El problema era más grande de lo que pensó que sería.
—Kali, por amor a Dios, despierta ahora mismo. Me va a dar un ataque si...
Pero su hermana no despertaba por nada del mundo, seguía respirando, pero no se movía, no reaccionaba al agua en su rostro y estaba considerando hundirla por completo en el agua, solo que no se fiaba de que esa acción fuese del todo segura.
Sus propias respiraciones comenzaban a hacerse más cortas y superficiales, no podía perderse en un momento como ese, su hermana la necesitaba y ella la necesitaba para poder sobrevivir, pero ¿qué más podía hacer?
—Dos hermanas han de nacer, muy diferentes serán, lo podrás ver... —tarareaba el viento.
Por supuesto que eran muy diferentes, ahora lo veía. Kali era fuerte y se podía defender, ella era patética y tomaba todas la decisiones erróneas o eso era lo que estaba viendo. No, no. ¿Acaso estaba escuchando al viento? Debía detenerse. Debía de encontrar una solución ahora, y tenía que ejecutarla rápido, el tiempo no estaba de su lado.
Trataba de pensar, sabía que deberían haber más personas allí, vio a varias en esa sala antes de saltar a por Kali, solo debía recordar a alguien. Algún rostro que no quisiera matarlas solo por existir, alguien de quién estuviese segura... Casi se rió ante aquello, estaba segura que él no la mataría, ni a su hermana, le confiaría su vida miles de veces a ojos cerrados y sabía que no terminaría ni con un solo rasguño.
—Por favor, por favor. Dime que estás aquí, necesitamos tu ayuda. —gritó, sí Kali tenía razón y habían sido entrenados para escuchar a tanta distancia, alguien la escucharía, esperaba que él lo hiciera, y no algún otro loco como Frederik o ese chico Kein. No creía tener la fuerza necesaria para poder luchar contra ello. Así que, lo que le quedaba por hacer era aguardar a que llegase la ayuda. Un poco de fe siempre era necesaria, sin importar lo mucho que la estuviese perdiendo en ese momento.
Pasó un minuto, dos y nada.
No sucedió nada, no podía escuchar ni ver nada y su hermana seguía inconsciente, al menos no había regresado el viento para burlarse de ella y sus súplicas sin sentido, y no había ningún terror esperándola.
Quizá, pensó Laela, debería dejar de asumir antes de tiempo.
—¿Qué es eso? —estrechó sus ojos hacia las ondulaciones que podía ver en el agua y se acercaba rápidamente, se movía de manera grácil y en zigzag, como deslizándose, era alargada y parecía un animal; una serpiente, pero si algo había aprendido era que allí nada era lo que parecía. Su corazón comenzó a palpitar como un loco y se arrodilló junto a Kali, sacudiéndola.— Despierta, por favor, Kali. Esto es una emergencia, yo no quiero morir aquí.
Su hermana seguía sin mostrar signos de vida más que una tranquila y acompasada respiración. Laela se desesperaba sin remedio y sus ojos se llenaron de lágrimas al comprender su inminente muerte en lo desconocido.
—Kali, por favor. —tomo su cabello negro y lo acariciaba, mientras quitaba malas hierbas que se le había pegado del suelo.—No quiero morir, y dijiste que... que me cubrirás la espalda, no puedes dejarme. No debiste venir aquí en primer lugar. —lloró desesperada.
El cuerpo de serpiente se levantó del agua y lo supo solo con escuchar las gotas caer y resonar en todo el mar improvisado, la chica se giró para poder enfrentar ese enorme cuerpo de serpiente que debía ser de cinco metros de altura. Lágrimas corrían sin parar por sus mejillas, pero no se movería de allí, estaría con Kali hasta el final si fuese necesario. Fue rápido, y pudo ver como la serpiente de mar se dividía en dos, mostrando a su espalda a la segunda persona que más deseaba ver, estaba de pie en un pequeño bote de pescador luciendo sus afiladas facciones, parecía cansado, furioso y esperanzado, por alguna razón era una combinación difícil de descifrar.
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Profecía: Bruxas, facilis descensus
FantasíaUna prueba. Dos hermanas. Y muchos secretos. Kali Warren posee muchos secretos, y nunca consideró hablarle de ellos a su hermana menor. Pensó que protegerla siempre debería ser su primera prioridad sin importar qué o quién. Laela Warren descubrirá...