—¿Y tú acompañante? —Nam Joon se acercó a su hermano menor con una sonrisa vacilante, luciendo aquel elegante traje hecho a su medida y más a su metro con ochenta centímetros.—¿Hablas de Gia? —El rey tomó de su copa de vino tinto con elegancia y tragó con suavidad aquel líquido— Está en el fondo con sus compañeras de trabajo exhibiendo su vestido —Jung Kook comentó desanimado sin dejar de ver hacia el frente, esperando a la Omega cuyo nombre aún desconocía.
—Y si está por allá, ¿Por qué no despegas la vista de las puertas que dan a este salón? —Nam Joon soltó una pequeña carcajada, su hermano menor era pésimo ocultando lo que realmente necesitaba en el momento y era que la Omega de cabello castaño apareciera luciendo el vestido más costoso que había comprado para una de las tantas Omegas que trabajaban en su castillo, en su hogar.
—Es complicado —Respondió con simplicidad relamiéndose los labios.
—¿Complicado? —Nam Joon no podía dejar de soltar pequeñas carcajadas, le era imposible creer como su hermano podía sobrellevar la situación cuando se moría por hacer lo que su cabeza le indicaba y su corazón también— Complicado es que no aceptes que la Omega problemática no cayó en tus encantos y por eso no se presentó a la gran fiesta —Le atinó con un guiño vencedor.
—¿Omega problemática? —Repitió sorprendido el gran rey. Camuflajear sus intereses no era su fuerte— Es una Omega roba identidades, intentó hacerse pasar por Gia, ¿Puedes creerlo? —Comentó con sorpresa, intentando desviar el punto central de la conversación, pero Nam Joon no caería en los trucos de su hermano menor.
—Lo hago, pero ni siquiera miras a Gia, la esperas a ella —Le guiñó el ojo izquierdo esperando que su hermano menor aceptara que la Omega le interesaba.
—Es estúpido, lo sé. —Admitió acomodándose la corbata marrón que tenía alrededor de su cuello— El rey esperando a una Omega que dejó muy claro que no le interesa tener ni un roce de manos con él, irónico.
Nam Joon no sabía cómo actuar ante el deseo de su hermano, lo admitiera o no, esa Omega había logrado lo que muchas no pudieron a lo largo de todos estos años.
—No deberías darte por vencido —Aconsejó con una sonrisa fingida.
¿Que podría hacer por él en este preciso momento? Buscar aquella Omega y obligarla a venir, fue lo que pasó por su cabeza, pero era prácticamente imposible, si alguien los escuchaba el hermano del rey se metería en problemas.
—¿Y por qué no? Todas las Omegas son iguales. —La música era suave, pero el rey no pudo evitar moverse al ritmo de la lenta melodía— Dinero, nombre, estatus, joyas y un gran castillo que presumir, ¿Crees que alguna le interese tener una familia conmigo? —Soltó una carcajada burlesca— ¡Ni saben mi color favorito! —Su punto de vista era muy claro y con razón, ¿Quien por dinero arriesgaría la vida de sus cachorros? Sólo a una Omega que no le interese en lo más mínimo lo que se desarrolló y nació de ella.
Una Omega despiadada y sin sentimientos de apego, amor y respeto, solo con el deseo de ser cada día más poderosa y poder liderar a los seis territorios.
—Hermanito, te ves patético haciendo esos comentarios y preguntas que no vienen al caso —Kim intentó alivianar el ambiente, pero fue imposible, Jeon tenía su mirada perdida y el ceño levemente fruncido.
—Responde, Nam Joon —Exigió con voz gruesa, intimidando a su hermano mayor.
—No, Rey Jeon. No creo que alguna Omega este interesada en formar una familia con usted. —Habló con el debido respeto que el Rey se merecía y sonrió mostrando sus dientes blancos— ¿Quien quiere tener un cachorro para entrenarlo y luego hacerlo luchar con los cachorros de los demás Lores por el trono? —Negó con su cabeza antes de responder su propia pregunta— Ningún Omega... No creo que soporten ver a su cachorro morir —Aunque esto era cierto, no todas las Omegas aceptaban a su cachorro como suyo, si no, una obligación.
—¿Ves? Mientras ellas tengan dinero, joyas y una gran comodidad, vendrán a mi cama. —Miró a su hermano mayor con una sonrisa y mirada triste, sin dejar de tomar el contenido de su copa— Es la triste realidad de un rey.
—Lo siento tanto —Nam Joon no quería que su hermano sufriera, porque ya tenía que cargar con mucho peso sobre sus hombros.
—No lo hagas. —El Rey acarició el hombro izquierdo de su hermano con suavidad, dándole aquel confort que él mismo necesitaba— Sé que Taehyung y tú tendrán cachorros increíbles con la Omega de su vida. —Aseguró— Por eso estoy tranquilo —Confesó, tomando por sorpresa a su hermano.
—¡Miren quien decidió venir a la fiesta! —El tono de voz de Gia no podía pasar por desaparecido, Jung Kook tenía un excelente oído.
—Apartate, Gia o no respondo a lo que pueda hacerte —La voz de la castaña que lo volvía loco respondió ante las provocaciones de la pareja actual del Rey.
—A nadie le das miedo —Gia junto a sus amigas Omegas acorralaron a Sarah en una esquina que prometía ser el ring de boxeo de una próxima pelea.
—¿Escuchaste eso? —Jeon le preguntó a su hermano sorprendido, ¿Por qué Omegas pelearían sin razón aparente.
—Sí, Acaso son...
—Omegas peleando. —El rey Jeon dió por terminada la entretenida conversación con su hermano mayor y le dió una leve palmada en el hombro. El rey se acostumbró a hacerlo cada vez que se despedía de su hermano— Ahora vuelvo, debo ver qué pasa y porque ninguno de mis betas ha detenido tal pelea.
El rey claramente mentía, la curiosidad de saber porque aquella Omega cuya atención le había llamado se metía en tantos problemas. Era la primera vez que iba a rescatar tanto a una Omega, ¿Por qué ella no podía quedarse tranquila, servicial y serena como todos los demás? Era algo que carcomía el cerebro del Rey.
Quizás, ella solo odiaba fingir que todo estaba bien cuando realmente no era así o sólo ella quería enfrentar los problemas y obstáculos que la vida le ponía de frente.
Gracias por leer ❤️
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Eʟ Aᴍᴏʀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ Dᴇ́ʙɪʟᴇs || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ. (ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ)
Fanfiction⚝ Seis territorios, una corona y un salvador ⚝ Jeon Jung Kook, hijo del Lord Kim y próximo líder de los territorios Kim, se convierte en Rey de los seis territorios tras volver de la muerte con un propósito claro: vengar la muerte injusta de su...