PARTE III.
1960.
Érase una vez, un soldado sin corazón. Un hombre que se lo había arrancado del pecho y lo había escondido dentro de un cofre de Davy Jones.¿Sus intenciones? Nunca más volver a sentir; nunca más volver a amar, o al menos eso fue lo que esperó.
El soldado también había volado alto; había surcado los cielos al lado de su primer amor, él había sido sus alas, pero su amado era alguien que había tenido un destino terrible, y aunque le dolió y se rehusó a despedirse tan temprano, con el corazón en la mano, sufriendo del más terrible dolor, lo dejó ir.
Y esperó que realmente se hubiera ido.
Antes de ser un soldado sin corazón, había sido un chico; uno lleno de sueños, esperanzas y aficiones. Le gustaban las estrellas, los mundos y las incógnitas del universo. Sin embargo, aunque sus sueños y sus deseos siempre estuvieron allí, nunca pudo huir de los de su padre. Y él nunca lo comprendió.
¿Por qué sus hermanos sí tuvieron la oportunidad de elegir las direcciones que sus vidas habrían de tomar en el futuro pero él no? No es que odiara a su padre ausente, ¿cómo podía odiar a alguien que nunca estaba y apenas conocía? A veces solía pensar que lo odiaba porque su nacimiento condujo a su madre a la muerte; porque mató a su esposa al nacer.
Su abuela materna le decía que era el niño más amado del mundo y que no tuvo la culpa de que su madre no pudiera estar con él y verlo crecer y que, si ella pudiera decirle cómo se sentía, le diría que lo amaba y lo amaría para siempre. También le dijo que su padre no lo odiaba; que no era un mal hombre y le contó cómo era él en su juventud, cuando contrajo matrimonio con su hija.
Jeon Jungseok siempre había sido un chico amable y bueno. Siempre trató con respeto a su esposa; siempre la consintió, la cuidó y amó a cada uno de los hijos que tuvo con ella. Era diferente a su padre. Su abuela le confesó que tuvo mucho miedo de entregar a su hija pequeña a un joven que había sido criado con mano dura por un hombre tan despiadado como él, sobre todo temió y se le estrujó el corazón dentro del pecho tras ver las cicatrices de las flagelaciones que tenía en su espalda.
Cuando Jungseok llegó a su vida, no tenía una madre que lo amara, por lo que ella tuvo que convertirse en una para él. Después de la muerte de su padre, vivió en su hogar; una casa grande, bien cuidada, que parecía una parte del palacio de Gyeongbokgung. Le contó que después de que hubiera muerto su abuelo, su padre sonreía con frecuencia, aunque siempre había notado que sus ojos estaban cargados de la más dolorosa melancolía y que observaba la luna llena cada mes como si esperara a alguien y que iba a la playa todas las mañanas mientras que, durante las noches, parecía escribir cartas, muchas cartas, que jamás entregaba.
Cuando el joven comprendió que su padre no era una persona sin sentimientos, sino un joven herido y escondido debajo de un caparazón de acero que resguardaba su propio corazón del daño que el mundo podía proporcionarle, decidió complacerlo para que fuera feliz. Quizás fue ese su gran error... Entregarse a las exigencias de su padre, que actuaba como un escultor obsesionado con crear la escultura perfecta y olvidaba que su gran obra era su hijo y también era humano.
A pesar de todos sus esfuerzos, jamás pudo ver una sonrisa en su rostro cada vez que le dedicaba una pieza musical con la esperanza de saber que lo complacería. Aunque siempre le repitió que era excelente tocando el piano, nunca lo creyó porque su mirada siempre estaba plena de la más tangible tristeza y decepción.
Fue entonces que, cuando abandonó su nombre durante su servicio, finalmente pudo comprender por qué siempre lo miraba de aquella manera; por qué siempre parecía estar triste y decepcionado con el resultado... Entre las centenares de cartas que su padre le escribió a su gran amor, el joven halló las respuestas a sus preguntas.
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Érase una vez, un amante hechizado (Taekookgi) [Fin.]
RomanceKim Taehyung es un artista y poeta empedernido con una idea retorcida y melancólica sobre el amor. Jeon Jungkook es el fantasma que habita su casa y al que conoce por casualidad un día. Hay algo en Jungkook que cautiva inmediatamente al artista, por...