⚝ Seis territorios, una corona y un salvador ⚝
Jeon Jung Kook, hijo del Lord Kim y próximo líder de los territorios Kim, se convierte en Rey de los seis territorios tras volver de la muerte con un propósito claro: vengar la muerte injusta de su...
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—¡Rey Jeon, disculpe la intromisión! —entró Nicholas sin tocar la puerta de la habitación de Sarah, ¿Dónde habían quedado sus modales y educación? Sarah no estaba en condiciones para que la vieran de esa forma y menos, vernos en un momento tan comprometedor. Aún seguíamos abrazándonos—. Señorita Sarah —hizo una reverencia y saludó a mi futura Omega, ella sonrió e imitó su acción separándose poco a poco de mí.
—¿Qué pasa, Nick? —acomodé mi traje color chocolate y atendí al llamado apresurado de Nicholas.
Había demasiada paz.
—Su primo, el Señor Kim Hoseok ha llegado de imprevisto al Castillo, los Betas lo vigilan en el recibidor —anunció preocupado—. Entró con aires de grandeza, mi Rey —me advirtió, ¿Cómo se le ocurre ignorar mi petición? Necesitaba dos semanas para mentalizarme sobre su llegada.
—¿El Ex-lord Kim está en el Castillo? —negó Nick ante mi pregunta. Ésto no podía estar pasando, no ahora— ¿Podrían entretenerlo unas cuantas horas? En estos momentos estoy un poco... ocupado —le hice algunas señas con la mirada, señalando a Sarah que estaba detrás de mí.
—Lo siento, Señor, pero es importante que usted baje a ponerlo en su lugar —se apresuró a explicar, ¿La razón? Hoseok creía que era de la realeza.
—Lo siento, Sarah, prometo que volveré pronto —su olor a vainilla era embriagador y separarme de ella en estos momentos no era una opción, pero el deber llamaba.
—Espero cumpla todas sus promesas, Rey Jeon.
Yo, Rey Jeon Jung Kook, cumpliré y sobrepasaré todas sus expectativas.
Mi madre me había enseñado que no todo te lo servían en bandeja de plata, los sentimientos no era un objeto y el amor no podías seleccionarlo, obligarlo, condenarlo, maltratarlo, solo los más pacientes eran los más felices y si tenía que esperar trescientos años más por su amor, esperaría todo lo que haga falta.
—Vamos, Nick, llévame con ellos —Ordené con voz grave, irguiendo mi postura.
Volveré, Sarah, solo espérame.
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Avaricia. Tacañería o afán desmedido por acumular riquezas.
Este hombre derrochaba demasiado de ella. Yo lo tenía todo y no por poseer un buen apellido o una familia con muchas riquezas (aunque podría ser el caso en el pasado), yo me lo había ganado a pulso, con esfuerzo, esmero, sacrificio y con mucha fuerza de voluntad, por ello yo estaba aquí, ¿Él que había hecho para tener riquezas? ¿Por qué no sabía nada de él? ¿Por qué ahora quería aparecer sin previo aviso en mi hogar? ¿Qué pretendía?
