35| Me quedo contigo...

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Hello, hello mis pequeños y hermosos ratoncitos! 

Estoy aquí con una nueva entrega, esta vez mi recomendación para leer este capítulo es:

Pablo Alborán, María Becerra - Amigos

Sin más dilación, vamos a empezar...

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Dos semanas más tarde...

Esta mañana me llamó Pablo, al parecer la tengo bandera verde para mis vacaciones,Claramente evidentemente Izzie se enteró, así que ahora mismo estamos en un mall.

- Okay, pero acepta que aquel tío empresario de no sé qué que llegó contigo la última vez está para morirse de lo guapo - dijo casi gritando.

- Pues sí, pero es sobretodo lo noté aquella noche en el bar, andaba de cazería así que evidentemente es guapo, pero no quiero relaciones por un tiempo indefinido - suspiré.

Claramente se nos hizo noche muy pronto, no sé qué pasa en los centros comerciales pero literalmente entro y veo algo, lo que sea, dirijo mi mirada nuevamente al exterior y ya es noche. WTF.

- Hagamos una pijamada de despedida - me hizo ojitos y un hipergigantezco puchero.

- Okay, pero ya necesito que me cuentes tus dramas, porque yo te cuento todos los míos y no me entero de los tuyos - entrecerré los ojos en su dirección.

Fuimos al super a por chucherías, y evidentemente más chucherías. Ya en la fila para pagar puedo observar a lo lejos una Izzie muy emocionada y en sus manos portaba un vino y un ¿switch?, muy pocas veces he bebido alcohol solo porque sí, no sé si esta es una combinación ortodoxa, pero ya qué...

En resumen cuando conocí a Izzie,  ella estaba muy enamorada de un bandido pero pues en fin bandido la dejó por una "muy buena amiga suya de entonces", y todo este tiempo se ha mantenido soltera y sin compromisos, pero tiene dos semanas conociendo a una chica. Tengo que ser sincera, ya a este punto estaba muy mareada y aún no bebo nada de switch.

Estuvimos un rato tiradas en el suelo sintiendo como todo nos daba vueltas, y luego nos dio un subidon de energía, decidimos bailar TGQ de Karol G y Shakira, y del resto solo me quedan videos random en el móvil. Al parcer pedimos más alcohol...

Por lo cual no me extraña que siendo las 13:00 tenga un Sebastián muy bien arreglado para llevarme al avión que contrató la empresa para mí.

- Emmm, ¿Pablo te dijo que hoy sale tu vuelo hacia París, cierto? - me miró evaluándome.

- Mhum, ¿podrías bajar la voz por favor? - solo me ducho y salgo.

- Gi, ¿recuerdas que nunca arreglaste tu maleta? - inquirió Izzie.

- Santa Mierda - susurré.

- Bien, okay. Tú ve y dúchate, Izzie y yo te armamos tu maleta - suspiró.

Tomé literal las primeras bragas que atrapé, un top y una falda jean. Cepillé mis dientes, lavé mi rostro, cepillé mi cabello y me metí a la ducha. 

Al terminar de ducharme me enfundé rápidamente en la ropa que escogí, corrí a por calcetines y me puse mis adoradas converse, pero esta vez rojas.

- Chika, por fin, qué hombre tan paciente y sexy, escogió cuuidadosamente tu ropa, y la culpable de tu lencería so sexy fui yo, ya me agradecerás - Izzie me dió un beso en la mejilla y literalmente me echó de mi propia casa.

Afuera en un Jeep Wralenger estaba Sebastián, no pude no escuchar mentalmente When you're ready de Shawn Mendes, mega random...

Amo los carros y apenas estoy superando mi obsesión con los Jeep Wralenger y este pedazo de hombre me trae justamente este carro, ¿are you kidding me?.

Al parecer él ama el rugir del motor, la velocidad... Llegamos en nada, realmente el tiempo se me desvaneció disfrutando de la preciosidad de coche y nuestro karaoke improvisado cantando desde Pablo Alborán hasta Raphael, nunca en mi vida había tenido una conexión tan divertida al simplemente existir, divertirme.

(...)

Al llegar al aeropuerto, en lugar de emtrar como siempre, fuimos hacia atrás.

- Iremos por la puerta de personal autorizado, no sé si Pablo te lo dijo pero viajarás en jet privado, igual para que viajes tranquila y sin rumores, procuró esta entrada más discreta - comentó Sebastián.

Estacionó el coche en la pista de aterrizaje, rápidamente dos muchachos musculosos llegaron a por mis maletas y las que supongo son suyas. Detrás de ellos caminaba una chica muy guapa, con folletos, papeles y más papeles. 

Sentí una mirada extraña, pero el objetivo de este viaje es no estresarme, así que decido ahora mismo no estresarme a menos de que se trate de una situación de vida o muerte.

- Georgie, ven por aquí. - irrumpió mis cavilaciones Sebastián. 

Me guió hacia mi sitio, que más que un simple asiento de primera clase, esto ya es un verdadero trono.

No relataré una historia hiperfantasmagórica, porque apenas me senté acomodé mi cabello, tomé una almohada a la cual abrazar, me quedé absoluta, completa y profundamente dormida.

- Sht, sht, Gigi, sht, sht - me llamaron.

- Maldita sea, déjame dormir - logré articular.

- Gio, ya llegamos. Llevo treita minutos intentando despertarte, mujer - suspiró.

No le hice caso. Milisegundo después sentí que me agarraban cual saco de patatas.

Infeliz.

- ¿Qué te sucede?, ¿estás mal de la cabeza? - cuestioné.

- Gigi, no puedes, ni siquiera te atrevas a cuestionar mis acciones - rió - Mujer, parecías un cuerpo sin vida.

- No estaba muerta andaba de parranda imaginaria - reí de vuelta, algo dormida.

- Qué estupideces dices, de verdad, eres increíble - se mofó.

- Qui istipidicis dicis, di vidid, iris incriibli - devolví.

- Bueno, más vale te acostumbres a mí. Compartirás estas vacaciones conmigo y no te librarás - finalizó.

Deliciosa TemptacióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora