⚝ ↳Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 14↰ ⚝

518 123 12
                                    


Jeon Jung Kook

     Una hermosa mansión de madera de roble se hizo presente delante de nuestros ojos, luego de traspasar una cantidad de licántropos que vigilaban sin parar los límites del orfanato, los había contratado estrictamente para ello sin falta, ni escusas. Estaba llena de farolas negras con una luz tan clara que podía iluminar más allá de los inmensos árboles, arbustos y unas bellísimas flores, era una tierra muy fértil; había un gran camino que llevaba hasta la entrada de la hermosa villa que había mandado a construir con ese fin y un estacionamiento a un costado, aunque yo sabía que nadie más vendría a este lugar, porque simplemente no lo conocían y odiaba la idea de que lo hicieran.

     Podían volver este sitio un gran desastre.

     Al llegar, bajé a la velocidad de la luz para abrirle la puerta a mi acompañante, estaba tan radiante... Ella estaba asombrada por todo lo que veía y el aire fresco que se respiraba en este lugar.

     —¡Rey Jeon! —una Omega de estatura baja llegó hasta nosotros con una sonrisa agradecida en su rostro. Ella estaba feliz conmigo, solo por el simple hecho de que la había elegido para que sea la guardiana de este lugar— Estamos tan emocionados por su pronta visita —comunicó con aquella luz en sus ojos. Sin dudas, me hacía parecer un Gran Rey, uno muy querido y considerado.

     —Es todo un honor para mí asistir al almuerzo del cumpleaños de mi pequeño Evans. —tomé la mano de Sarah, parecía que estuviera perdida en sus pensamientos, lejos de poder prestar atención a lo que pasaba delante de ella— ¿Les llegó todo para su fiesta sorpresa?

     —Solo falta el pastel que no debe tardar en llegar —comunicó la Omega, aunque estuviera en el territorio Ónix ella pertenecía al territorio Esmeralda, se notaba por su aspecto.

     —Perfecto. —me despedí de Jhonatan, quien se marchó sin mirar atrás, él no debía involucrarse de más en la vida en mi vida, en la vida del Rey, solo debía seguir mis órdenes— Ella es mi acompañante, Sarah. —la Omega la reverenció como si se hablara de la mismísima Reina de todos los territorios— Sarah, ella es Titania, la Omega que dirige el orfanato. Aunque sea muy joven, sabe cómo hacer su trabajo —expliqué con sumo detalle, dejando a Sarah perpleja.

     —Es un placer tenerla aquí, señorita Sarah —le sonrió cálidamente, esperando una respuesta de su parte y que además, su estadía allí fuera agradable.

     —Sólo dígame Sarah, Titania —la castaña reverenció de la misma forma a la directora del orfanato, tomando por sorpresa a la otra Omega; la miraba sin poder creerlo, solo pensaba que Sarah sería una gran Reina.

     Titania nos mostró las instalaciones, la cantidad de habitaciones que tenía la villa que ya había recorrido miles de veces y lo remodelada que se encontraba, sin dudas, habían hecho más que un buen trabajo en esta zona. Era mi mejor proyecto y por ahora no me arrepentía, era secreto e íntimo. Sin embargo, me arrepentía enormemente en proteger a las Omegas y Betas que eran capaces de desechar o abandonar a sus propios cachorros, ¿Quién haría eso en su sano juicio? Yo daría mi vida por esos pequeños tan llenos de vida.

     Una puerta fue abierta revelando un comedor inmenso dónde quince niños estaban sentados esperando a que sirvieran el almuerzo. Los cachorros al notar mi presencia salieron corriendo para recibirme, menos uno de ellos, no podía correr hasta mí.

     —¡Rey Jeon! —gritaron al unísodo al llegar a mí, estaban tan felices de verme.

     Honestamente, yo también los extrañaba.

Eʟ Aᴍᴏʀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ Dᴇ́ʙɪʟᴇs || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ. (ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora