Entre estudiar, jugar y viajar unas cuantas veces más, los años volaron con la misma facilidad que lo hacen las semillas de dientes de león.

Solveig tenía trece años, así que por fin tenía la edad suficiente, igual que Muntu, y había empezado a practicar el uso de su propia energía para la magia. Por el momento, ya había aprendido a usar la bola de cristal para comunicarse con su amigo y a buscar imágenes de personas específicas a través de superficies reflectantes, y estaba aprendiendo hechizos de transportación. Había dos diferentes: El primero, que era principalmente para teletransporte de uno mismo, aunque con un poco más de esfuerzo podía usarse para varias personas, parecía bastante simple al consistir en cruzarse de brazos y decir mentalmente a dónde querías viajar. Este método tenía dos desventajas, que eran la imprecisión para llegar a ciertos lugares y que a la mayor parte de los usuarios se mareaban al cambiar repentinamente de ubicación geográfica.

Por lo tanto, era más frecuente usar el segundo método, que consistía en crear un portal por el que se podía llegar a otro sitio, como posteriormente se ha teorizado en el estudio de la física, aunque llamándolo agujero de gusano o puente de Einstein-Rosen. Conectan una posición de un universo con otra posición del mismo universo en un tiempo diferente, de manera que permiten viajar entre ellas en un tiempo menor que el que tomaría hacer el viaje a través del espacio normal. Para esto podía usarse tanto energía positiva como negativa, siendo lo habitual en el segundo caso tomar la energía de objetos específicos, llamados abhihs, previamente preparados para resistir muchos usos. Sin embargo, Solveig practicaba crear los portales con la energía del ambiente, sin tener que esperar a conseguir los abhihs.

Una tarde, mientras todos descansaban, la sirenita estaba preparando una poción nueva, la cual tendría la función de mejorar la visión fuera del agua, pues como recordarán, esta era una desventaja de las sirenas cuando se asomaban fuera del mar. Apenas llevaba dos ingredientes mezclados, cuando una piedra se impactó contra el recipiente donde los preparaba, volcándolo. Si recuerdan la piedra que según Solveig y sus hermanos tenía forma de mantarraya, dudo que les sorprenda saber que la habían guardado y ahora podía animarla por un corto tiempo, haciéndola actuar como una verdadera mantarraya, por lo que había dejado a sus hermanitos jugando con ella, pero en ese momento se le había acabado la magia, volviendo a ser una piedra y por lo tanto no pudiendo detenerse cuando perseguía a Viggo, quien la esquivó y le dejó el paso libre hasta colisionar con el recipiente.

La pócima estaba hecha a base de aceite, por lo que no se mezcló de inmediato con el agua del mar, pero aunque no estaba terminada, podía causar algunos efectos ya sobre quienes la respiraran.

Delph vió lo que pasó, y pensó rápido: al recordar que los silfos en Toivonpaikka usaban filtros hechos con cabello para evitar la contaminación del agua con aceite, así que en un instante tomó una navaja de las herramientas que su mamá llevaba en su bolsa de viaje y cortó su cabello para rodear la mancha oleosa y evitar que se expandiera. Por suerte, era suficiente con eso, y no hubo problemas para regresar la mezcla a su recipiente original, exceptuando que ya no se podría usar para esa poción en específico, puesto que no llevaba cabello como ingrediente.

Sin poder contenerse más, Viggo se abrazó de Solveig, volviendo a disculparse: —¡Lo siento mucho! ¡No pensé que la "piedrarraya" se quedara sin magia y tirara tu poción!

La niña le dio palmaditas en la cabeza: —Está bien, te perdono, sólo no lo vuelvas a hacer.

Ina se acercó a abrazar a su gemelo, un poco asustada también. Ari y Anémona, que en el momento del accidente estaban un poco lejos, recogiendo algas, llegaron junto a sus pequeños. Delph explicó lo acontecido, tranquilizándolos, pero Solveig estaba inquieta. se había terminado la tintura que estaba usando, y para hacer más necesitaba conseguir algas verdes, diferentes a las rojas que había cerca y que sus papás habían recolectado.

El astro de las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora