Capítulo 34

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Sofia

En casa sentados el sofá él me dice

— Quiero pedirte disculpas por no haberte encontrado antes, cuando llegamos al lugar donde estabas solo encontré los aretes.

— Debió  quitarmelos cuando estaba sedada.

— Si no te lo hubieran quitado esa misma noche te habría encontrado.

— ¡¿ Qué?!, No entiendo

— Los aretes tenían un localizador se lo coloque porque ya había recibido los mensajes de Damián y decidí colocarle uno a ti y a Naty, tratando de evitar eso que ocurrió.

— ¿ Y porqué no me dijiste que era un GPS?.

— Porque hubiese tenido que explicarte quien era Damián y por lo tanto hablarte de un pasado que no recordabas,

— Tanto cuidarme de eso, igual recordé de la peor manera, las imágenes comenzaron a venir cuando me torturó, fue horrible y doloroso—
Me abrazó yo escondí mi cara en su pecho, no es que me trauma recordar, pero todavía siento algo de dolor— ¿ Dime como murió Damián?

— Cuando llegamos él te estaba apuntando con un arma, el capitán Williams le disparó y yo me le fui encima, forcejeamos nos golpeamos y luego le disparé, tu  estabas atada a una mesa convulsionando, no sabes el terror que sentí al verte en ese estado.

— Dan, él me hizo mucho daño, él me tocó y me . . .— Mi voz salió temblorosa y me puso su dedo índice en mis labios para callarme.

— Sé lo que te hizo ese desgraciado y no tienes porqué sentirte mal ante mi, te amo Sofi y lo que sentimos es mucho más que deseo carnal. Estamos fundido Sofi desde que nos conocimos.

— Pero no sé si pueda estar contigo, no sé si en el momento de estar juntos te rechace— No había pensado en eso y no sé si podría reaccionar como él espera, ahora que lo pienso me comienza a atormentar esa situación, porque con Leo me deje tocar pero es que estaba drogada, pero consciente. . .¿ Será igual?, Habría que probar ¿ Cierto ?.

— Nena, si tengo que esperar, esperaré, pase lo que pase ahí estaré, hasta que te sientas lista, el amor que siento por tí no depende solo de eso, aunque debo reconocer que es lo mejor que hacemos porque estar entre tus piernas no se compara con nada, es el puto paraíso y el puto infierno al mismo tiempo— Y lo dice con una picardía.

—¡ Dan !, esas terapias no te quitaron lo pervertido, sigues siendo igual—
Me mira sorprendido. Creo que hable de más.

— ¿ Cómo sabes lo de las terapias?

— Un pajarito me lo contó, por eso me sentía mal, pensé que las tomaba porque habías decido no volver conmigo, para olvidarte de mi y cuando te ví con esa chica entendí que ya me habías olvidado.

— Loquita, las terapias las tomé por que me sentí culpable por todo lo que había pasado, además por mi ansiedad por estar contigo, el psiquiatra me dijo que había desarrollado una dependencia hacia ti   debido a los cuatro años que te estuve esperando y al tenerte de nuevo desarrollé ese temor a que se repitiera la historia y el secuestro lo empeoró, pero esa dependencia no era sana y tenía que trabajar en ello. Ahora te amo más, pero sin traumas— Aún sentados en el mueble me abraza más a él  y se me sale un suspiro y se me viene una pregunta a la cabeza.

— ¿ Durante esos cuatro años estuviste con otra mujer?— Que ganas  de torturarme, soy masoquista.

— El primer año parecía un monje hasta Gustavo se burlaba de mí, pero después del año, vamos , que hombre dura cuatro años sin tener sexo, al menos que sea un náufrago en una isla desierta— Me hace reír su comentario

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