden no entendía el motivo. Si alguien tenía el derecho de estar enojado, esa era él, que le habían dicho mentira tras mentira desde su aparente muerte.

—¿Se puede saber qué he hecho para que me trates de esta manera? —preguntó el susodicho a centímetros de Jaden, sus ojos siempre calmados mostraban en ese instante una furia hirviente.

—Desde que te conocí, solo me has mentido —lo dijo con desprecio en su voz. Lo odiaba, había cometido el error de confiar en él antes, pero se acabó.

—Y dime según tú, ¿en qué te he mentido exactamente? —lo miraba directo a los ojos. Y él deseaba perderse en la profundidad de ellos, olvidar todo.

Intentó acercarse, pero no podía hacerlo. Estaba hipnotizado por ellos. Apartó la vista y recordó por qué estaban ahí.

—Lo hiciste desde el principio... Hiciste como si no lo supieras —lágrimas amargas surcaban sus pálidas mejillas—. Sabías como me sentía con relación a no recuperar mis recuerdos, y también el no poder ayudar a mis amigos porque no tenía ninguna habilidad, pudiste evitarme el sufrimiento de pensar que no servía para nada. ¿Sabes lo inútil que me sentí? —reprochó—, si solo lo hubieras dicho, quizás estaría aprendiendo a utilizarlos o al menos saber cuáles son. —Resentimiento frío y cortante como un cuchillo se desprendía de su voz.

—Yo no te mentí en ningún momento, siempre te dije la verdad —aparentaba estar apaciguado, su máscara de indiferencia hacia un buen trabajo.

—No, no lo hiciste. Lo ocultaste. —Tenía la mirada perdida, deseaba hacerse un ovillo y olvidar todo por el momento. Pero eso era imposible, tenía que ser más fuerte que eso.

—Eso es correcto, lo omití, mas no te mentí. Como puedes ver, eso es diferente.

—Pero qué demonios...

—Sh, no deberías decir eso. Quieres saber por qué lo hice, ¿no es verdad? —su tono era más de afirmación que de pregunta. Él asintió despacio, primero una y luego otra vez, el único movimiento del que era capaz en su condición.

—Sí, estoy harto de que todos me oculten cosas.

—¿Y quiénes serían todos? —preguntó, su tono era divertido.

—Tú, el resto de los Umbradex, Abril. ¿Te parece poco?

Jared se guardó silencio. Jaden estaba cansado de la situación, soltó un suspiro en señal de frustración y continuó hablando para llamar su atención, ya que no le quedaba otra opción, inmóvil como se encontraba.

—Sabes, es descortés dejar hablando solas a las personas.

—Perdón, ¿qué me decías? —dijo con la voz más tranquila y la mirada serena. Real o fingida, Jaden no podría decirlo.

—Buen intento, tratando de cambiar la conversación, aunque quiero saber qué es lo que me has estado ocultando.

—Cierto. La verdad son más conjeturas mías.

—Habla ya de una maldita vez, sin rodeos —replicó levantando la voz.

—Eres un alma poderosa, lo noté desde la primera vez que te vi. Pero algo inusual sucede contigo, tus recuerdos no están, eso no es bueno, ya que tus poderes deberían estar vinculados a ellos. Ya sabes cómo funciona esto. Lo único que sé con seguridad es que tienes un gran poder latente y eso te llevó al clan Goldblatt.

—Jared, me decepcionas —Maldito Jared y sus explicaciones de pacotilla que no hacían nada para ayudarlo.

—Bueno, como te decía, sabes lo básico sobre Elementari e Infortunium. Sin embargo, no sabes sobre nosotros, los Umbradex.

***

Estaba atenta a la conversación, cada palabra que era dicha por ellos, ella la escuchaba. Llevaba largo rato haciéndolo, era increíble ver la reacción del joven. Y no solo del chico, sino también la de Jared.

¿Qué estaba pasando? Por Dios, esto no era bueno, Jared, uno de los Umbradex más fríos, se estaba ablandando por un insípido jovencito.

¿Es que estaba loco o qué?

Se mantenía cerca, claro, era invisible ante sus ojos, ella era una con el éter. Alguien iba a tener una seria y larga charla sobre este asunto cuando se vieran.

No pondría en riesgo el balance.

Eso era una falta imperdonable, aunque tal vez ese no era el objetivo de Jared. Después de todo, él era de cuidado, nunca sabía con exactitud qué se estaba maquinando detrás de esos abismales ojos negros y la máscara de indiferencia que siempre llevaba puesta.

Por otra parte, algo preocupante también era el hecho de que el joven de roja cabellera despertaba ciertas emociones y sentimientos en un Elementari. Mientras este no reaccionase, no tendría de que preocuparse.  

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¡Gracias por leer, bellos seres! n.n 

El resurgir de un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora