Capítulo 14

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El viernes de Natasha había comenzado con su pequeña saltando en la cama, últimamente tenía demasiadas energías por la mañana, parecía como si el cambio de aire también la hubiera animado. Desayunaron todas juntas notando la resaca en la cara de su hermana menor antes de dirigirse a dejar a las pequeñas y luego a su futura casa, sin dudas habían avanzado demasiado.

Cuando vio a la castaña deslizarse por las escaleras no pudo apartar su mirada de esta, se dejó guiar por los pisos superiores notando todo el espacio que tenía sin dudas para ella y su pequeña sería demasiado grande, pero sabía que podían sacarle provecho en un futuro. A pesar de sus intentos por negarlo le sorprendió no sentir la mirada de Skye cuando bajó sobre su trasero, sin dudas la chica era demasiado respetuosa porque cualquier otro lo hubiera hecho sin disimulo alguno.

Le había dado la oportunidad de destrozar una pared, la cual parecía demasiado grande e imponente, toda su frustración, enojo había comenzado a salir con cada golpe hasta lograr romperla en un llanto desconsolado nuevamente...se había aferrado a los brazos de la castaña como si se tratara de un salvavidas, sabía que era más que eso, era seguridad, un lugar seguro donde poder ser ella misma sin miedo a que la juzguen, sin miedo a la lastima.

Habían pasado una mañana bastante terapéutica rompiendo cosas, riéndose con su hermana como hacía tiempo no lo hacía, sintiendo comodidad con todos los trabajadores y los chistes que compartían con su jefa. Aprendía cada día algo nuevo de Skye y comenzaba a gustarle un poco más que solo por su físico, pero el sentimiento de culpa seguía resonando en su mente.

Jugo con su pequeña al retirarla de la escuela antes de tener que irse para su nueva sesión de terapia, había llorado demasiado de nuevo, sin embargo, pudo hablar un poco esta vez. Le contó cómo había conocido a su esposa, su historia desde entonces hasta el accidente que la había arrancado de su vida dejando un vacío en su corazón, no supo porque en algún momento mencionó el nombre de Skye.

Cuando su terapeuta notó el nombre de otra mujer que no era su esposa, y la pequeña sonrisa que había nacido en el rostro de la pelirroja sin dudas lo anotó, era algo importante y para ser la segunda sesión había avanzado un poco más en la mejor dirección. Al salir del consultorio miró su teléfono leyendo el mensaje de su hermana y una pequeña sorpresa al no ver el mail de Skye, siempre era bastante puntual con los informes diarios, quizás el hecho de que estuvieron en la mañana y pudo observar implicaba que no iba a recibir noticias de está hasta el lunes.

Sintió un poco de decepción por eso, hasta que subió a la camioneta de Kate notando la preocupación que tenía en su rostro, no sabía porque, pero su cuñada estaba tensa cuando la abrazo, sus alarmas sonaron pensando que había ocurrido algo con su hermana o su hija.

- Kate ¿está todo en orden? – se atrevió a preguntar después de meditarlo unos minutos

- Sí, hubo un contratiempo de último momento así que tuve que ir a ver a Skye – la pelirroja se tensó – por lo que Lena se quedó con las pequeñas y vine a buscarte

- ¿Skye está bien? – en un semáforo Kate vio la preocupación en los ojos de su cuñada - ¿Qué ocurrió?

- Tuvo un pequeño accidente antes de salir del trabajo – la miró intentando tranquilizarla – tuvo que ir al hospital, está bien por suerte

- ¿Ir al hospital? – se alarmó más – pero estaba bien cuando nos fuimos ¿Qué paso?

- ¿Te parece si les cuento al llegar? – la miró antes de continuar conduciendo – que Lena y Lori también estaban preocupadas, la pequeña casi viene conmigo

- ¿Ella estaba preocupada por Skye? – sintió una sensación en su pecho

- Sí, vio que yo estaba preocupada y tuvimos que tranquilizarla de que estaba todo bien – asintió – pero creo que quedó tranquila después de hablar con Skye

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