Capítulo 3

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Un nuevo día para el Omega iniciaba, hoy, tomaría el camino largo hacia el pueblo, tenía la esperanza de encontrarse con aquel Alfa misterioso del otro día, caminaba nervioso y ligeramente con miedo mirando a sus alrededores, un ligero aroma le puso alerta, un olor a chocolate amargo lo hizo buscar con la mirada hasta encontrarse con el gran equino color azabache y a su jinete que se acercaba a él.

- Veo que tomaste el mismo camino de ayer.

- TH: Tenía la esperanza de verle. - respondió apenado -

- No hay necesidad de ser tan formal.

- TH: Perdón...

- Tampoco de pedir disculpas. - rio un poco -

- TH: Dan? - subió la mirada al jinete -

- Si dime?

- TH: Porque ocultas tu rostro y nombre? - preguntó curioso -

- Así que lo sabes? Tu lobo ha dicho mi nombre? - Taehyung negó -

- TH: No, Vante dijo que sólo tú puedes darme tu nombre.

- Vante.. - el hombre bajo de su caballo para caminar al costado de Taehyung -

- Puedo preguntarte algo Taehyung?

- TH: Si claro.

- Lo que dijiste sobre tu aroma?

- TH: Es real! Nadie en Gyeongsang o sus alrededores puede percibir mi aroma incluido yo. Hasta ahora... Solo Vante, Dan y tu. - se detuvo por un segundo - Vante, también dijo que...

- Lo se, - el hombre también se detuvo, sin embargo con mucho valor tomó la mano de Taehyung haciéndolo caminar de nuevo - y también lo creo.

- TH: Yo.. - miró con atención su mano siendo llevado por el joven, sintió como su rostro se coloreaba -

- Bien, hemos llegado - ambos se detuvieron, frente a ellos estaba ya la puerta de la pequeña tienda de Lady Nilsa -

- TH: Es cierto, entonces creo que.. - su oración fue interrumpida, los brazos del jinete lo acorralaron dejándolo de espaldas a la puerta, su corazón se aceleró en desmedida -

- De ahora en adelante, juro por mi vida que Dan y yo los protegeremos y quien se atreva a hacerles daño, morirá por mis propias manos.

La voz grave del Alfa aceleró aún más los latidos del rubio subiendo el tono de su sonrojo, el Alfa elevó su mirada y por fin Taehyung logró ver los ojos de su salvador, unos ojos oscuros y penetrantes que le miraban fijamente, no mentía en sus palabras, podía sentirlo en su interior, como si sus labios tuvieran mente propia, se acercó al Alfa y tembloroso, unió sus labios al contrario quien los recibió gustoso. Al sentirse correspondido por el mas alto como si tuviese miedo de que fuera un sueño sostuvo las ropas del Alfa, este, profundizó aquel beso posando su mano derecha entre el cuello y nuca del Omega para acercarlo más a él.

Sus cuerpos sentían como el calor de ambos se elevaba, el Alfa a su pesar separó sus labios del Omega quien respiraba agitado después de haber gastado oxígeno en aquel beso, le miró, sonrió regalándole una caricia en la mejilla.

- Creo que, deberíamos esperar. - susurro sobre los labios del rubio - De lo contrario no podré contenerme.

- TH: Alfa... - trato de reponer el aire -

- Además, no estamos solos.

- TH: Que? Porque lo dices?

- L/Nilsa: Ejm... - aclaró su garganta - Buenos días...

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