Eʟ Aᴍᴏʀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ Dᴇ́ʙɪʟᴇs || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ. (ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ)

⚝ ↳Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 24↰ ⚝

     —Debe ser una jodida broma, ¿Quién te crees que eres para eliminarnos? —el Lord Choi estaba decidido, quería desaprobar toda acción que tomara el Rey para rescatar a su Omega.

     —Soy su Rey, Jeon Jung Kook, el Alfa de los Seis Territorios, hijo del ex-Lord Kim del Territorio Esmeralda y fui elegido por la mismísima Diosa Luna —explicó poniéndose de pie, expulsando por los poros el aire de grandeza y superioridad que desprendía con tan solo respirar. Así de poderoso era el Rey de los Seis Territorios—. El único licántropo y Alfa que mandaron al más allá, regresando con vida a su hogar —miró de forma amenazante al Lord Choi quien estaba a un costado en la mesa de Jung Kook.

     Pronto, lo que empezó como una reunión terminaría en una posible guerra.

     —¡Desde un inicio les dije que este niño nos llevaría a la ruina! —el Lord Choi no tenía intenciones de cerrar la boca, quería seguir exponiendo cualquier cosa que pasara por su mente.

     —Mantenga la calma, Lord Choi, el Rey tiene todo el derecho de ponerse de esa forma por su Omega, por su destinada. No hablamos de cualquier cosa —el Lord Park intervino poniéndose de pie, apoyando con cuerpo y alma las decisiones de su Rey.

     —¡Con un demonio, Park Jimin! —gritó exasperado el único Lord que estaba en contra de su Rey— ¿Tú harías lo mismo por tu Omega? —todos estaban impresionados por la pregunta del Lord Choi, ¿él no haría lo mismo para salvar a la Omega que amaba? Sin dudas, todos estuvieron equivocados al escoger aquél Alfa como un miembro de los seis Lores.

     —Sí —puntualizó Park Jimin—. Y sin dudas, empezaría por tu cabeza.

     —¿De verdad estarán de su lado? —el Lord Choi desesperado se puso de pie señalando a los demás Lores que veían la reunión bastante calmados por la situación, insinuando que la ejecución de todos sería algo bastante horrible para los Seis Territorios, pero la verdad era otra.

     Si el Rey decidía desaparecer a los Lores y poner nuevos al mando, nadie podría reprochar aquella decisión, solo la Diosa Luna podía bajar del cielo y anular aquella orden, de resto, nadie podía oponerse.

     Las reglas eran las reglas. Aunque el Rey cambió muchas de ellas, la anteriormente mencionada sigue vigente.

     —Es el mejor Rey que estos territorios han tenido, ¿Como siquiera pregunta eso, Lord Choi? —el Lord Kim Taehyung habló sin dejar de observar como su hermano menor se mortificaba por la desaparición de su Omega, era suficiente tratar con Alfas bastantes prepotentes y que no aportaban ningún beneficio a todas las manadas.

     —¡Pero él me ha arrebatado todo! —el Lord Choi aún seguía resentido por las correcciones que hizo el Rey a beneficio de todos—. Mi gran territorio, mi Omega y ha rescatado a mi hermano de su encierro —sus acciones no coincidían con las de un gran dirigente, parecía un niño mimado que acababan de quitarle un juguete que tanto quería.

     —¿Tu Omega? —el Lord Min decidió hablar por primera vez desde que entró en la sala de reuniones—. Es mi destinada, no la nombres y menos con esa boca tan sucia que tienes —lo señaló con desprecio—. Es una advertencia, Lord Choi.

     —Suficiente.

     Las puertas de la sala de reuniones fue abierta abruptamente, mostrando el frágil cuerpo de una Omega, MinHa estaba muy preocupada por su mejor amiga y hermana que le había dado la vida, la mismísima Diosa Luna, ella no podía aceptar que se llevaran a la persona más importante para ella.

     —MinHa —habló el Rey Jeon, viendo el dolor que la dulce Omega tenía en su mirada—, por favor, vuelve al trabajo —le pidió amablemente, mientras Nicholas se acercaba a la Jóven Omega, pero ella negó, no quería que nadie la sacara del lugar.