11.:El Lugar Correcto:.

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*

Cuando Tae apareció Suga ya tenía en el suelo a los tres que habían tratado de matarlo, respiraba agitado, los tipos si bien no eran fuertes tenían sus mañas, mismas que el tubo que entender y evitar a toda costa.

-Estás bien Jimin!?- de detrás de él salieron Prem y Rain los más asustados, Jimin por su parte estaba con un palo en mano mismo con el que había golpeado a más de uno, ayudándole así a su futuro esposo en la lucha, como bien había dicho Prem, el sería un compañero que estaría siempre a su lado.

-Sí, y Boun!?-

-Ya mandé soldados a ayudarlo, me alegra ver que estás a salvo- llegó al lado del menor y le quitó el palo, tomando su mano, gesto que no le agrado mucho a quien apretaba el mango de su sable, algo que llamó bastante la atención de Prem, quien ya tenía muchas sospechas en lo que se refiere a Suga.

-Si lo estoy es gracias a Suga, luchó valientemente por nosotros- respondió al tiempo que lo miraba y sonreía, aquella sonrisa que causaba estragos en el mayor cada vez que la veía, pero esta desapareció al ver sangre brotar del antebrazo de este- Suga!-

Se soltó del agarre de Tae y llegó junto al mayor que no se había dado cuenta de que estaba herido.

-Que ...-

-Tu brazo sangra - dijo, rompió su túnica y sacó un lazo, mismo que usó para apretar la herida, ahora fue el turno de Tae de arder en celos, solo que él no debía fingir ser alguien.

-Jimin deja que yo me ocupe de eso, usted y Prem lleven a Rain a la caravana- sin disimular siquiera sacó las manos del menor, y tomó el lazo, nuevamente la guerra de miradas se hacía presente.

-Pero...-

-Tranquilo es solo un rasguño, no moriré si es lo que te preocupa- bromeó, haciéndolo sonreír.

-Está bien, pero después vienes para ponerte un poco de ungüento, tampoco es la idea que eso se infecte, oíste!?- Suga asintió y lo vio caminar por entre los arbustos fijando su vista en su capitán.

-Aléjate de él- sin rodeos directo al punto.

-Tae...-

-Tienes a Suran esperándote en el palacio, así que deja que yo me haga cargo de Jimin, en cuanto canceles el compromiso le pediré a su padre, me conceda casarme con él, lo cuidaré bien...-

Y si se odió en este momento, no pensó en lo que el mayor sentiría si él llegaba a sentir algo por el doncel.

-Eso...-

-Solo mantente lejos de él, y todo saldrá como tú quieres...-

-Ya no sé si quiero cancelar el matrimonio...-

-No te le acerques y punto, príncipe o no, ya elegí a Jimin como mi pareja y no permitiré que te entrometas, no cuando te di la oportunidad de recapacitar, ahora lucharé por lo que amo- se fue dejando a Yoongi con la cabeza revuelta, sentía algo por el pequeño de eso no había duda, en especial cuando se veía soñando despierto en una vida juntos, pero tampoco podía pasar por alto el sentir de Tae.

No cuando fue él quien insistió en que eso pasara, suspiro pesado y miró el lazo, es que no había otro igual a el, cuando llego a la caravana, noto como Prem atendía a Boun quien tenía algunos cortes y golpes, dio un paso para ir a su caballo, pero la voz del doncel lo detuvo.

-Donde crees que vas, te dije que tenías que poner ungüento en ese brazo-

-No es necesario Jimin no me duele-

-Que no te duela no significa que no se pueda infectar- el mayor sonrió, no podía ganarle, jamás podía.

-Así está bien, mejor ayuda a los otros...-

-Quiero ayudarte a ti, acaso no puedo?- los ojos mirándolo con esa ternura tan propia de él, esa tímida sonrisa que adornaba sus lindos labios, es que en ninguna doncella del reino Yoongi había visto labios más bonitos como los que estaban frente a él- ya no te hagas de rogar, no creo te duela-

Tomo su mano y lo jalo hasta donde tenía el famoso ungüento, lo sentó en la tarde trasera de la carreta y con cuidado quitó la tela que él mismo había puesto, así como parte de la que era propia de uniforme, y ahí estaba, perdido, mirando cada cambio en el rostro del menor, el cómo arrugaba su nariz, como mordía ligeramente sus labios y como por momentos sacaba un poco la lengua, igual que un niño.

No sintió cuando aquel frío ungüento tocó su piel, tampoco noto el ardor, la mejor anestesia era tenerlo cerca y oler aquel rico perfume que siempre traía encima.

Tampoco fue consciente cuando su otra mano subió hasta tocar la cálida mejilla en una caricia tierna, una que hizo al menor mirarlo fijo, nunca alguien había tenido ese gesto con el, oía el fuerte latir de su corazón y como su pecho se calentaba, recorrió con su vista el rostro del soldado frente a él, notando la pena en su mirada, algo le dolía.

-Suga...- solo cuando aquel susurro escapó de los labios del menor, fue que reaccionó, quitó su mano y se alejó un poco, asustado.

Jimin por su parte, tenía un revoloteo en su estómago y sentía el calor en sus mejillas, de seguro estaba rojo.

-Perdón por eso, tenías una basura y yo...-

-Tranquilo, no pasa nada- las miradas se volvieron nerviosas y esquivas, los dos tratando de no verse a los ojos.

-Jimin me das un poco de jarabe...- Prem noto los nervios en ambos y pensó lo peor, y si bien la primera intención fue reclamarle al soldado en caso de ser este quien estuviera acechando a su amigo, al ver las mejillas de este y esa mirada de "No digas nada" callo cualquier reclamo.

-Gracias por el ungüento- habló el mayor evitando a toda costa mirarlo.

-Sí, solo no la mojes o se saldrá-Yoongi mostró respeto y salió como alma que lleva el diablo dejando a Jimin con un sentir extraño.

-Me perdí de algo?- vio a su amigo poner su mano en su pecho calmando su corazón, y esa sonrisa sincera en sus labios, lo que fuera que hubiera pasado había sido grande para que los dos tuvieran esa actitud- Jimin?-

-Mariposas Prem -

-He, donde, sabe que yo les tengo terror y usted también donde están?- mirando a todos lados, buscando a los insectos que lo traumaron en su infancia, a los dos.

El menor bajó sus manos hasta su estómago y amplió su sonrisa

-Están aquí, Prem - el mayor lo miro fijo- las siento revolotear aquí y en mi pecho -

-Jimin esas no son mariposas, eso es...- y se cayó, su amigo le había dicho de la forma más tierna del mundo que el amor estaba entrando en su vida- dígame que es una broma...- pero no, esa risa pícara fue la respuesta más clara de que no, se giró para buscar al soldado quien también parecía perdido en sus pensamientos.

Eres grande cupido, hasta que acertaste tus flechas en el lugar correcto.

*Un Viaje Directo Al Amor*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora