Bebés

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Jack y yo decidimos quedarnos en Arendelle para acompañar a Anna en su primer mes, luego iríamos a la cabaña a instalarnos bien, necesitaba seguir con mis deberes.

- Por cierto, Jack - le llamó Anna antes de salir de su habitación - No voy a pedir que organicen una habitación para ti, igual sé que vas a escabullirte donde Els.

- ¡Anna! Parece que el parto te dejó sin filtro - reímos todos y me llevé a Jack de allí.

- Se ve feliz - dijo Jack a mi lado.

- Lo está.

Jack no dijo nada más y yo tampoco, caminamos en silencio hasta mi habitación y entramos, ya nuestras cosas se encontraban dentro.

- Els, ¿estás bien?

- Claro, ¿por qué no lo estaría?

- Parece como si estuvieras en otro planeta - se burló.

- Estoy bien - sonreí.

Jack se acercó por detrás y me abrazó, apoyando su barbilla en mi hombro.

- No sé si puedo - dijo de la nada.

- ¿De qué hablas?

- Tener hijos - su tono de voz cada vez era más bajo.

- ¿Por qué lo dices? - di la vuelta para ver su expresión, parecía atormentado. 

- No sé si es posible para mí, ya tengo más de 300 años Els, además si pudiera, sería un terrible padre, cuando estoy con niños solo pienso en diversión, pero no creo tener la seriedad que se requiere para ser papá.

- Jack, serías un increíble padre, además, ¿para qué necesitamos que seas más serio si conmigo basta y sobra? - lo rodeé con mis brazos por su cuello - Y no eres tan divertido.

- ¿Que no lo soy?

- No lo eres - me burlé, claro que Jack era la persona más divertida que conocía, pero quería molestarlo un poco.

- Si lo soy - sonrió de lado.

- No lo... - Jack interrumpió mis palabras para convertirlas en risas, comenzó a hacerme cosquillas, intenté alejarlo pero solo hizo que los dos cayeramos sobre la cama - ¡Jack!

- Admitelo, no hay nadie más divertido que yo.

- Jamás - nuestras risas retumbaban en la habitación.

- ¿De verdad? 

- No lo haré.

Jack comenzó a besar mi rostro y mi cuello, provocando más risas, entonces se detuvo para verme.

- Eres realmente hermosa - su voz sonó casi como un susurro.

Nos miramos fijamente por unos segundos, entonces él me besó, sus manos subieron a mi rostro, acariciando mis mejillas con ternura.

- Jack... - había tanto que quería decirle, pero nada salió de mi boca, solo pude volver a besarlo.

Sus manos bajaron a mi cintura recogiendo mi vestido, las mías bajaron al cuello de su abrigo, atrayendolo más hacia mí, provocandole un maravilloso gruñido.

- Els...

El beso se volvió más intenso, envolví su cintura con mis piernas y el vestido se deslizó dejando gran parte de mis piernas descubiertas que fueron luego recorridas por las manos de mi peli blanco, él sonrió en medio del beso y se pegó más a mí, podía sentir todos sus movimientos, su respiración era tan agitada como la mía.

Las manos de Jack subieron hasta mi trasero, acariciando con delicadeza y firmeza a la vez, sus besos bajaron por mi mandíbula hasta llegar a mi cuello donde sentí una punzada, Jack tenía intenciones de dejar mi cuello marcado, se había vuelto un hábito para él; subió hasta mi oído y me susurró un "eres perfecta" para luego morder mi cuello, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo provocando que arqueara mi espalda y me pegara más a él hasta que sentí algo extraño pegado a mi pierna, bajé una de mis manos para intentar identificarlo y al tocar senti a Jack sonreír en mi cuello.

Amor Eterno (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora