6. Confusión

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Un mes es mucho tiempo cuando tienes quince.

En cuatro semanas se pueden hacer tantas cosas, como lograr escribir un ensayo decente para acreditar el segundo bimestre y comenzar los preparativos del examen de admisión a la preparatoria. También reordenar la habitación, sacar tomos de comic viejos y empolvados con la idea de venderlos y conseguir algo de plata.

La limpieza al armario ha resultado ser una distracción conveniente y a la vez me jala hacia una crisis de identidad, pues me doy cuenta de que no tengo un estilo definido de vestir.

Me he inscrito a lecciones de un idioma nuevo todos los sábados por la mañana y hasta el mediodía. Simplemente para tener una razón y evitar asistir a los tediosos partidos de basquetbol de cierto jugador de preparatoria.

Sí. Tal vez puede funcionar para ponerle algo de orden a mi vida. Pero he comprendido que un mes no es suficiente tiempo para olvidarme de Kim SeokJin. Aun ahora, no sé qué medida de tiempo logrará hacerlo desaparecer de mi mente y de mi corazón.

Sábado por la mañana, mis clases de japonés finalizan a la una. Es el último sábado de mayo y se espera un día emocionante por el cumpleaños de Hoshi. Y, como lo dicta nuestra tradición, BoMi y yo le compraremos el atuendo del día; con ayuda del dinero que junté vendiendo mis viejos tomos de manga.

Camino hacia la parada del bus que me lleva al centro, donde se encuentra la plaza comercial más grande de Anyang. Los sábados son días muy concurridos, pero solo durante el fin de semana abren la pista de hielo. Así es, pista de hielo a mediados de primavera: fue idea de Hoshi.

Son once paradas antes de llegar a la plaza, por suerte encuentro un asiento vacío junto a la ventana. La música proveniente de mis audífonos se detiene por la abrupta vibración de un mensaje entrante.

Abro la pantalla de mi móvil y leo que Hoshi y BoMi ya se han encontrado y me esperaran en el área de comida rápida mientras comen un helado.

«Que malas. Yo también quiero uno. »

A veces siento que BoMi y Hoshi guardan una conexión más fuente entre ellas que conmigo y eso llega a deprimirme un poco. Tal vez simplemente se extrañan, BoMi cada vez pasa menos tiempo con nosotras, HyunJin acapara toda su atención. Seguramente tienen muchas cosas que contarse.

Estas últimas semanas han sido extrañamente largas y parecen no dirigirme a nada. La sensación de vacío y exclusión de la realidad me congestionan el pecho. Siento la urgencia de vaciar mis pensamientos, de dejarlos fluir y liberarme...

Pero no sé cómo y no me atrevo a preguntar.

En casa las cosas parecen ser las mismas: mamá estresada lidiando con los caprichos de Eric y este siendo protagonista en vida de todos con su estúpido balón en la mano como si fuera una extensión de su cuerpo.

Mi padre, a diferencia de los demás, ha cambiado un poco su comportamiento. Pasa más tiempo en casa, lo he notado relajado. Parece que su trabajo ha aligerado la carga en su espalda e incluso toma largos paseos con Eric y claro que no soy invitada.

«Ni quien quiera ir.»

Dije que las cosas parecen ser las mismas, sin embargo nada lo es. Mi hermano llega sin compañía a casa por las tardes, practica encestes por su cuenta y hasta me invita a jugar videojuegos con él.

Cualquiera que conozca a la familia Shin podría notar la ausencia de SeokJin.

—Olvídalo —dijo mi hermano durante la cena hace un par de semanas cuando mi madre le preguntó por el hijo de los Kim. —cuando está de novio no le veo ni el polvo.

Just One Day (KSJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora