Epílogo

4.6K 290 67
                                    

La vida de Anahí había cambiado mucho desde aquella tarde que apareció en casa de Alfonso para un simple puesto de niñera.

Se habían casado unos meses más tarde, cuando el tiempo había empezado a mejorar y Cindy y ella habían podido organizar una boda sencilla pero única. Eda había llevado los anillos, sonriente y vestida con un precioso vestido rosa lleno de flores y volantes que la niña había amado desde que lo vio. Alfonso había estado increíble vestido entero de negro, incluso la camisa, y Anahí había usado un vestido blanco y sencillo que había realzado todas sus curvas y había vuelto loco a Alfonso desde que había aparecido en el pasillo para dirigirse hasta él.

Se habían ido de luna de miel a una isla desierta, sin Eda, y no sabían quién le había echado más de menos si Alfonso o Anahí. Y tampoco sabían a quién había echado más de menos Eda, porque estaba encantada con que Anahí fuese su nueva mamá. La había adoptado poco después de comprometerse y ambas estaban muy unidas, tanto que incluso a veces Alfonso tenía celos de su propia hija por todo el tiempo que pasaban juntas.

Anahí miró la prueba positiva que tenía entre las manos y sonrió mirándose al espejo, ¡estaba embarazada! Seguramente había sido durante la luna de miel. Apenas habían salido de la habitación y cuando lo habían hecho, habían vuelto enseguida entre risas para volver a disfrutar de sus caricias.

Bajó las escaleras justo en el momento en el que Alfonso entraba por la puerta. Pensaba darle una sorpresa con lo del bebé, pero si algo sabía hacer Alfonso era leer lo que pasaba por su mente cada segundo así que ni lo intentó. Terminó de bajar los escalones y besó a su marido como cada vez que lo tenía cerca, con amor y pasión a partes iguales.

Cuando se separaron, sonrió ampliamente.

— ¿Qué pasa? Estás muy sonriente. Se que soy increíble, pero hoy es diferente.
— Es que estoy muy feliz.
— ¿Si? —acarició su cadera, acercándola a él tanto como era posible— ¿Y puedo hacerte más feliz todavía, cariño?

Anahí sabía a lo que se refería así que soltó una risa nerviosa y juguetona, pero negó con la cabeza, descolocándole.

— Tengo que contarte algo primero.
— Uh, eso suena serio —la observó, alejándola unos centímetros— ¿Está todo bien?
— ¿Qué opinas de redecorar un poco la casa? 
— ¿Quieres cambiar la decoración? Sabes que puedes hacer lo que quieras, es también tu hogar, ¿qué habías pensado?¿El salón, la cocina...?
— Una habitación, por lo menos. Algo más infantil, ya sabes.
— ¿Para Eda? Su habitación ya es...
— No —sonrió, acercándose a su oído—. Estoy embarazada —susurró.

Alfonso se puso rígido durante unos segundos, asimilando lo que Anahí le había dicho, y después la alzó en un abrazo, dándole vueltas mientras reía.

— ¡Un bebé!¡Vamos a tener un bebé! —gritó, feliz— Soy el hombre más afortunado contigo.
— Y yo la mujer más afortunada del mundo contigo y con Eda —lo besó—, y con el bebé.
— Eda y yo vamos a mimarte tanto como te mereces.
— Te adoro, señor Herrera.
— Y yo te amo, señora Herrera.

Fin


No estaba muy convencida con esta historia (lleva bastantes meses empezada) pero prefería compartirla a estar dándole vueltas todo el tiempo así que espero que la hayáis disfrutado.

Tengo mil "empezadas" así que me pondré con alguna en breves, ¡nos leemos pronto!

😘😘😘😘

La niñera del jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora