RubirexMonth2020 Día 11: Matchmaker
Otro fanfic con Amortentia
Ya era bien sabido por todo Karmaland que Rubén era un friki, un otaku, un amante de la fantasía y de la ciencia ficción. Por eso, cuando Alejandro descubrió que una aldeana vendía un libro para preparar pociones de Harry Potter, lo compró sin dudarlo para usarlo con él.
—¿Cuál hacemos primero, chaval? ¿Félix felicis? Podríamos hacer la poción para animagos.—Podía ver a kilómetros que Rubius estaba emocionado.—Flipo, tío.
Pero algo que realmente tenía ganas de probar Alex era una poción en especial. Quería saber si funcionaba. Quería saber si las historias del mundo mágico eran reales.
—Estaba pensando en si podíamos hacer la poción Amortentia, ya sabes, ¿la poción de amor más poderosa?—Alexby era un romántico y no hacía falta ocultarlo. Su amigo híbrido le observó y con una sonrisa pícara levantó una ceja.
—¿Con quién piensas usarla, pillín? Ya sabemos que esas cosas nunca salen mal, mira como quedó Voldemort.—Y rió. Alejandro le siguió la risa y negó.
—Usarla no, quiero saber si es real el olor, que cuando la hueles sientes inmediatamente los olores de la persona de la que estás enamorada...
No necesitó más para convencerlo. Rubén sabía lo mucho que él quería averiguar si David le correspondía. Se pusieron manos a la obra.
Asfódelo cortado
Tisana
Semillas de anís verde
Raíz de Angélica
Comino
Hinojo
Acónito
Ajenjo
Aquello perteneciente al mundo de magos fue fácil de encontrar en la misma tienda donde Alejandro había comprado el libro de pociones, para conseguir aquellos ingredientes que tenían al alcance de su mano, comenzaron una pequeña expedición. Comino, ajenjo, tisana, semillas de anís verde, hinojo, acónito. Fáciles de encontrar.
Siguieron las instrucciones paso a paso, con miedo a arruinar algo. Entre risas y un par de peleas por quién hacía qué cosa y sobre que habían molido mal los ingredientes. El resultado les asustó. Cuando revolvieron el último ingrediente, inmediatamente el aroma de la habitación les azotó con fuerza.
Alejandro no tenía duda de a quien olía. Café, café y a días soleados, café, café y brisa veraniega, y a tartaletas de manzana. David adoraba las tartaletas de manzana. Sintió inmediatamente que se le calentaba el corazón y que su sonrisa se ensanchaba.
Rubén, frente a él, estaba espantado. Rubén estaba espantadísimo. A diferencia del más bajo de la sala, no estaba preparado para el aroma que le había azotado su naricita de híbrido con fuerza. Le azotó con tanta fuerza que los ojos se le llenaron de lágrimas y tuvo que sostenerse de la encimera.
Menta. Menta y bosque. Menta, bosque y un rico aroma a madera ahumada. Y lo único que se le pasó por la mente fueron unos ojos verde esmeralda.
—Tío, ¿estás bien?—Alejandro le acarició el brazo y él inmediatamente cambió su expresión.
—¡Sí! Sí, ¿estás listo para ir a probarla? Podemos romper el frasco frente a Fargan, mientras que no la beba, nada sucederá.
Y Alex le vio con tanta angustia en la mirada que decidió seguirle el plan.
Samuel, David y Guillermo construían el muelle cuando se les aparecieron. Para crear una escena un tanto más creíble, Rubén se puso a perseguir a su mejor amigo hasta que accidentalmente el policía cayó, volando el frasco de sus manos y cayendo frente a los tres presentes. Un leve vapor rosado flotó durante unos segundos. Se esfumó en el aire.
—¡Alesby! Chaval, ¿estás bien?—David le tendió la mano y le ayudó a levantarse. Coquetamente lo acercó a su cuerpo y olió el aire. A Alex se le erizó la piel. David frente a él abrió los labios para decir algo, pero antes de siquiera dejar escapar una palabra, Willy gritó.
—¡Pero, Rubius, tío! ¿Cuánta colonia te has echado? ¿Te bañaste en chocolate o qué?
Y se repente Alejandro giró bruscamente su cabeza a observar la escena. Rubén, detrás suyo se tapó el rostro y el policía lo entendió todo. Lo entendió todo de pies a cabeza, la reacción de Rubén hora y media atrás y la reacción de Rubén ahora.
—¿A qué huele? Dime a qué huele, Willy.—Se le acercó con rapidez a su compañero de boina verde y le miró insistente. El albino, un tanto intimidado y confundido por la forma de comportarse extraña que estaba teniendo el policía dio un paso atrás.
—Chocolate, madera húmeda...—Le vio confundido por unos segundos pero terminó de responder—Días de lluvia.
—Pero qué dices, tío. Huele a Alesby. ¿También puedes olerlo?—Estaba tan conmocionado por el descubrimiento de Guillermo que ni siquiera le molestó que David no se haya detenido a describir su olor.
Pero nadie pudo terminar de procesar la información de la situación porque cuando Rubén terminó de procesar el hecho de que Guillermo frente a él estaba diciéndole que le olía a él sintió su corazón latir a mil por hora. Tan rápido que creyó que se quedaría sin aire. Y cuando le vio a los ojos, esmeralda contra esmeralda, nuevamente el fuerte olor a menta, bosque y madera ahumada le golpearon. Tan fuerte que en un paso perdido se acercó. Y se acercó más. Y más.
—Oye, Doblas, ¿te encuentras bien?—Pero la pregunta de Vegetta fue totalmente ignorada pues la siguiente acción del híbrido de oso fue tomar las mejillas del albino y besarlo.
Le besó y Guillermo, que inicialmente estaba tan confundido que no sabía que hacer, fue bajando las manos y las apoyó en su cintura. Un beso suave y extraño. Pero al separarse y mirarse a los ojos, por alguna razón no había nada por lo cual discutir.
—¿Desde cuándo?—Susurró, olvidándose por completo del lugar en el que realmente estaban. Guillermo rió, aún sin entender mucho de lo que acababa de suceder, pero a gusto con la interacción.
—No estoy muy seguro.
Sus labios estuvieron a punto de unirse nuevamente cuando una inesperada frase les golpeó el momento.
—¡Huele a Luzu!
Y Alejandro y Rubén rieron con complicidad, porque de repente muchas cosas se habían destapado. Después de todo, el mundo de Harry Potter tenía razón, no había mejor casamentera que la poción Amortentia y sus aromas mágicos de enamorados.
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One-Shots Rubirex
FanficVoy a estar dejando por acá toda la serie de One-Shots que alguna vez tuve en twitter.