Dormir

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Podía sentir mi cuerpo como si flotara y me dolía no poder estar más cerca de Jack, a pesar de que no había ni un centímetro de distancia entre nuestros cuerpos, podía sentir sus músculos tensionandose y los rápidos y fuertes latidos de su corazón.

Mis manos jugaban con el cabello corto de su nuca mientras me concentraba en sus labios que encajaban a la perfección con los míos y sus manos acariciaban mi espalda y mi cintura con desesperación.

Sentí que el oxígeno comenzaba a faltarme y me separé a regañadientes de él, pero aún quedando tan cerca que podía sentir su frío aliento. Quise decir algo, pero no sabía qué, y al ver sus ojos entendí que no había nada que decir y que no necesitaba nada más que a él.

Lo atraje hacia mí y lo besé, él sin dudar me correspondió, el beso se había vuelto más lento, lleno de amor. El volvió a levantarme por mis muslos y enredé mis piernas en su cintura, caminó hasta la cama y se inclinó para recostarme en ella con cuidado sin romper el beso, sus manos acariciaron mis piernas provocando que mi piel se erizara, entonces Jack mordió mi labio inferior y no pude evitar soltar un gemido, él pareció emocionarse y profundizó el beso.

Un pitido sonó en la otra habitación, haciendo que nos alejaramos, pero Jack no se movió, cerró los ojos y dijo algo para sí mismo, su expresión molesta era graciosa, por lo que me reí, el abrió los ojos y frunció el ceño.

- ¿Quieres reír? - él sonrió con malicia y desató una batalla de cosquillas.

La atmósfera había cambiado, pero seguía siendo agradable, por un momento olvidé que la tetera estaba sonando y abracé a Jack, quién estaba acostado junto a mí mientras recuperabamos el aliento.

- Amo aquí - dijo de la nada.

- Yo también - sonreí - Pero me tengo que levantar o seguirá sonando esa cosa.

Ambos reímos y me levanté de la cama para ir a la cocina, acomodé mi vestido y bajé el agua para preparar té.

- ¿Qué es eso? - habló Jack detrás de mí para luego abrazarme desde atrás.

- Es té, ¿quieres? - lo miré de lado - No importa, igual ya lo serví.

- ¿Entonces por qué me preguntas?

Los dos reímos y nos sentamos en el saloncito mientras nos tomábamos el té, que a pesar de no tener mucha experiencia haciéndolo había quedado delicioso y Jack se veía realmente gracioso sosteniendo la tacita de té en sus manos.

La noche llegó y nos acomodamos en la habitación para dormir, el se acostó boca arriba y yo me recosté sobre su pecho, no hablamos mucho y me quedé dormida poco después.

Unos golpes en la puerta me hicieron despertar, me senté sobre la cama y miré alrededor, no había nadie, Jack no estaba. Fui al baño para asearme y aún estaban tocando la puerta para cuando salí.

- ¿Yelana? - la mujer del otro lado de la puerta parecía preocupada.

- Estaba a punto de irme, buenos días.

- Buenos días, ¿sucede algo?

- Ha llegado una carta de su hermana, solicita verla en el castillo, parece que es urgente - dijo y se fue sin más.

Mi cabeza pensó lo peor, salí de la cabaña y fui a la aldea, mi ansiedad se calmó un poco cuando ví a mi peli blanco jugando con unos niños, me quedé mirándolo con ternura hasta que se dió cuenta, sonrió y se levantó para caminar hasta donde yo estaba.

- Buenos días, hermosa - casi podía decir que su sonrisa brillaba como el sol.

- Buenos días - besé su mejilla, agradeciendo que nadie nos viera.

Amor Eterno (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora