⚝ ↳Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 20↰ ⚝

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     —¿Hija mía, qué haces despierta a esta hora? —Lady Lee entró a la habitación de su hija con una sonrisa tierna, su única hija estaba inquieta en su habitación, moviéndose de un lugar a otro, había un gran incendio a las afueras de su hogar, su territorio y manada Lee.

     —Mamá, hay un territorio en peligro —señaló el gran ventanal que tenía en su habitación.

     La peli-blanca soltó una risita orgullosa, su hija sería una líder nata que se preocuparía por su manada, por los otros territorios y por el bienestar de otros, incluso los que no les correspondía.

     Lady Lee se acercó a su hija y la condujo a su cama, la acostó y la arropó, el territorio Jeon estaba en problemas, en llamas, pero nadie podía hacer nada por ellos, si antes los habían atacado, extinguiendo a más de la mitad de la manada con múltiples habilidades y el Lord más fuerte no apoyó a los licantropos que pedían a gritos su ayuda, nadie podría ayudarlos, ni los Lee, ellos no eran diferentes al resto, ellos también dejarían morir a la manada Jeon.

     —¿Por qué no los ayudamos, mamá? Mi amigo vive en la manda Jeon —la niña no quería dormir, era normal, no quería despertar y saber que su amigo no podría venir a jugar con ella.

     —¿Heung-min es un Jeon? —la niña no sabía si confirmar o negar, había olvidado que las manadas no podían mezclarse, no podían dañar el linaje—. Te he dicho mil veces, Sarah, que no debes mezclarte con otros cachorros de otras manadas —la Omega negó varias veces, no sabía porque su hija le tenía compasión a otras manadas que solo querían destrucción.

     —Pero mamá, él no es como los demás —aseguró la pequeña con aquellos ojos azules exaltados, ella quería que su madre le creyera, pero era complicado, los Jeon también eran licantropos complicados.

     —No, hija, es el hijo del Lord Jeon, no debes mezclarte con ellos —acarició la frente de su hija con sumo cariño, algo en ella le decía que vendrían por ellos—. Recuerda, no puedes mezclarte con un Alfa y menos con sus hijos, ¿Puedes entenderlo, Sarah?

     Hace siglos, los Jeon y los Lee jamás supieron cómo llevarse bien, el Lord Jeon y el Lord Lee querían cosas distintas, uno quería evolucionar y crear diferentes artefactos para ser los más avanzados tecnológicamente, y el otro deseaba que vivieran en la naturaleza, disfrutar de lo que la Diosa Luna le había dado, sin rechistar, agradeciéndole enormemente al cuidar su hogar; ambos eran muy diferentes y como naturalmente da, decidieron ignorarse el uno al otro, sin importar lo mucho que necesitaran ayuda del otro.

     —Mamá.

     —Te contaré una historia, hija mía —se aferró al pequeño cuerpo de su hija—. La Diosa Luna se encargó de crear diferentes manadas y líderes para mantenernos organizados. A los Lee los hizo a su semejanzas, seres casi perfectos que pueden transformarse en lobos, llamados Licantropos. Cada uno de nosotros contiene sangre de la Diosa, pero nosostros los Lee poseemos más del cincuenta porciento de su sangre, somos más fuertes y tenemos la mente más despejada a la hora de tomar decisiones.

     »Sin embargo, decidió que no podríamos ser la manada con todos los dones que ella poseía. La súper fuerza, excelente audición, dirigente nato, metamorfosis, belleza, elegancia e infinidades de cualidades. Sus hijos también debían poseerlas o gran parte de ellas —sonrió dulcemente, el Lord Lee se había asomado por la puerta para escuchar la historia de su esposa—. El territorio de los Choi, el color que predominaba era el amarillo, incluso en sus ojos estaban, se decía que ellos robaban el oro de los pobres y por eso los castigaron poniendoles un color similar al del lingote de oro. Eran fuertes y una gran amenaza para los demás territorios si le llevabas la contraria al Lord Choi Youngjae. Por ello hay que mantenernos alejados.

Eʟ Aᴍᴏʀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ Dᴇ́ʙɪʟᴇs || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ. (ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora