Boda

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El día había comenzando con todo, antes de que saliera el sol ya estábamos de pie, habían comenzado a decorar desde dos días antes, pero tocaba ver muchos detalles.

- Elsa, ven - me llamó Anna desde la puerta de su habitación.

Entré y la puerta se cerró detrás de mí, Yelena y Honeymaren estaban dentro de la habitación, habían llegado temprano y ahora estaban aquí.

- ¿Qué sucede?

- Es hora de que veas el vestido.

Anna, quien había ido tras el biombo apenas entré en la habitación, salió con una brillante sonrisa, llevaba un hermoso y blanco vestido de telas finas y encaje, se veía increíble.

- Anna, estás preciosa - sonreí mientras una lágrima descendía por mi mejilla. - Solo falta algo.

Tomé su mano y la llevé frente al espejo, me ubiqué detrás de ella y saqué una reliquia de mi bolsillo, era una cadenita que nuestra madre había dejado, de hecho eran dos, que debíamos usar al llegar el día de nuestra boda, pero la otra tendría que esperar mucho más para salir a la luz. La cadena de Anna tenía un dije algo pequeño con forma de girasol, era plateado con diminutos diamantes incrustados, al reflejar el sol en el se podía apreciar una especie de arcoiris en su interior, el mío era parecido pero en forma de copo de nieve.

- Elsa, es hermosa - sonrió mientras la ponía alrededor de su cuello.

- Herencia de nuestra madre, te queda perfecta - Honeymaren y Yelana se acercaron también y terminamos de arreglar a Anna.

Poco después nos encontrábamos en la iglesia, al cruzar la puerta, Anna tendría que caminar por el pasillo hasta llegar al altar, donde su amado la esperaba.

- Elsa, tengo miedo - susurró.

- Todo va a estar bien, Anna - la abracé.

- Quiero que seas tú quien me lleve - dijo, sorprendiendome.

- Será un honor - sonreí.

La puerta comenzó a abrirse y le ofrecí mi brazo a Anna, quién lo cruzó con el suyo y respiró profundamente. Caminamos al ritmo de la música, entramos al pasillo y pude ver a Kristoff viéndola con sus ojos húmedos, casi a punto de llorar de admiración, no podría esperar menos de él. Miré a los lados y pude ver a Yelena sentada junto al Teniente Matías, en las últimas filas encontré unos ojos azules como el océano que no despegaban su mirada de mí, me sorprendí al verlo llevar un traje blanco con detalles azules y su cabello peinado hacía atrás, se veía muy bien.

Al llegar al final del pasillo, frente a Kristoff, abracé a Anna con fuerza.

- Te amo - susurré en su oído.

- También te amo - susurró de vuelta

- Cuídala mucho y hazla feliz - le dije a Kristoff al entregarle a mi hermana.

Kristoff sonrió y asintió, tomó las manos de Anna y la ayudó a subir los escalones del altar, tomé asiento en la primera fila y sonreí.

La ceremonia fue rápida, todos salimos de la iglesia, las personas lanzaban pétalos de rosas a la pareja mientras yo los veía desde la puerta, alguien se detuvo a mi lado.

- ¿Alguna vez lo has pensado?

- ¿Qué cosa? - lo miré, sus grandes ojos estaban fijos en mí.

- Enamorarte, casarte...

- Yo... Tengo muchas responsabilidades, no tengo tiempo para eso - miré al frente.

- Elsa, no te exijas demás, siempre hay tiempo para eso.

Amor Eterno (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora