Después del encuentro con su "primito" Hoseok, el Rey Jeon tenía otros compromisos importantes en su despacho, leyendo los avances de los demás Territorios y la complejidad de los mismos, siempre había un problema diferente cada vez que los hojeaba, habían más demandas, nuevos miembros, menos alimentos, menos betas comprometidos al trabajo duro y Jung Kook comenzaba a preocuparse, ¿Qué debía hacer el Rey para satisfacerlos a todos?El Lord Kim el hermano del Rey ya se preparaba para su nuevo nombramiento debían hacerlo precipitadamente, además de la ceremonia de coronación y el traje verde esmeralda que iba de generación en generación en su familia. El Rey Jeon tenía demasiadas cosas en su cabeza, además debía buscar un pequeño espacio para su vida amorosa, Sarah no salía de su cabeza, de sus pensamientos ni de su olfato, el olor a vainilla lo acompañaban a todos lados y eso a él le encantaba, le transmitía una paz increíble.
—Vengo a ver al Rey Jeon —la voz de Sarah se hizo presente en el pasillo, haciendo que el corazón del Rey palpitara más rápido.
—Miren, aquí tenemos a la perra, ¿Vendrás a invadir nuevamente el despacho del Rey Jeon? —Jacobo aún estaba cegado por la ira y rabia que le tenía a la castaña sin razón aparente.
—Jacobo, debes detenerte, es la Omega del Rey Jeon —le advirtió Nick, mirando a Sarah con tranquilidad, ella llevaba el almuerzo del Rey en una charola de plata que traía entre sus manos.
Sarah odiaba la idea de quedarse descansando unos días más, no quería ser una carga para nadie y le gustaba trabajar para ganarse el pan de cada día, el techo donde dormía, la ropa que vestía y la vida que tenía.
—¿Ésta sirviente? —se burló mirando su uniforme provocativo—. Es absurdo que el Rey haya escogido a una Omega tan simple y sin nada en especial —siguió examinandola, buscando algo en su cuerpo para poder ofenderla y maltratarla verbalmente.
Lo que Jacobo no sabía era que el Rey Jeon estaba atento a todas las palabras que salían de su boca en dirección a Sarah.
—Te lo advierto, Jacobo, detente —Nick no tenía intenciones de hacer molestar al Rey y menos por un compañero de trabajo que no respetaba los límites.
—Cállate, Nicholas.
Jacobo abandonó su puesto e intentó intimidar a la Omega que aún tenía pocas vendas en su cuerpo y pequeños moretones en su rostro, y alguna magulladura que sanaría en pocos días. Sarah no retrocedió y enfrentó al Beta que creía que tenía al Rey comiendo de su mano, cuando la situación era al revés.
—¿Aún no superas que te haya plantado? —la castaña fue directa, ella sabía porque Jacobo la odiaba y le tenía aquel rencor.
—¿Plantado? —se burló—. No, prometiste que me harías sentir muy bien. Y adivina, me quedé esperando como un idiota en mi habitación, desnudo y con un dolor de espalda matador —explicó dejando a Nicholas muy confundido y ni hablar del Rey, él quería saber el trasfondo de todo.
—Jamás insinué que me acostaría contigo, sólo quería ayudarte con tu dolor espalda, ¿Es tan difícil de creer? —Sarah quería demostrar que no todas las Omegas eran iguales, ella no quería sexo como todas las demás.
—Nadie se resiste a mí, preciosa —Jacobo tenía intenciones retorcidas e intentó acariciar la mejilla de la Omega, pero algo fallaba en su ecuación.
—Suficiente —El Rey Jeon se había puesto detrás de Jacobo y evitó que su mano tocara el rostro de la Omega—. Jamás vuelvas a prohibirle el paso a mi Omega, ¿Quedó claro? —todos miraban incrédulos la escena.
Jeon no había soltado la mano de Jacobo y tampoco tenía intenciones de hacerlo.
—Jamás se te ocurra ponerle otra mano encima, porque de lo contrario, lo lamentarás —lo amenazó con aquella fría mirada que solo el Rey poseía—. Pero hoy, tú no me dejas otra opción —sin más, un sonido se hizo presente en la habitación, era como un crujido.
Muchos gritos por parte del afectado se hicieron más fuertes, su mano había sido fracturada por el Rey en un abrir y cerrar de ojos, su fuerza era sin igual.
—Espero haya quedado todo claro.
| • ⚝ • |
—Rey Jeon, se le solicita en el calabozo, su padre desea verlo —James apareció por debajo de aquel marco de madera, interrumpiendo el arduo trabajo que tenía el Rey en su despacho.
Jung Kook se levantó de inmediato de aquel asiento acolchado junto a su traje bien planchado y a la medida, sus zapatos de vestir y su cara imponente, hoy no era un día grato para él, era un día bastante ocupado, concurrido y nada organizado.
El Rey Jeon era guiado y escoltado por el Beta, Clark, su trabajo era escoltarlo hasta los calabozos porque su padre no era el único que estaba encerrado bajo tierra, también Betas peligrosos se encontraban allí, pero solo el Rey tenía acceso a esa área. Al llegar hasta su padre las rejas de la celda fue abierto y el Rey se sentó en frente de su padre, estaba esposado y con las muñecas sangrandole, no importaba si era un Lord, todos debían seguir el mismo protocolo sin excepciones.
—¿Y cuánto tiempo de condena me dieron los Lores? —su voz salía fuerte y ronca de su boca, él sabía que merecía esto y más, pero no podía perder su esencia.
—Hola, Padre ¿Qué ha pasado con tus modales? —el Rey aún seguía furioso, no podía comprender como su padre le había puesto una mano encima a su Omega— Nadie sabe que estás aquí encarcelado, solo los empleados del castillo y yo.
—Debes hacer una reunión para notificar lo que ha pasado.
—No, he decidido dejarlo bajo llave, es decir, yo decidiré tu condena y cuando los Lores necesiten de tu presencia, yo dejaré que salgas y te hagas responsable, de lo contrario te quedarás aquí.
—Cobarde.
—Quizás, solo quiero mantener tu imagen.
Seok Jin, el ex-Lord del Territorio Esmeralda, seguía siendo su padre y debía proteger su imagen.
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Eʟ Aᴍᴏʀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ Dᴇ́ʙɪʟᴇs || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ. (ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ)
Fanfiction⚝ Seis territorios, una corona y un salvador ⚝ Jeon Jung Kook, hijo del Lord Kim y próximo líder de los territorios Kim, se convierte en Rey de los seis territorios tras volver de la muerte con un propósito claro: vengar la muerte injusta de su...