Laela Warren era una chica tradicional, sus días estaban llenos de tranquilidad y los problemas no pasaban a mayores, era siempre el típico: "mi vestido no combina con mis zapatos" o "debí despertarme más temprano para tener mejor puesto en la misa". Era una devota a la religión y nada más allá de eso, esperaba poder casarse con un joven que la quisiese lo suficiente y que sintiera el mismo amor que ella por Dios. No era difícil de encontrar, en su comunidad todos iban a misa, todos de vez en cuando en conversaciones mencionaban lo afortunados que eran por gracia de Dios.
Pero nunca sucedía nada, Laela ignoraba el por qué su hermana mayor después de cierto punto dejó de asistir a misa; eso sí fue una real preocupación para ella entonces, pero nunca motivo de miedo o alguna sensación fuerte.
Los años pasaban y ella no obtenía nada, ni siquiera un cortejo, sabía que era porque su hermana mayor estaba actuando extraño a los ojos de la sociedad actual, pero no iría contra ella, podía entenderla, los gustos podían cambiar y no por ello debería ser despreciada. Además, el comportamiento de su hermana no tenía nada que ver con ella, Laela seguía siendo buena cristiana, seguía yendo a misa, recibía la comunión como correspondía, donaba de su tiempo y cuidados a los menos afortunados. Era buena, amable y piadosa cuando se esperaba que lo fuera.
No creía en cuentos de hadas, ni en otras religiones que comenzaron a propagarse en la ciudad. Al menos, su hermana no apoyaba a ninguna de ellas, o si lo hacía no se lo decía, sabía que aquello le afectaría más de lo que podría aceptar. Así que ambas vivían en paz, en una casa vacía.
Hace mucho que ya no pensaba en sus padres, el solo recordar a su madre era sumamente doloroso, y sobre su padre cada vez que había un pensamiento sobre él, era sobre su enfermedad; recordaba que su muerte era la que más llevaría en su memoria, una enfermedad arrasó con toda él, su vitalidad y fuerza. Odiaba sentirse tan inútil como esa vez.
Desde entonces su hermana mayor, Kali, proveía el hogar. No sabía cómo se ganaba el dinero, pero tampoco mencionaba nada al respecto, siempre que alguien le preguntaba, ella decía que era una herencia familiar, aunque no estaba segura del todo. De vez en cuando era difícil creerle a Kali y aquí hay una pequeña muestra de esa razón.
Laela en toda su vida nunca había guardado para sí ningún sentimiento fuerte, todos ellos eran claros, transparentes y podía mencionarlos en cualquier conversación o pequeña charla. Hasta ese día, que decidió lanzarse a lo desconocido por su hermana, que tuvo la imperiosa necesidad de saltar al vacío para salvarla y lo único que había hecho era entorpecer, aunque no entendía cómo ni porqué y no recibía ninguna respuesta real, sabía que el peligro era real, que su hermana podía morir... y ella no tenía nada qué hacer.
—Esto es. —señaló Will con orgullo el espacio llano y solitario que se encontraba ante ellos, era mucho más grande que donde estaba con Kali y si era necesario podrían alejarse del agua.
—Bien, ¿y donde está el nido?
—Oh, no, no. No, cariño. —levantó sus manos y negó con la cabeza varias veces para hacer más énfasis en la negativa. —Ahora, vamos a descansar, llevo por lo menos unas cuatro horas remando sin parar y gracias por la ayuda.
Sin decir nada más, se agachó y tomó a Kali para cagarla sobre su hombro nuevamente, emprendiendo una marcha hacia el centro de aquella isla marina, Laela podía ver como poco a poco se iba formando un bosquecillo que antes no estaba allí. Abrió los ojos desmesuradamente para preguntarle a Will inmediatamente.
—¿Cómo?
—¿Aún intentas encontrarle la lógica a todo esto? —respondió el chico con una sonrisa despreocupada, mientras seguía caminando con su hermana a cuestas. A pesar de haber dicho que estaba exhausto, no lo parecía en absoluto.
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Profecía: Bruxas, facilis descensus
FantasyUna prueba. Dos hermanas. Y muchos secretos. Kali Warren posee muchos secretos, y nunca consideró hablarle de ellos a su hermana menor. Pensó que protegerla siempre debería ser su primera prioridad sin importar qué o quién. Laela Warren descubrirá...